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Ríos y arroyos de la ciudad, muestra fatal de la indolencia de autoridades

Más vale prevenir que lamentar, versa el refrán, pero en la Ciudad de Oaxaca y los municipios conurbanos, la falta de visión y planeación por parte de las autoridades, o su propia desidia, ha provocado que los principales ríos y arroyos estén convertidos en “bombas de tiempo” ante el riesgo de posibles desbordamientos.

Las precipitaciones pluviales dieron una tregua la madrugada de este jueves, luego de los fuertes chubascos que azotaron la zona urbana la tarde-noche del miércoles y que incrementaran los niveles de los ríos Atoyac y Salado, los cuales estuvieron a punto de salirse de su cauce.

Los motivos: falta de prevención y limpieza de los caudales durante la temporada de estiaje por parte de las autoridades federales, estatales y municipales, así como la inconsciencia de los ciudadanos que arrojan grandes cantidades de basura, escombro y materiales dentro de los propios caudales.

¡¡No sabemos nadar!! ¿Tenemos que evacuar?, preguntó la mañana de este jueves una angustiada madre de familia con su hija en brazos, que habitan en el fraccionamiento de Santa Cruz Amilpas, asentado a un costado del Río Salado, el cual estaba por desbordarse una noche antes.

“Por el momento no es necesario, ya bajó el nivel del río y no hay ninguna alerta en ese sentido”, le respondió el director del Cuerpo de Bomberos, Manuel Maza Sánchez, durante un recorrido por diversos puntos de la ciudad, realizado junto con reporteros este medio de comunicación.

Y es que cientos de familias estaban preocupadas porque años antes se han inundado sus viviendas, mientras el ayuntamiento de Santa Cruz Amilpas y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no han aprendido la lección: no limpiaron el afluente desde antes del temporal.

El crecimiento de bancos de carrizo en el centro del Río Salado provocó que la corriente se desviara hacia un costado, del lado de la zona habitacional, arrasando con varios metros del bordo, lo que generó preocupación y la movilización de elementos del Ejército, Bomberos, Policía Preventiva e integrantes del Instituto Estatal de Protección Civil, quienes colocaron en dique unos mil costales de arena para contener la fuerza del agua.

Como un milagro para todos resultó que cesaran las lluvias; de lo contrario, los daños hubieran sido cuantiosos.

Este jueves por la mañana la corriente disminuyó dos metros, aproximadamente, pero las aguas agitadas arrastraban grandes cantidades de escombro, tanto de origen natural, como ramas y troncos… mucha basura arrojada inconscientemente por pobladores de los alrededores.

Manuel Maza Sánchez inició el recorrido por la mañana y vistió los principales puentes para vehículos que cruzan el Río Salado, porque desde un día antes un árbol de grandes dimensiones era arrastrado por las aguas residuales que se agitaban y formaban remolinos mezcladas con la lluvia.

En el puente de la calle Hornos pudieron constatarse muestras de golpes fuertes sobre las bases de concreto. Más adelante, en el puente de El Rosario, las afectaciones al concreto del puente eran más evidentes, mientras el paso peatonal de fierro mostraba estragos similares. En sus bases se detenían grandes cantidades de carrizo y basura.

Con cuatro metros de profundidad, las aguas se concentraban en los puentes de San Antonio de La Cal, el nuevo y el antiguo, donde los arcos estaban prácticamente cubiertos.

Los árboles lucían destrozados, en pedazos, arrastrados por el agua. “Seguramente deben haberse destrozado al impactarse con las bases de concreto de los puentes”, estimó Manuel Maza.

El Jefe de Bomberos informó que el riesgo en la zona de Indeco, Santa cruz Xoxocotlán, también se había superado, cuando menos por este momento. Es que ahí confluyen los ríos Atoyac y Salado, generando fuertes corrientes y remolinos, donde se concentra gran cantidad de escombro tirado por la ciudadanía.

“Los riesgos que se presentan en estos dos ríos son bastante críticos, por la falta de prevención en la temporada que no hay lluvias y la gran cantidad de desechos, basura, troncos y todo lo que arrastra el río desde las partes altas y que se acumula en diversos puntos como los puentes, donde se forman taponamientos que generan el incremento en el nivel de las aguas, que ponen en riesgo a los asentamientos humanos cercanos”, explicó.

Maza Sánchez indicó que el riesgo en Santa Cruz Amilpas era que se venciera el bordo y se desbordaran las aguas sobre las viviendas ubicadas a unos metros, e incluso a partes más lejanas.

Dio a conocer que la zona se encuentra acordonada por la fragilidad del bordo, que prácticamente fue “carcomido” por la corriente de agua.

Por ello, recomendó a la ciudadanía “no acercarse en vehículos ni a pie” a esa parte que se mantiene vigilada por elementos de la Policía Preventiva.

“Sí alguien cae al río (Salado) seguramente será arrastrado por un buen tramo; el agua es demasiado fría y profunda en este momento; por eso los riesgos son mayores”, puntualizó.

Convocó a la población a mantenerse pendientes del temporal lluvioso. Pidió también no especular con algunas versiones, hasta que las autoridades de Protección Civil soliciten y conduzcan algún desalojo.

 

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