SANTIAGO TEXTITLÁN, Oaxaca, abril 28.- El ambiente en estas comunidades de la Sierra Sur oaxaqueña, a 1 mil 900 metros de altura sobre el nivel del mar, vuelve a enrarecerse y huele a peligro y muerte, como siempre.
Muy cerca de la zona, sobre la carretera de terracería, yacen como testigos de batallas perdidas, hileras de tumbas y cruces, hechas de cemento, fierro y madera, en recuerdo de la masacre de Agua Fría, ocurrida el 31 de mayo de 2002.
En esta ocasión, pobladores de Santiago Textitlán, en disputa constante con sus vecinos de San Pedro El Alto, denunciaron que fueron víctimas de allanamiento de morada, sin orden de cateo, además de agresiones a sus esposas e hijas por parte de policías preventivos del estado.
Narraron que los hechos ocurrieron la mañana de este jueves 28 de abril de 2011, cuando una partida de 350 policías preventivos, dependientes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), acompañados por soldados del Ejército Mexicano, acudieron a la zona para evitar un enfrentamiento entre ambas comunidades de la Sierra Sur de la entidad.
Sin embargo, en el caserío denominado Lachacho los uniformados irrumpieron de manera violenta en diversos domicilios, con el pretexto de aplicar la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, que terminó con el decomiso de algunas pistolas y escopetas viejas que utilizan los campesinos para su seguridad personal.
Humilladas, más que jaloneadas y evitadas, las mujeres se reorganizaron y acompañadas de sus hijos e hijas, así como de algunos hombres, porque la mayoría andaba en las labores del campo, corrieron a bloquear la carretera en el paraje “El Chiquigüite” para evitar el paso de los policías.
Ahí fue donde la Policía Preventiva intentó quitar del camino al grupo de pobladores, en su mayoría mujeres e infantes, lo que desató la violencia.
El Presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Santiago Textitlán denunció que los uniformados utilizaron gases lacrimógenos contra las mujeres y uno de los cartuchos pegó en la frente de una de ellas, por lo que tuvo que ser trasladada en avioneta, pagada por la comunidad, a la Ciudad de Oaxaca, donde quedó internada en el Sanatorio Molina.
Otras cinco mujeres también resultaron heridas, una de ellas por pedradas tiradas por los policías, y las demás por jaloneos y empellones, pero los uniformados no pudieron pasar.
“Todo se desencadenó por el conflicto agrario con San Pedro El Alto”, con quien se disputan dos mil 223 hectáreas de tierras y bosques, reconoció el Comisariado.
Y es que más tarde, luego de ser avisados, los hombres, esposos, padres, hijos, llegaron al lugar de los hechos y reforzaron el bloqueo que mantenían las mujeres, por lo que la policía estatal quedó prácticamente retenida, sin poder avanzar.
En la Ciudad de Oaxaca, la SSP dio a conocer que el reporte oficial de los hechos ocurridos en esta zona de la Sierra Sur es de seis personas (mujeres) lesionadas, al igual que siete policías con heridas, 15 vehículos dañados y una veintena de armas incautadas.
Sin embargo, entrevistado en el lugar de los hechos el Comandante de la Policía Preventiva reconoció que sólo tenía a un policía herido, una patrulla con el parabrisas estrellado y otras unidades con abolladuras.
Y al solicitarle que presentara a los policías heridos para tomarles fotografías, dijo que estaban “atrás, descansando, y no querían salir en la prensa”.
Las mujeres y autoridades comunales de Textitlán acusaron, por su parte, que los policías y los militares “amedrentaron a los habitantes ordenándoles que desalojaran las casas donde habitan porque son terrenos que pertenecen a San Pedro El Alto”.
Finalmente, hicieron responsables a las autoridades estatales y federales de estos lamentables hechos y de lo que pueda ocurrir en lo adelante.
