OAXACA, OAX., julio 26.- El secretario general de la Delegación 7-Oaxaca del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), Daniel Navarro Hernández, sufrió el robo de documentos, sellos y pertenencias de valor del interior de su vehículo, cuando lo dejó estacionado en una calle de la Colonia Reforma.
El dirigente sindical manifestó su preocupación por este hurto, ya que el o los delincuentes se llevaron información de sus cuentas bancarias y documentación interna del Programa de Titulación que impulsa el SNRP, conjuntamente con otro sindicato, así como el juego de sellos de esta organización gremial, entre otros objetos.
Advirtió también su extrañeza por las condiciones en que sucedió este ilícito, ya que su unidad de motor, una camioneta Ford Ranger de modelo austero, se hallaba estacionada cerca de vehículos de lujo; sin embargo –contra toda lógica–, los malhechores la eligieron como blanco de su fechoría y mostraron un inusitado interés en la sustracción de los documentos.
Los hechos ocurrieron el sábado pasado entre las 11:30 y las 15:30 horas, cuando Navarro Hernández dejó estacionada su camioneta en la Prolongación de Dalias, entre las calles de Almendros y Eduardo Vasconcelos (atrás de las oficinas del Partido Acción Nacional), en la colonia Reforma, para dirigirse a los círculos de estudio del Programa de Titulación de Periodistas.
Al retornar por su unidad de motor, en compañía del caricaturista Mario Robles y su compañero Carlos, descubrieron que la camioneta tenía prácticamente desprendida la chapa de la portezuela izquierda y en el interior todo estaba revuelto.
Navarro Hernández dijo que sería lamentable que este hurto tuviera como trasfondo afectar al Programa de Titulación de Periodistas recurriendo a “prácticas gangsteriles”.
Se preguntó a qué personaje o instancia le molestaría mucho que el SNRP esté encabezando un programa de profesionalización del gremio periodístico.
El dirigente del SNRP en Oaxaca manifestó que pretendió poner su denuncia penal en la Agencia del Ministerio Público adscrita a la Policía Municipal, pero, argumentando una fuerte carga de trabajo, le indicaron que tenía que esperar por lo menos unas cinco horas para ser atendido.
