Los zapatos de Alí y Zahra, en la película iraní titulada “Niños del cielo”, producido en 1997 y dirigida por Majid Majidi, muestran la importancia de la relación entre bienes, oportunidades y opciones reales de vida para personas concretas.

Los relatos permiten exponer que en las sociedades de este milenio, el bienestar de las personas ya no depende solamente de las elecciones del mercado ni de las decisiones del gobierno, sino más bien del modo en que se obtienen los bienes, el tipo de recursos (qué se asigna) y las obligaciones que contraen los beneficiarios con la distribución que hacen las instituciones.

Brevemente podemos decir que la economía se ocupa de la distribución de recursos escasos con usos alternativos y la política se encarga de determinar quién recibe qué, cuándo y cómo.

Estas dos disciplinas permiten mirar lo que las políticas nacionales como el de Bolsa Familia en Brasil, la Renta Básica en Europa, y el programa oportunidades en México, y localmente políticas sociales descentralizadas, como aquellos que están operando en el Distrito Federal y ahora el “Programa Bienestar” que, entre otros aspectos, está asignando uniformes y útiles escolares a todos aquellos niños y niñas que inician ciclo escolar en preescolar, primaria y secundaria, sin duda es un medio que en poco o mucho había restringido el acceso a la oportunidad, en este caso la escuela.

La infancia del siglo XXI demanda hoy diferentes bienes y servicios tanto a nivel individual como colectivo, de la dinámica económica y global aparecen como bienes de prestigio, luego como necesidades, pero hay otras necesidades que desafortunadamente –como el atletismo por relevos– se han ido transfiriendo como estafetas o testigos a las nuevas generaciones.

Con la dotación de uniformes y útiles se hace justicia local, y con ello se esperaría que disminuya las altas tasas de analfabetismo en el estado, claro está que se deben atender las otras arenas de la sociedad, tales como la condición familiar en el aspecto económico, trayectoria educativa, seguridad y protección a la infancia, etcétera, esto pues las trayectorias educativas en el estado y el país se hallan constreñidas por falta de oportunidades primero y luego por escasez de medios o falta de acceso a ellos por otros encadenamientos causales, esencialmente económicos.

Este lunes 22 de agosto de 2011 a decir del Gobierno del Estado poco más de 950 mil niños irán luciendo uniformes, con sus paquetes de útiles escolares, sólo que a diferencia de los otros años estos son uniformados del gobierno, resulta muy importante sobre todo cuando se piensa que para acceder a las oportunidades se requieren medios, además de capacidades para aprovechar óptimamente estos.

Es importante la asignación de bienes –uniformes y útiles–; sin embargo, falta calzado para muchos niños, principalmente indígenas y para aquellos que habitan en las comunidades rurales, hacen falta programas de albergues comunitarios y de nutrición, falta incrementar la calidad educativa, cubrir al cien por ciento de infantes que deben estar en la escuela y no lo están por razones ajenas a ellos, hace falta legislar para regular y evitar pérdida de clases, sacar a los niños jornaleros, los que trabajan y aquellos que son explotados de cualquier índole y hacer de Oaxaca un semillero de grandes hombres y mujeres como Juárez, los Flores Magón, Vasconcelos, Toledo, etcétera.

En la niñez y la juventud está el futuro de Oaxaca y de México, aún falta mucho por hacer.

(*) Profesor-Investigador del Instituto Tecnológico de San Miguel El Grande, Tlaxiaco.