EXPRESIONES.- Los políticos mexicanos a veces se tornan demasiado obvios hacia sus aspiraciones por obtener el control total, todo el poder.

Bien dice Marcelo Ebrard no entender por qué ahora se rasgan las vestiduras cuando se habla sobre gobiernos de coalición, si ya se tienen muchos años llevándose a cabo.

Y así es, en efecto.

Todos los principales partidos se han coaligado de alguna forma para obtener triunfos o avances electorales que les han permitido enchufarse a través de cuotas de poder, y aunque gobernar conjuntamente es otra cosa, las coaliciones hasta ahora, sólo han servido para obtener el poder, no para administrarlo.

Quienes quieren y proponen gobiernos de coalición para sacar los acuerdos que ayuden a sacar al país adelante, ¿no estarán proponiendo gobiernos de conspiración para “respirar juntos” y repartirse mejor el pastel?

No es pregunta, es sospecha.

Y es que coaligarse como proponen algunos “capos” de la política, se parece mucho a “conspirar”, que de acuerdo con los vocablos etimológicos significa: “respirar juntos”, compartir el mismo aire.

O sea, en nuestros tiempos se vale sospechar que tal propósito se usaría para designar un tipo de acuerdo entre dos o más partidos, que llevan a cabo una acción determinada en desafío a los códigos establecidos, que no es lícita ni moral y debe mantenerse en secreto, como establecen los cánones políticos nacionales: “en lo oscurito”.

La partidocracia, sospecho, quiere consolidarse.

Sería bueno que todos aquellos que firman y se suman ahora a supuestas propuestas innovadoras, clarificarán si lo que buscan al “respirar juntos”, es unir esfuerzos en beneficio de la colectividad o sólo para fortalecer a los partidos políticos en el reparto del poder… Tienen la palabra.

Oaxaca de Juárez, Oax., jueves 13 de octubre/2011

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