EXPRESIONES.- Como un reconocimiento natural, intrínseco, necesario, en estos tiempos en donde el respeto al derecho ajeno es uno de los principios más vilipendiados en México y en todo el mundo, surge el apotegma Juarista como uno más de los elementos para confirmar la universalidad de pensamiento de Don Benito Juárez García, orgullo de los oaxaqueños y de todo México.

En cientos de discursos, quizá miles, el pensamiento de Don Benito Juárez, es guía y símbolo de honestidad, justicia y apego al estado de Derecho.

Sus palabras y acciones marcan la ruta de una nación, en donde la injusticia, el rezago y la impunidad son manifestaciones cotidianas, contradicción que ofende, que lastima y que pone de manifiesto la demagogia política de quienes nos gobiernan y aducen cumplir las leyes porque vivimos en un régimen de derecho.

Cuanta falsedad en los hechos y cuanta incongruencia resalta, cuando en el seno del organismo más representativo para la consecución de la paz y del respeto al derecho ajeno, se pronuncie uno de sus miembros para proponer la universalización del apotegma del indio de Guelatao:

“Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Sin duda, un reconocimiento al pensamiento preclaro de Don Benito Juárez, empero, simultáneamente es un juego demagógico internacional que esclarece el poco apego de las instituciones por cumplir a pie juntillas con el discurso.

El pensamiento de Benito Juárez, por si sólo es universal, pero esa universalidad contrasta con los actos de quienes como reyes del teatro fingen hacer lo que exhibe su verborrea.

Benito Juárez siempre ha estado muy por encima de esos reconocimientos.

Oaxaca de Juárez, Oax., jueves 27 de octubre/2011.

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