EXPRESIONES.- No son los #Yosoy132, ni los “Morenos” de López Obrador y menos los “modernistas” de Marcelo Ebrard, quienes preocupan a los políticos tricolores.

Son sus cónyuges y los suplentes de los “huesos” que les otorgan los del primer círculo del Presidente Electo, Enrique Peña Nieto.

Parece raro, pero los políticos tricolores se tienen que cuidar de esposas celosas y de los suplentes en sus nuevos cargos, que de sus competidores políticos.

Y todo ello por los últimos hechos que se han suscitado y que han privado de la vida a dos diputados priistas.

Entonces pues, tendrán que echar sus barbas a remojar para evitar más desaguisados en las filas de un PRI, que además de renovarse y rejuvenecerse, tendrán la necesidad urgente de cambiar algunas costumbres en el ejercicio del poder para evitarse malinterpretaciones, celos innecesarios y ambiciones desmedidas que pongan en peligro su integridad y su futuro político.

Quizá una recapitulación sobre la actividad política no les vendría mal, sobre todo, bajo otras normas menos veleidosas y más cercanas a una ética y a una moral públicas que se han perdido en un oficio cada vez más degradante y lejano a la honestidad y las buenas costumbres.

Los políticos debieran ser ejemplo para la sociedad, no material de nota roja, como al parecer ahora empiezan a ubicarse por su desapego a las normas de conducta y a las buenas costumbres.

El desprestigio de la política está basado en ello, y si bien no se requieren “damas de la caridad” en el ejercicio de la política, si se necesita gente con valores bien definidos que conlleven a verlos como prototipo para una sociedad cada vez más compleja, confundida y abrumada por influencias negativas.

A estas alturas, es un imponderable la regeneración de la política….

Oaxaca de Juárez, Oax., martes 25 de Septiembre/2012.

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