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Un lujo cenas de Año Nuevo; 25 salarios mínimos para una cena de mil 500 pesos

OAXACA, OAX., diciembre 30.- Considerando el micro aumento aprobado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), una familia requirió 25 salarios para cubrir una cena de mil 500 pesos. Aunque miles de familias de Oaxaca, sólo pudieron invertir 8.36 salarios mínimos.

Oaxaca se ubica dentro de la Zona Geográfica “B” junto con entidades como Aguascalientes, Campeche, Colima, Chiapas, Chiapas, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.

Los salarios mínimos generales tuvieron vigencia a partir del 27 de noviembre de 2012, para las profesiones, oficios y trabajos especiales. Cristóbal Rivera realiza las compras de último momento para la cena de Año Nuevo. Debido a que el pasado 24 de diciembre el pollo sufrió un incremento entre 2 y 3 pesos por kilo, tuvo que ajustarse a la compra de menudencias para salvar la celebración.

El hombre considera que aunque costosa, la cena es un evento que no puede dejar de realizarse, porque es uno de los pocos momentos en que las familias se logran reunir a la mesa. Y es que elaborar un ponche para la cena de Año Nuevo cuesta 120 pesos, un pavo sin relleno 500 pesos, pollo en barbacoa 300 pesos, pierna mechada sencilla 500. Esto para muchos oaxaqueños una lujosa e inalcanzable tradición.

Lo mismo, Gabriel Jiménez, lo dice resignado y hasta con cierta mofa. “Pues la cena será un lujo”. El hombre escoge dentro del montón de guajolotes, pollos y gallos en pie, el más gordo. El desembolso fue de cien pesos, le quedan 200 pesos más para completar la cena de seis personas.

Gabriel es de oficio albañil. La semana pasada se tuvo que apretar fuertemente el cinturón para tener una reserva de dinero para la cena. Los 300 pesos destinados para esta celebración, representan el 40 por ciento de su sueldo.

“Para gastar poquito, sólo 300 pesos para la cena y con eso tiene que alcanzar para todos. No más un pollo ranchero, unos nopalitos. Hay que hacer milagros, pero como se dice, donde come uno, comen dos”, expresa.

En el mercado de abastos, una mujer se acerca al tendido de guajolotes y les palpa el pescuezo para revisar que no tenga “espiga”, pues según explica el totol o guilo, con espiga es viejo y no sirve para la cena.

Don Francisco oferta los guajolotes de a 350 a 400 pesos “porque no hay venta. No hay dinero”, expresa. Si vende lo suficiente para recuperar su inversión podría darse el lujo de agarrar un guajolote para su cena “si no, no habrá comida. La situación está difícil, la gente no compra porque se queja que no hay trabajo, ya no es como antes”.

Con la llegada de las cenas del pasado 24 de diciembre y el 31 de diciembre el pollo por kilo sufrió un incremento entre dos y tres pesos, refiere Alejandro Hernández de “Mi Granjita”. En su puesto, al igual que muchos de los que se ubican en la zona húmeda de la Central de Abasto, lucen con poca gente. Estima que la disminución de las ventas ha disminuido en un 30 por ciento en comparación con años anteriores.

En las carnicerías la venta es de pierna de puerco, cecina enchilada y chorizo. Juan Antonio Torres, de la carnicería “El Cerdito”, coincide con los polleros al indicar que los oaxaqueños llevan los bolsillos gastados, sobre todo porque el producto se encareció entre tres y dos pesos por kilo desde hace un mes.

En promedio, en estas fechas cada cliente compra entre dos y tres kilos de carne, hasta cinco kilos menos de lo que compraban hace tres años, subrayó. Con esos aumentos una familia requirió 25 salarios para cubrir una cena de mil 500 pesos. Aunque muchos sólo pudieron invertir 8.36 salarios mínimos.

 

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