EXPRESIONES.- Efectivamente, el fenómeno de la creación de policías comunitarias en determinadas zonas en donde la confianza en las policías estatales, municipales e inclusive la presencia del Ejército, la PGR o la Marina no garantizan la seguridad de los pobladores, es un claro signo de ingobernabilidad.

De esa forma, se han creado grupos comunitarios en entidades como Michoacán, Guerrero y ahora Oaxaca, sin embargo, las características del origen de este fenómeno no son iguales en cada una de las regiones donde se han presentado.

La presencia y el crecimiento de la delincuencia organizada para asolar a las poblaciones costeras, no se manifiestan sólo por ser corredores de la droga hacia los Estados Unidos, sino también por delitos como el secuestro y la venta de protección a comerciantes, ganaderos y agricultores.

El caso de Santos Reyes Nopala, en Oaxaca, es diferente. Ahí tiene presencia un cacicazgo porril de un energúmeno que se ha hecho literalmente dueño de esa población de la que ha sido varias veces munícipe o representante social.

Por eso la SEGEGO lo ubica no como signo de ingobernabilidad, sino como el clásico chantaje político tan en boga en toda la entidad, que hace que cualquier oportunista o dirigente social se aproveche de la situación imperante para sacar raja de un gobierno atosigado de conflictos de toda índole, otra especie de ingobernabilidad, pero ésta, de tintes políticos.

La aparición de la policía comunitaria no es más que otra forma de chantajear y presionar al gobierno para obtener canonjías o prebendas, quedando demostrado con el acuerdo que ya obtuvo el torvo porro Freddy Gil Pineda y la desaparición de su “policía”.

Es obvio, que la gobernabilidad en Oaxaca se sigue negociando, con el consabido resultado de que con ello siguen y seguirán proliferando los organismos y los personajes que hacen del chantaje y la presión política un pingüe negocio…..

Oaxaca de Juárez, Oax., SÁBADO 16 de febrero/2013.

rampuga@prodigy.net.mx confusiopuga@hotmail.com