EXPRESIONES.- Ya no podemos seguir conformándonos con lamentaciones, “palmaditas” en el hombro o apoyos especiales para los que ejercemos la actividad periodística.

Las estadísticas son contundentes y evidencian incapacidad, negligencia y corrupción en las áreas que imparten y procuran seguridad y justicia en la entidad.

La Organización Independiente defensora de los Derechos Humanos, Artículo 19, anota en sus registros que durante el primer semestre del 2013, se han documentado 151 agresiones contra la libertad de expresión, de los cuales, 11 han ocurrido en el Estado de Oaxaca.

Con el reciente asesinato del reportero del periódico El Imparcial, Alberto López Bello, sumarían tres periodistas asesinados en posible relación con su labor periodística, en este mismo lapso.

Del 2009 a la fecha se han registrado 52 agresiones contra la prensa en la entidad, siendo el principal agresor funcionarios públicos.

Del 2000 a la fecha cinco periodistas han sido asesinados por posible relación con su labor periodística.

Por tanto, el caso López Bello no puede ser minimizado ni pretender archivarlo a través de evasivas, posibles indemnizaciones o demagogia discursiva; debe ser esclarecido totalmente porque en él puede verse involucrado toda la escoria que existe en Seguridad Pública Estatal y la PGJE, en donde sus titulares han sido incapaces de limpiarlas de acuerdo a las exigencias de las nuevas políticas de seguridad y justicia.

Recuerden: López Bello fue aquel fotógrafo que tomó fotos a la manta relacionada con el secuestro de los niños Gutiérrez Candiani, ¿cómo no pensar mal al respecto?

Las investigaciones deben ser claras y precisas, nada de engañifas, ni pretextos, que sólo aumentan la desconfianza en este gobierno.

¡Los periodistas exigimos justicia, seguridad y cero impunidad!

Oaxaca de Juárez, Oax., SÁBADO 20 de julio/2013

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