OAXACA, OAX., noviembre 17.- La revista “Generación”, comandada por el periodista Carlos Martínez Rentería, cumple 25 años viviendo “con la única dignidad de la certeza: la equivocación”.

La voz del reportero —el verdadero periodista, como señala Vicente Leñero— sale en susurros, ronca, entre cortada, pero vital: “apuesto por la barbaridad de la vida, por construir mi propio pensamiento. Hay que dejar de citar y pensar por primera vez, todo de nuevo, aun cuando haya estudios serios y profundos sobre algún tema”.

El epitafio de José Revueltas, rememora Carlos Martínez Rentería, dice: “Gris toda teoría, verde el árbol de la vida”. Entonces, continúa, “mi pensamiento es de vida, no soy repetidor de teorías, prefiero inventarlas, aunque me equivoque, porque la equivocación es la única diginidad de la certeza”.

Referente de la contracultura en la ciudad de México, Carlos Martínez Rentería vino a la 33 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) a festejar los 25 años de la revista “Generación” con sus amigos: Guillermo Fadanelli, Leonardo da Jandra y J.M. Servín. También, desde luego, acompañado de su hijo Emiliano y de su pareja —o ex, quién sabe— Guille.

En la sala de escritores de la FILO, al lado de la cantina y los rones y vodkas y cervezas y mezcales acepta esta entrevista, no sin antes pedir chance para ir al privado.

HISTORIA DE LA INCONSCIENCIA

La revista “Generación” empezó por “la necesidad de un grupo de amigos para decir algo diferente. Todos menores de 25 años que trabajábamos en el periódico ‘El Universal’. Decidimos hacer una publicación donde no hubiera censura y no nos estuvieran chingando sobre lo que escribíamos”.

Eran Américo Guerra, quien ya murió, Arturo Jiménez, hoy reportero de “La Jornada”, Alejandro Jiménez, coordinador editorial de “El Universal” y, desde luego, Carlos Martínez Rentería.

Comenzaron a planear un tabloide en papel periódico. Iniciaron con 24 páginas y los dos primeros números los editaron e imprimieron, cuando las galeras se realizaban todavía manualmente, con el apoyo de “El Universal”.

Después, uno de los funcionarios de este periódico les dijo que si querían contar con su apoyo tenían que pasar a revisión todo el contenido editorial de la publicación.

Desde luego, “no estuvimos de acuerdo. Esperamos algunos meses y logramos salir por nuestra cuenta. Se incorporaron otras personas y publicamos otros cuarenta números en papel periódico, igual. Llegamos a tener 32 páginas”.

Fue en 1995 cuando “Generación” comenzó su etapa como revista. “Curiosamente, en ese año me corrieron de ‘El Universal’, y me voy feliz porque eso me permitió seguir haciendo la revista por mi cuenta”.

Hoy llevan 95 números. Se ha ido gente que estuvo desde el principio, pero ha llegado otra.

Para Martínez Rentería, “la posibilidad que ‘Generación’ cumpla 25 años tiene que ver con una pinche locura, una pinche inconsciencia, un vacío relacionado con número tras número, porque cada uno puede ser el último, incluso el de este aniversario”.

Pero, y aquí remarca su comentario, “nunca ha sido una publicación pensada con la idea pretenciosa de ser una empresa”.

Ha habido gente que ha pedido que se le pague por colaborar, refiere, también quienes han querido comprar la revista y ofrecimientos para hacer sociedades. “Me he equivocado en muchos aspectos, pero a estas alturas de mi vida, me gusta como juego, como provocación, como reto”.

Más si se toma en cuenta que “a veces tenemos convenios publicitarios y a veces no” y que “si hiciera realmente cuentas sobre cómo ha estado funcionando económicamente la revista, pues desde cuando no la haría”.

REPORTEANDO SIEMPRE

—¿No hay otra revista similar en el país?

—No, incluso a nivel mundial. He estado en varios países y obviamente hay revistas muy chingonas, pero no como “Generación”.

Su pervivencia, platica Carlos Martínez Rentería, “es una apuesta. Muchas veces, prefiero publicar a alguien que no es tan buen escritor, pero tiene algo intenso que decir. Para qué hacer una revista que diga cosas que todo el mundo está diciendo”.

Según Martínez Rentería, hoy existen “muchas revistas comerciales que hablan de sexo o droga, pero manejan los temas siempre de una manera light”.

En “Generación”, en cambio, “no todos los números son buenos, pero yo digo que todos se salvan un poco o un mucho, porque el asunto tiene que ver con la inquietud de equivocarse”.

Incluso, “dejo las faltas de ortografía necesarias, pues son como lunares en el cuerpo de una mujer, imperfecciones que te ayudan a detenerte en ciertas partes”.

—¿Te sigues sintiendo reportero?

—Claro que sí, eso nunca termina. Decía Vicente Leñero que los verdaderos periodistas son los reporteros, no los articulistas ni lo críticos de arte ni los ensayistas. Yo soy un reportero, y tú lo sabes, ahorita estoy reporteando porque murió un amigo mío: Guillermo Tovar y de Teresa.