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Injusticia de la ENUFI y el IEEPO

Sin Derecho a Fianza

El varios medios se ha informado del acoso, la discriminación y la violencia psicológica de que ha sido objeto Beatriz Morales Ruiz, estudiante de primer año de la Escuela Normal Urbana Federal del Istmo (ENUFI) por caer en el pecado de negarse a bloquear carreteras y otros delitos en los que ya son especialistas esos jóvenes normalistas.

Como se indicó, Beatriz se quejó, pero la dirección no hizo ningún intento por solucionar el asunto y los jóvenes continuaron su torpe práctica por Facebook. La joven interpuso una demanda ante la CNDH y este organismo está en el acopio de pruebas. Asimismo, Beatriz ha aportado las suyas.

Este 30 de enero entregó la documentación que le pidió la Comisión a través de su visitadora Elizabeth Lara Rodríguez. Por ello nos percatamos que las declaraciones del encargado del departamento jurídico del IEEPO, tergiversó los datos.

En los expedientes que éste proporcionó a la CNDH, en el oficio 018, el Jurídico del IEEPO afirma que el 12 de noviembre de 2013 Beatriz acudió a la Academia de Primer Semestre: “A solicitar que se atendiera un problema que estaba presentando en su grupo”.

Pero no era “un problema”, como quiere minimizar el IEEPO, sino por ser “víctima de discriminación escolar académica y social por parte de sus compañeros de grupo, aclarando que la posible causa es por su posición ideológica de no participación en los movimientos de lucha estudiantil, al no asistir a reuniones, marchas, plantones, ni aportar su cuota económica y ante eso solicita que los docentes que integran la presente academia consideren esta situación y así la interesada no resulte afectada en la acreditación de las diferentes asignaturas del semestre”.

Eso quedó asentado en el acta y lo omite el jurídico; Luego, queriendo cubrirse de un profesionalismo que no existe en esa escuela normal, indican a la CNDH:

“Los integrantes de la Academia decidieron apoyarla buscando una estrategia para superar su problemática, por lo que acordaron que una comisión asistiría lo más pronto posible a conversar con el grupo “C” e indagar lo que estaba sucediendo y buscar la armonía del referido grupo, remarcándole que en el aspecto organizativo de los alumnos, los docentes no tenían competencia”.

No obstante, Beatriz niega que hay existido ese “apoyo”: “mis profesores en ningún momento hablaron de apoyarme. Antes bien, me hicieron sentir responsable de todo lo malo que me estaba ocurriendo”. Más bien la “exhortaron” a delinquir:

“Ante este planteamiento y mediante la participación de los presentes (docentes y jefes de grupo) se llegan a las siguientes consideraciones: 1) que la interesada analice su postura con referencia a las dimensiones políticas, sociales e interpersonales de la comunidad normalista, 2) se precisa que los movimientos estudiantiles tienen sus propias normas y códigos de participación y que no tienen ninguna ingerencia [sic] en las decisiones académicas, 3) es responsabilidad de la interesada cumplir con las actividades escolares inherentes a cada asignatura y así acreditar las materias, 4) se comisiona a la Lic. Giovana Reyna Revuelta para que en su carácter de responsable del Proyecto de Tutoría sea la mediadora en este conflicto que presenta el 1er grado, grupo C”.

Tal vez el asunto se hubiera acabado ahí mismo si la chica, “analizara su postura” señalando que sí estaba dispuesta a obedecer las órdenes de los
líderes vándalos; ya que esos torpes profesores no pueden hacer nada, porque, dicen: “los movimientos estudiantiles tienen sus propias normas y códigos de participación”. Ellos no ponen faltas, ni bajan calificaciones, ni aconsejan ni expulsan a los delincuentes que causan tantos desmanes. Pero, ay de aquella niña que ocupe unos minutos para poner su queja en alguna parte, porque tiene falta segura.

Con esa consideración, la de aceptar normas y códigos criminales, los maestros dan patente de corso para que esa pésimas prácticas permanezcan.

También la exhortaban a “cumplir con las actividades escolares inherentes a cada asignatura y así acreditar las materias”: pues si eso es lo que pedía la chica; su queja era porque sus compañeros la hacían a un lado, no la admitían en sus equipos, la descartaban por Facebook donde los profesores proporcionan lecturas y solicitan trabajos.

Para seguir con el juego, comisionaron a una profesora como mediadora en el “conflicto”. “Pero, ¿cuál conflicto? —se pregunta Beatriz—. Un conflicto se da entre entes similares, no entre agresores y agredida. Es como si alguien dijera que existe un ‘conflicto’ entre el violador y su víctima”.

Luego el Jurídico del IEEPO miente. Señala que una comisión acudió ante el grupo para atender el asunto:

“que sus compañeros le dijeron que no la han obligado a pertenecer al comité político que existe en esa institución, y que no la han perjudicado académicamente por tener una ideología diferente a la suya; que dicha comisión invitó a los alumnos a conducirse con respeto y trabajar en armonía, que los estudiantes mostraron disposición para resolver la situación y acordaron realizar un reglamento que les permitiera contribuir a una buena relación grupal”.

Ahora ya se llama “comité político”. Sin embargo, Beatriz afirma que no fue esa comisión a invitar a los alumnos, sino a ella, para que se integrara, y a solicitarle al resto que tuviera la magnanimidad de aceptarla.

MÁS INVENTOS Y MENTIRAS DEL JURÍDICO

Beatriz pedía, ya que se le excluía de los grupos de trabajo, que sus profesores enviaran las herramientas académicas o peticiones de trabajos directamente a su e-mail o entregados en físico para su reproducción. Que la relación fuera directa alumno-profesor, “puesto que no hay necesidad de intermediarios, y menos todavía si éstos están discriminándome”.

También, algo muy sencillo, que los profesores evitaran cualquier tipo de agresión contra ella en clases, que “pongan orden y hagan valer su autoridad dentro del salón”.

Al contrario, algunos maestros, de los que son tan valientes, destrozando puertas, pintando muros y agrediendo a la policía, incluso se negaron a firmar de recibido a sus peticiones, porque señalaron, podrían “meterse en problemas”. Gracias a que una compañera de Beatriz filmó a los profes, estos aceptaron firmar; sin embargo, eso fue usado en su contra, como infantilmente dice el documento del jurídico del IEEPO: “algunos de los docentes no recibieron dicho documento en virtud de que usted se hizo acompañar por otra alumna de esta institución, quien portaba cámara de video en mano para filmar”. Y, ¿qué miedo tenían por eso?

Y sigue mintiendo, según Beatriz, ya que, dice el jurídico que se hizo la reunión y todos quedaron muy felices. “se le dio respuesta a cada uno de sus puntos petitorios formulados por escrito […], usted manifestó su agradecimiento por todas las atenciones y el tiempo que los integrantes de la Academia habían dedicado al asunto planteado, y que gracias a eso su grupo había cambiado brutalmente que la relación con sus compañeros era cordial, y que debido al cambio, les solicitó que la respuesta a su petición fuera por escrito ya que necesitaba ampararse”.

En su versión, el Jurídico omite la “respuesta” a la petición, pero en una contradicción (si todo estaba bien) dice que ella “necesitaba ampararse” ¿y por qué razón, si “la relación era cordial”?

También omitían entregarle copias de las actas a la chica, cuando desde el primer momento ella así lo solicitó. Es obvio que de esa manera no podría comprobar la injusticia a su problema. Con su particular forma de expresarse, los maestros contestaron a Beatriz:

“El texto que hizo llegar la alumna a algunos docentes está fuera de contexto y tiempo, dado que la situación ya fue planteada en la reunión de academia del 12 de noviembre, tomados los acuerdos para su atención y ejecutados”.

Argumentan: “fuera de contexto y tiempo”. Ni que fuera convocatoria. Es decir, si no te quejaste dentro del salón en el momento en que te agredieron (tal vez eso sería el contexto y el tiempo para esos ignorantes) ya no sirve tu petición de justicia. Imagine, usted lector, que fueran jueces de una mujer violada.

Como no tenían ningún argumento legal de que echar mano, para negarle copias de los documentos, los retrógrados docentes pecaban de inocentes y “literales”. Dijeron:

“El Acta de academia es un documento administrativo cuyo resguardo y uso corresponde al Área de docencia de la institución, por tanto no se puede entregar a un alumno(a)”.

En su ignorancia creyeron que ella les pedía ¡el documento original! O, suponían que ella era tan inocente que se creería esa irracional respuesta.

Lo que hubiera sido muy fácil de solucionar; que los docentes aceptaran los trabajos de manera personal, fue negado con otra de absurdas respuestas (que copiaron de algún manual, pero en otro contexto):

“―El uso de las Tecnologías de la información y comunicación considera en los rasgos del perfil de egreso que el estudiante normalista emplee la tecnología para generar comunidades de aprendizaje, utilice los recursos de la tecnología para crear ambientes de aprendizaje, y participe en comunidades de trabajo y redes de colaboración a través del uso de la tecnología. Por tanto el uso de estas tecnologías no puede limitarse al envío de información del docente de forma personal a un alumno(a) en específico”.

Pues entonces hubieran obligado a los alienados compañeros de Beatriz a aceptarla en algún equipo. Como ninguno tuvo la decencia, el valor, la ética ni el profesionalismo para hacer eso, pues la chica se fue a instancias mayores. Por otro lado, en ningún programa se indica que debe usarse Facebook para ese “aprendizaje”.

Igual pasó con la petición de entregar sus trabajos a título personal, porque los docentes nada hacen para parar el vandalismo, el ausentismo y la pérdida de clases para las prácticas criminales de los normalistas, pero eso, sí son muy estrictos con los programas de la SEP, porque contestaron:

“No se puede establecer una atención, relación o comunicación individual y/o personalizada alumno-profesor dado que un rasgo principal en la estructura del plan de estudios es el enfoque centrado en el aprendizaje donde el nuevo papel del profesor debe consistir en la creación y coordinación de ambientes de aprendizaje complejos, proponiendo a los estudiantes un conjunto de actividades apropiadas que les permitan la comprensión del material de estudio, apoyados en relaciones de colaboración con sus compañeros y con el propio docente. En otros términos, el profesor debe actuar como mediador del aprendizaje, ubicándose más allá de la figura del profesor informador y explicador del modelo tradicional. Los estudiantes, por su parte, son considerados como sujetos capaces de construir su propio conocimiento a partir de su interacción con el mundo y con otros sujetos en el marco de contextos específicos y orientados por un proceso de reflexión (SEP, 2011. Pág 34)”.

¿Cómo la ven? Como no supieron resumirlo, para que no hubiera duda, apuntan hasta la página de dónde extrajeron tan importante cita, de un texto muy raro, se llama “SEP, 2011” que quién sabe si exista. Yo hallé eso mismo pero en: “Formación docente. Secuencias didácticas”. 2010; y en “El profesor como mediador o facilitador del aprendizaje. http://sgpwe.izt.uam.mx/files/users/virtuami/file/int/enfoqpedago_relacion_actv_elprofesorcomomediador.pdf (A los profes les faltó lo de “subordinar la mediación a su desarrollo, a través del uso de estrategias cognitivas y metacognitivas”. Supongo que eso ya no lo entendieron).

Twitter: @yaguer_yaguar

 

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