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Mecenazgos entre comillas son los que hay en el arte de Oaxaca, afirma Abraham Torres

OAXACA, OAX., abril 11.− En medio de su taller de gráfica Bambú, rodeado de sus “xolitos”, Abraham Torres declara vehemente: “si no existiese mercado para el grabado de Oaxaca, ya habría renunciado desde el punto de vista productivo, aunque no del creativo, porque esto es parte de la vida”.

Un tanto como respuesta a su maestro Shinzaburo Takeda, quien en la presentación de la revista “Luna Zeta” afirmó, palabras más o menos, que nadie compra gráfica en el Estado, el artista oaxaqueño sostiene que “sí hay mercado: incluso −precisa−, si se aceptara que no existe venta físicamente aquí, el mundo siempre tiene en la mira a Oaxaca para adquirir piezas de arte”.

El taller Bambú (Mártires de Tacubaya 507, Centro), fundado en el año 2003, participará en la celebración del Día Mundial del Arte –establecido el 15 de abril por el aniversario del nacimiento de Leonardo da Vinci− con actividades que realizará del 14 al 18 del mismo mes: un curso de pintura de las llamadas “tierras pigmentadas” y una exposición a cargo del artista Marcos Sánchez, exhibición de películas, puertas abiertas para conocer el espacio de las 12:00 a las 20 horas y la presencia de “Bambulante” en las calles aledañas al taller.

“Bambulante” es un proyecto que nació en el año 2005 para llevar el concepto del taller Bambú a la calle, las escuelas, los pueblos y espacios culturales: La Mano Mágica, la UABJO, el Mupo, el Museo del Palacio, la comunidad de San José Guelatova de Díaz, Zimatlán de Álvarez.

Aunque su ejercicio no ha sido constante, desde hace un mes “Bambulante” asiste cada martes a la “Escuelita de la Maestra Cruz” en el Callejón de los Reyes del Barrio del Ex Marquesado.

Sus actividades consisten en practicar lo básico del grabado a través de prensas de formato pequeño y material accesible para trabajar con niños, jóvenes y adultos a manera de juego. En la actualidad, además, cuenta con la participación de “Ticha y Bambulante”, quien es especialista en la narración y actuación de leyendas tradicionales y relatos creados en el momento.

De regreso a la plática con Abraham Torres, éste menciona que tan hay venta de grabado en Oaxaca, que el taller Bambú “nunca ha recibido ni una beca ni apoyo económico del gobierno ni de nadie, porque se ha mantenido de trabajo y producción”.

−¿Sin tanto prejuicio y purismos, por qué lo comercial y lo artístico pueden convivir?

−Claro que sí. De eso se trata también. Hay artistas que nunca enseñan su trabajo de creatividad personal… sólo su parte comercial, que debe de existir. Cada vez más las galerías se están abriendo, ampliando. Tengo muchos compañeros que se dedican a vender obra y, a veces, viven mucho mejor que los artistas: esa es la prueba de que sí hay venta−vuelve al tema Abraham Torres.

−Por otro lado, Abraham, según el subsecretario de las Culturas y Artes de Oaxaca, Emilio de Leo, en Oaxaca venimos de un proceso de mecenazgos en el arte y transitamos a otro de colaboración y coinversión…

−Mecenazgos entre comillas son los que han existido en Oaxaca. Los que trabajamos en artes plásticas sabemos que, cuando inician, los jóvenes regalan su trabajo a esas personas que “apoyan” el arte.

“Siempre ha existido y existirá eso. Yo estoy un poco de acuerdo y un poco en desacuerdo. El artista tiene que doblar a veces las manos debido a las necesidades económicas que tiene y dar más de lo que recibe como apoyo”.

Y de colaboración y coinversión no hablo, porque “he tenido muy malas experiencias con las instituciones de cultura estatales y municipales. Prefiero no opinar. Las cosas se conocen y ven a simple vista. A los funcionarios lo que les interesa es conservar su trabajo, nunca ir más allá, a lo que realmente es cultura”.

−Patricia Tovar ha dicho que es momento de romper paradigmas del arte y cuestionar a los artistas que ya tienen un lugar e incluso un poder…

−Todo tiene su tiempo. Apoyaría en ese sentido, porque volvemos a lo mismo: a ese mundo del arte en que prevalecen las élites, los grupos, las mafias; pequeños grupos que obtienen los beneficios, todo.

Ante ello, “hay que aportar a través de la educación, despertar la atracción por la cultura y el arte, picar el interés de niños y jóvenes. De esa manera se daría pie a los cuestionamientos a los que se refiere Patricia Tovar”… y muchos más.

 

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