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Como cierta carabina, la CNDH sirve para 2 cosas…

SIN DERECHO A FIANZA.- Como el lector recordará, en este medio se ha dado cuenta del caso de quien era estudiante de primer año de la ENUFI, la joven Beatriz Morales Ruiz, sobre el acoso escolar, la discriminación y la violencia psicológica que sufrió de parte de sus compañeros por negarse a participar en actos criminales como bloquear carreteras, “secuestrar” autobuses y otros delitos que suelen practicar los futuros docentes.

Beatriz pedía cosas muy simples: ya que se le excluía de los grupos de trabajo, que sus profesores pidieran sus tareas por correo electrónico o que fueran recibidos personalmente; o que los profesores evitaran cualquier tipo de agresión contra ella en clases, que “pongan orden y hagan valer su autoridad dentro del salón”.

Las denuncias en los medios y la demanda interpuesta por Beatriz ante la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) debió haber molestado mucho a los desequilibrados de la Sección 22 de la ENUFI, ya que en lugar de atender las demandas de la chica, decidieron reprobarla y, no contentos con eso, darla de baja para dejarla impedida por dos años a una inscripción en esa gloriosa escuela, semillero de mediocres, que solamente son capaces de obtener un empleo con base en el chantaje, por eso ven con terror los exámenes de oposición.

Por supuesto no valió que casi tres meses la ENUFI estuviera cerrada, pues los hijos de “La maldición de Oaxaca” suspendieron clases para ejercer su violencia exigiendo que les regalaran las plazas, ya que con la reforma es obligatorio que aprueben un examen.

El director Fredy Rosado López dijo que la baja era legal “y de ninguna manera intervinieron cuestiones políticas o sindicales”. Sí, claro.

Hay que señalar que ella ocupó el noveno lugar en los resultados del examen de admisión. Sólo aceptaron a 65 alumnos. Entregó los trabajos y resolvió los exámenes, lo que no se puede creer lo mismo de los vándalos que estaban en la capital del estado. Sin embargo fue la única reprobada de toda la escuela.

Estos son los nombres de los profesores héroes que salvaron a la ENUFI de una disidente al reprobarla: Giovana (sic) Reyna Revuelta, Gisela Cueto Zárate, Gladis Betanzos Selvas, Irán Ordaz Peto, René Jiménez Blas y Francisco Javier Cruz Antonio.

Por marzo me comuniqué con Beatriz y me dijo que veía rara la actuación de los funcionarios de la CNDH con sede en Ixtepec: primero la atendieron muy bien; luego le pedían nuevos elementos, como testigos (si todos sus compañeros están de acuerdo o aceptan esas “normas” absurdas, no encontraría ella ninguno a favor); también le indicaban que se buscaría “la conciliación” y como último recurso “la recomendación”, por lo cual Beatriz dudaba que se emitiera un fallo a su favor.

Tenía razón. Este lunes 18 de agosto (aunque el oficio tiene fecha del día 5), por fin, la chica recibió la respuesta de la CNDH. Como burócratas que son, para “hacer bulto” y aparentar una revisión exhaustiva, los que lo elaboraron hacen un recuento de lo que les dijo el IEEPO: que si el semestre comienza y termina el día tal, que si a los alumnos se les indicó sobre las normas. También ponen la lista de materias en que la “reprobaron”, etcétera.

Luego casi casi le dicen que ella tiene la culpa porque no siguió la regularización. Es decir, la CNDH en lugar de investigar si era correcta la baja de la chica y los agravios a su persona, acepta como valida las razones de los orates. Pide más evidencias y, si Beatriz no lo hace, darán “por concluida su queja”. Firma la licenciada Elizabeth Lara Rodríguez. ¿Cómo la ve?

En casi medio año, Lara Rodríguez y sus asesores bien pagados ni siquiera pudieron leer los documentos que entregó Beatriz porque, dicen en su oficio, “de acuerdo a los registros de evaluación que reportaron a control escolar los docentes titulares de los cursos, la autoridad responsable informó que usted no aprobó”.

La chica respondió a eso en su página de Facebook:

“¡Pero si yo misma subí la ‘constancia’ de calificaciones que me expidió el director, con seis de ocho materias reprobadas!

“Hay que ir al origen de mi caso: mis quejas ante mis profesores, primero; ante la Academia, después; luego ante directivos, y finalmente ante la CNDH por quererme obligar a ir a marchas, bloqueos, plantones, toma de autobuses y casetas de peaje.

“Todo avivó la hostilidad hacia mí, así como las agresiones y la discriminación que se hicieron públicos hasta en las redes sociales.

“Jamás he sido mala alumna ni mala ciudadana.

“Es bastante obvia y burda la razón de que seis de mis ocho profesores me reprobaran: darme de baja de la ENUFI ‘normativamente’. Ahora dice la CNDH que le proporcione más evidencias. ¡Pero si el 31 de enero presenté un texto de 11 hojas, con más de 30 hojas anexas, así como dos grabaciones, con pruebas de todo tipo donde se evidencian las agresiones contra mí y la hostilidad institucional!

“¿Qué más quieren que presente? ¿Una declaración firmada por los maestros donde digan que fueron obligados por la Sección 22 a reprobarme?”.

La decepción de Beatriz se muestra en su último párrafo, algo que mucha gente comparte:

“Tal vez si yo fuera una delincuente común, la CNDH me atendiera prontamente y hoy se me hubiera hecho justicia. Pero no. Soy una joven de 20 años sin más apoyo que mi conciencia y mis valores. Eso, frente a la maquinaria del sindicalismo charro, ahora quizás no signifique nada. Pero mañana tal vez valga todo. Ni modo, estamos en México y ya sabemos quiénes mandan en el Estado de Oaxaca”.

Claro, la CNDH prefirió enfrentar la vergüenza pública que desafiar a los verdaderos criminales.

COMO LA CARABINA

Desde hace años esta obsoleta oficina ha sido criticada y tachada de “cara e inútil”, según señalaron en el 2009 organizaciones nacionales e internacionales (como Human Rights Watch, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, Fundar y la Academia Mexicana de Derechos Humanos), ya que, dijeron, la CNDH realiza “un trabajo inútil, ineficiente y decepcionante, además de que su funcionamiento es oneroso.

Según los activistas, el dinero que maneja la CNDH no está en correspondencia con sus resultados. De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, 71.5 por ciento del dinero que recibe se destina al pago de sueldos.

Señalaron que en menos de diez años el organismo incrementó su presupuesto en más de 300 por ciento, y se ubicó como la oficina en su tipo más costosa de América Latina, por arriba de los recursos asignados a la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos de OEA.

Por su parte, los académicos del Programa Atalaya, al analizar más de 300 quejas presentadas ante la CNDH en contra de siete dependencias del gobierno federal, encontraron que en ocho de cada diez casos las investigaciones elaboradas por la comisión fueron “deficientes” y no encontró datos suficientes para validar la violación a los derechos humanos.

Con el caso de Beatriz, por eso decimos, “la CNDH sirve para dos cosas…”.

 

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