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Oaxaca, educación y salud al colapso

CRÓNICAS DE LA ÍNSULA.- Vamos para atrás en cuanto a democracia, buen gobierno, seguridad, administración pública, federalismo, salud, educación, entre tantos otros aspectos. Décadas de avance legislativo que dieron paso, por ejemplo, a la reforma política que en los tiempos de Ernesto Zedillo permitió la transición en el poder se están perdiendo.

Los intentos de descentralización en la administración de la educación pública también llegan a su fin. El próximo 1 de enero lo más sensible de este servicio, el pago de los maestros volverá a manos de la federación, luego de tres décadas perdidas, cuando en las entidades como Oaxaca en vez de que los actores locales de este servicio pugnaran por adecuar los métodos, pedagogía, calendarios, etcétera a la realidad estatal se conformaron alegremente con repartirse el multimillonario presupuesto del IEEPO cual botín de conquista.

Esos recursos públicos enviados por el centro federal, ojo, no creados en la entidad, desde el principio fue alegremente recibido por la clase política local y su burocracia educativa con una visión patrimonialista, como si fuera patrimonio propio y familiar y no como lo que es, recurso público para uso social.

Esa postura propició que en Oaxaca la descentralización administrativa de los servicios públicos en materia de educación y salud, por mencionar los más sensibles, fueran los más sonados fracasos. Ambos están hoy en pleno colapso.

En materia educativa las cifras y estadísticas son más que preocupantes. Estamos en los más bajos índices de calidad educativa, reprobados en matemáticas y lectura. Nuestro estado apenas figura con seis años de escolaridad como promedio estatal junto con Chiapas, cuando el promedio nacional es de 8 grados.

En tanto los cabecillas de la burocracia gubernamental y sindical lucen enriquecidos con el manejo de los millonarios recursos para educación. Hay quienes ni siquiera se preocupan por ocultar su enriquecimiento inexplicable, como los exitosos rancheros istmeños ex directores del IEEPO, Froylán Cruz Toledo y Abel Trejo González. Otros del valle como Alfonso Gómez Sandoval Hernández y Bernardo Vásquez Colmenares han sido más discretos, aunque este último acusado de millonarios desvíos en perjuicio de Hacienda. Los ex dirigentes de la S22 lucen igual.

Para eso sirvió la descentralización educativa, para “comaladas” de nuevos ricos, en tanto la calidad de le educación de la población caía hasta abajo, estadísticas y datos duros ilustran esta difícil situación.

Todo se dejó cual tiradero, nadie hacía ruido, mientras la camarilla burocrática enquistada durante esas décadas en el IEEPO se servía de los recursos de la institución y de los puestos que compartían con familia y amigos, haciendo más grande el clan, el servicio educativo se iba al fondo, pues la Sección 22 hacía lo mismo afianzando su poder gremial.

Lo ilegal se convirtió en la práctica esencial para gobierno y S22, y lo legal en estorbo prescindible. Así, no dar clases, cerrar carreteras y vialidades, secuestrar edificios fue impulsado prioritariamente por los capos del magisterio, en tanto lo legal: educar, planificar, cumplir calendario y planes de estudio fue penalizado, quien no antepusiera lo primero era y aún es castigado. El mundo al revés.

En materia de salud estamos igual o peor pues aquí la gente muere. Los escándalos de discriminación a mujeres indígenas es un dato insoslayable, pero es algo que no había tomado las dimensiones actuales.

Y es que igual que en el sector educativo, en Salud la caída fue paulatina y sostenida desde la famosa descentralización de Salinas de Gortari en los tiempos de Heladio Ramírez.

No hay un ex secretario de Salud de Oaxaca que no haya sido cuestionado y acusado de fraudes cuantiosos. Desde María de las Nieves con Diódoro; Juan Díaz Pimentel, del sexenio de Murat Casab pasando por Martín Vásquez Villanueva de Ulises Ruiz y hasta el actual quien aún en funciones ya es muy cuestionado.

Inclusive, Germán Tenorio Vasconcelos desde el principio mostró una actitud nada favorable a un gobierno que se postulaba del “Cambio”. Cerró los ojos y puso oídos sordos a las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) que llevó a las órdenes de aprehensión nada menos que contra los ex directivos de la Secretaría de Salud estatal, Hadaelva Cruz Caballero, Marco Vinicio Palacios e incluso se manejó que contra el mismo ex titular Martín Vásquez Villanueva.

Órdenes de aprehensión sin ejecutar, que ahora que Martín Vásquez culmine su periodo de diputado y pierda el fuero quizá podría tomar otros derroteros.

Es cierto que la actual recentralización de la vida política y administrativa nacional es una abierta regresión, nada qué aplaudir, pero, habida cuenta de lo aquí relatado sobre la descentralización pasada, ¿con que autoridad moral se podría defender o al menos pedir que todo siguiera igual?

Claro, eso es lo que quieren los mafiosos sindicatos de la Secretaría de Salud, la Sección 22 y gobierno en Oaxaca pues todos están por perder su botín. Pero eso se acaba en enero próximo, supuestamente. Ya se verá.

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