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Guerra sucia 2016

CRÓNICAS DE LA ÍNSULA

Un páramo se anuncia serán estas elecciones locales de Oaxaca. Más que eso una guerra sucia, peleas en el lodo. Nuestra entidad, la más baja en escolaridad, cultura cívica, competitividad, resulta escenario propicio para procesos de esa calidad.

Obrador

Lo anterior ha iniciado en las redes de internet, pero pronto se habrá de trasladar a las paredes de la ciudad.

Campañas negativas

En una campaña política la disputa, por supuesto, no tiene que ser inmaculada. Recordar que las estrategias electorales se han derivado de las estrategias de la guerra. No es para nada ilegal o amoral señalar los errores del adversario, sus mentiras, sus fallas, todo lo negativo que tenga y que sirva para probar que no sería un buen gobernante.

Por el contrario, se vale resaltar las fortalezas de quien se propone como mejor opción. Ambas posturas pueden o deben hacerse de frente, con los pelos de la burra en la mano, de ser posible.

Guerra sucia

La guerra sucia es otra cosa, no es campaña negativa y se apoya en infundios, mentiras o medias verdades; en “volar” con algunas cosas ciertas para magnificar las debilidades del adversario presentándolo como un auténtico villano. Es asociar al adversario a los peores escenarios, a despertar el temor o desprecio de la gente hacia él.

Un ejemplo clásico de ello fue la campaña fulminante contra López Obrador: “Un peligro para México”. Eficaz, contundente, hizo añicos el excelente lema de López: “Por el bien de todos… primero los pobres”.

Sentencia precisa, casi una amenaza, casi decía “Déjenme llegar o les irá peor”, con el estado de pobreza nacional propicio a incendiarse como pradera seca.

Obstinado, Obrador se puso de “pechito”, no atinó a defenderse y ante las exigencias de sus asesores de que fuera a la televisión a defenderse, soberbio decía “el pueblo me va a defender”. Si, le respondían, pero ve a la Tv para darles elementos y te defienda.

El tabasqueño eligió perder con el orgullo de no atender a la telecracia. Dentro de dos años se anuncia la reedición de la puja obradorista, quizá ahora con mayor eficacia y éxito… quizá.

Contra Robles Montoya

En Oaxaca habrá de todo este año. El mismo día de inicio de registro de los candidatos a gobernador hubo una muestra de lo que podría prevalecer en este proceso electoral: la guerra sucia. Circuló por todas partes un video con lo peor del curriculum de Benjamín Robles Montoya, desde sus “pininos” políticos en Michoacán.

Casi todo ya difundido en diferentes épocas, de sus inicios priistas, de su trabajo en la “inteligencia” (léase de espionaje) en el sexenio del gobernador michoacano Tinoco Rubí, de lo que no sólo recortes periodísticos dan testimonio, sino quienes conocieron personalmente esas historias.

Lo singular de hoy es que se presenta desde el anonimato un largo video usando la marca Anonymus como recursos tramposo para esa presentación tendenciosa y envilecedora del aspirante hoy petista, Robles Montoya.

Lo negativo de los Murat

Muy diferente han sido las duras críticas y exhibiciones de los otros dos candidatos: el de la familia Murat y de José Antonio Estefan Garfias.

De los primeros han sido prestigiados medios de comunicación de Estados Unidos y nacionales quienes han exhibido una fortuna en propiedades inmobiliarias, que no tienen justificación con sus ingresos de los encargos políticos y del servicio público que han tenido.

Este fenómeno que se da con una animadversión de plumas y medios de los llamados nacionales contra los Murat ha propiciado una profusa difusión de su faceta negativa, el grado de recordación de estos mensajes es muy alto.

El bombardeo se ha dado en todos los medios, la radio principalmente que llega a la mayoría de electores; claro esas informaciones de radio sustentadas, sostenidas, en los reportajes e investigaciones de los medios escritos.

No es poca cosa que hayan llegado al extremo de prescindir del apellido del candidato priista Alejandro Murat, para presentarlo sólo como Alejandro. Si le quitan el apellido mal, si se lo ponen peor. No duró esta propaganda en las calles, pues de inmediato la respuesta fue ponerle delante de Alejandro “Es Murat” con la sugerencia de que “es el malo”.

Difícil la tienen con esta mala marca, la que por cierto aún no se ve que empiecen a trabajar para revertir o al menos paliar, hacer control de daños.

Pero esta no es guerra sucia, apenas y se acerca a ser campaña negativa, pero no tanto de algún adversario político sino revelación de medios de comunicación.

Diferente a la que se dio fugazmente contra Robles Montoya (ya retiraron el video de youtube), donde el beneficiario se adivina con la mayor facilidad. No hay que romperse la cabeza.

Estefan se afecta a sí mismo

El caso extraordinario es el de José Antonio Estefan Garfias, quien realiza junto a su campaña proselitista una que le afecta a sí mismo. Hasta ahora no se han ocupado de hacerle una campaña especial.

Sus equivocaciones donde se reclama priista cuando es candidato del PRD, y donde confunde a periodistas con sus ex correligionarias priistas le están afectando como quizá aún no se percata.

Hay quien dice que es natural al estar fuera de su ex partido donde militó más de 30 años, pero ¿Cuándo Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador o Gabino Cué, quienes también fueron militantes distinguidos del PRI, anduvieron con esas nostalgias?

Y sigue de error en error. Apenas este viernes reconoció esa debilidad, en el acto dónde se registró como candidato oficial del PRD.

Dijo al iniciar su intervención en el Instituto Electoral que ese era un momento importante de su vida, y “para no equivocarme voy a leer”.

Extraño caso donde la campaña negativa corre a cuenta del mismo candidato.

www.revistaenmarcha.com.mx

lc.blas@gmail.com

 

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