OAXACA, OAX., marzo 27.- Miles de feligreses participaron la tarde del viernes 25 de marzo en la Procesión del Silencio que se llevó a cabo por diversas calles del Centro Histórico de la Verde Antequera, manifestando su fe y respeto en uno de los momentos importantes de la Semana Santa que en este año cumple 30 años de tradición.
Horas antes de participar en unos de los momentos más significativos de la pasión de Jesucristo, en las calles del centro de la ciudad se percibía la fe de las y los visitantes, así como oaxaqueños quienes se preparaban para reafirmar sus creencias.
Con gran respeto y solemnidad, se congregaron en templo de la Preciosa Sangre de Cristo, donde observaron cada imagen religiosa y acompañaron a cientos de devotos y penitentes encapuchados y descalzos, que portan su propia cruz de madera en señal de duelo y arrepentimiento.
Visitantes locales, nacionales y extranjeros avanzaron de la iglesia de Sangre de Cristo hacia la calle de García Vigil hasta doblar Independencia y subir por el Andador Turístico y regresar nuevamente al templo. En todo momento y en silencio observaron cada uno de los momentos de la muerte de Jesucristo.
Durante el recorrido, los miles de fieles admiraron la procesión que fue encabezada por el estandarte de la Preciosa Sangre de Cristo, los apóstoles y la Cruz de Caravaca Dorada de Doble Brazo, y enseguida avanzó la Cofradía de las damas de la Virgen de Dolores pertenecientes al templo del Patrocinio, que en riguroso luto acompañaron a la Virgen.
Adornados con hermosos relicarios elaborados en oro y plata repujada, de incalculable valor religioso, histórico y cultural, enriquecieron este acervo cultural vistosos estandartes del Santísimo Rosario de la Arquidiócesis de Antequera.
La procesión fue presidida por el arzobispo de la Arquidiócesis de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, quien al inicio dio la homilía, acompañado por el presbítero del templo de la Preciosa Sangre de Cristo, Lorenzo Fennelly Delido.
Oaxaqueños y visitantes apreciaron el paso de la Procesión del Silencio cuya tradición dicta su realización con absoluto respeto y con un silencio que solamente se ve interrumpido por el sonido de la chirimía, el tambor y una trompeta que anuncian el inicio del recorrido y el paso de las imágenes por las calles del centro de la ciudad.
Nuevamente miles de oaxaqueños y visitantes se unieron a esta representación religiosa en la que se representa todos los episodios más significativos de la Semana Santa, dando muestra de su profundo respeto, fe y simbolismo, desde hace 30 años.
