+ La Asociación Mexicana de Estudios Rurales exige “no más despojo al campo, no a los transgénicos, sí a la vida sana y respeto a las comunidades y poblaciones indígenas”, entre otras demandas
CIUDAD DE MÉXICO, junio 14.- Al término de cuatro días de análisis y debates en su doceavo congreso nacional, más de 400 ponentes agrupados en la Asociación Mexicana de Estudios Rurales, A.C., emitieron una declaratoria que exige “no más despojo al campo, no a los transgénicos, sí a la vida sana y respeto a las comunidades y poblaciones indígenas”.
Reunidos en instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (FCPyS-UNAM), en Ciudad Universitaria, las y los expertos integrantes de la asociación fundada hace 25 años señalan que las políticas económicas dirigidas al campo, como la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, “no tomó en cuenta la participación de la sociedad rural”.
En un comunicado final, bajo la coordinación de la Dra. Gladys Karina Sánchez Juárez, integrantes del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (IISUABJO), advierten que “esto evidencia la desarticulación de las políticas gubernamentales con las necesidades de la realidad del campo, la soberanía alimentaria, educación, salud y medio ambiente”.
Además, “constituye una amenaza procedente del sistema económico mundial que pretende determinar la política nacional”, por lo que “las acciones políticas deben partir de las perspectivas, problemáticas y luchas de las poblaciones indígenas y campesinas”, sostienen.
La Dra. Sánchez Juárez indicó que personal docente, dirigentes sociales y representantes gubernamentales debatieron y reflexionaron del 4 al 7 de junio sobre cuatro ejes temáticos: Despojo y conflictos socioterritoriales, Persistencia y cambio en las dinámicas sociales, Resistencias y organización social rural, y Acción política y Estado.
Además, en cuatro foros analizaron de manera integral las problemáticas, resistencias y alternativas que se viven en el campo mexicano en un ejercicio que, incluso, cuestionó las prioridades de investigación de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales.
DIEZ PRONUNCIAMIENTOS
1.- Que las comunidades indígenas y campesinas decidan sobre la implementación de proyectos que afectan su territorio.
2.- Frenar el otorgamiento de concesiones mineras, petroleras, eólicas, turísticas y de plantaciones forestales, principales formas de despojo.
3.- Reintegrar los territorios previamente despojados.
4.- Evitar el control del campo por parte de las empresas agrícolas transnacionales.
5.- Respetar los derechos laborales de los trabajadores.
6.- Respetar las autoconsultas y el Convenio 169 de la OIT que establece que las consultas sean previas, libres e informadas.
7.- Garantizar y promover la investigación que revalore y potencialice dialógicamente los saberes originarios y tradicionales con la agroecología.
8.- Realizar y aplicar políticas públicas que fortalezcan la producción campesina e indígena, garantizando la sustentabilidad y la seguridad alimentaria que asegure una vida digna y sana para el bien común.
9.- Realizar conjuntamente con los conocimientos y participación local de las comunidades indígenas y campesinas programas interculturales comunitarios y regionales que contribuyan a mejorar la salud de la población rural.
10.- Considerar el conocimiento y experiencia de las investigaciones de la AMER, para la elaboración de políticas públicas hacia el campo y en la toma de decisiones sobre el campo mexicano.
