Pese a no tener un origen claro y específico, el taxismo es común en todo los países. Existen varias teorías sobre cómo nació y cuál es el origen de la palabra que actualmente significa el servicio de transporte prestado por un coche mediante un pago acordado.
Una historia cuenta que taxi es el apellido de la familia italiana De Tassis, a la cual Carlos V concedió la creación y explotación de la primera red de servicio de postas de la historia extendida por todos sus dominios.
Una rama de la familia pasó a Austria y germanizó el apellido para que se pronunciara igual allí: De taxis, luego por error y tomando como que la ese final era el plural y no parte del apellido, se suprimió.
Los españoles de varias regiones todavía utilizan el término con su nombre original: voy a coger un tassis.
El sistema fue traído por los españoles al Continente Americano y lo hemos visto en las películas de vaqueros como “diligencias”, donde cada pasajero pagaba su asiento según recorrido entre posta y posta, lugares donde se comía y se tomaban caballos de refresco.
En Venezuela existe un sistema llamado carro por “puesto”, descendiente directo del sistema original: te subes a un coche en el que viajan otros y te bajas donde quieres pagando según el trayecto recorrido, no existen paradas fijas y el coche tiene una ruta preestablecida que se puede alterar según necesidades del servicio.
Otra hipótesis señala que taxi procede del apócope (acortación) de la palabra francesa taximètre (taxímetro), creada a partir de dos términos griegos, táxis (τξις), que significa orden o clase, y métron (µτρον), medida.
El taxímetro es un aparato del que van provistos algunos coches de alquiler, el cual marca automáticamente la distancia recorrida y la cantidad devengada.
Con el tiempo, taxi y taxímetro han adquirido significados distintos, utilizándose el primero para designar el vehículo y el segundo para el aparato antes mencionado.
En los últimos años del siglo XIX aparecieron en Francia los primeros taxímetros, así llamados porque quienes los usaban pagaban una ‘tasa o tarifa’, en francés taxe (tasa), y mètre, del griego métron (medida).
Pero el servicio de transportar personas en una gran ciudad a cualquier persona que lo solicite es casi tan antiguo como la civilización.
El primer servicio de este género apareció con la invención del riquexó –coche de dos ruedas estirado por un sólo hombre–. Existía, aunque en poca abundancia en las principales ciudades de la antigüedad, pero era exclusivo de las élites que poseían esclavos para tirar esos coches.
En las calles de la Roma antigua circulaban literas transportadas por dos o cuatro esclavos que llevaban a quienquiera que los solicitara.
Esa persona tendría que pagar sólo el precio previamente estipulado por el amo de esos esclavos. A pesar de ya existir vehículos con ruedas, los “taxis” romanos no los utilizaban debido a las movidas vías de comunicación de la metrópoli.
Tras la caída del Imperio Romano del Occidente, los coches y carruajes comenzaron a desaparecer de las grandes metrópolis, tal como su población, que fue para el medio rural a la busca de subsistencia.
Este acontecimiento dictó el fin de los servicios de transporte público y privado.
Siglo V – Siglo XIX
En la Edad Media el transporte de personas era asegurado por carruajes muy rudimentarios de tracción animal, que en el Renacimiento fueron mejoradas habiendo sido añadidos ornamentos, cobertura y hasta cortinas.
En 1605, aparecieron en Londres los primeros carruajes de alquiler: las hackney. El éxito fue tanto que en 1634 el elevado número de carruajes de alquiler hacía que las principales calles de la metrópoli quedaran completamente engarrafadas, lo que llevó al Parlamento a limitar el número de carruajes a circular.
Pero no sólo en Londres había problemas de tráfico a causa de carruajes de alquiler; también en París, primero los corbillards y después los sociables hicieron un estruendoso éxito el siglo XVII. Ya en los finales del mismo siglo surgieron en la Alemania los innovadores landau y los landaulet (versión reducida del Landau).
Posteriormente, en el siglo XVIII fue creado el gig en Francia, que dio origen al tilbury en Inglaterra y posteriormente al cabriolet. El siglo XIX ya cualquier gran ciudad tenía centenares, o aún miles de carruajes de alquiler.
Siglo XIX – Siglo XXI
Los primeros taxis motorizados aparecieron en 1896 en la ciudad alemana de Stugard. Al año siguiente, Freidrich Greiner abrió una empresa concurrente, en la misma ciudad, pero sus coches estaban equipados con un sistema innovador de cobranza: el taxímetro.
La implantación de los taxis fue generalizada en 1907. Ese mismo año, en París, todos los coches de alquiler tenían que poseer un taxímetro obligado por ley. Antes de la Primera Guerra Mundial ya todas las grandes ciudades europeas y americanas tenían servicio de taxis legales y pintados con esquemas de colores diferentes.
Desde entonces las alteraciones fueron pocas, sólo en los aparatos poseídos por los coches, tales como uno radio, o aire acondicionado.