En casi seis años, el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz entregó como en ninguna otra administración gubernamental apoyos para el fortalecimiento productivo de las actividades primarias del campo oaxaqueño.
Ejemplo de lo anterior son los tres mil 150 tractores entregados a más de 96 mil productores, quienes han elevado en un 33 por ciento la producción agropecuaria con la mecanización de 240 mil hectáreas susceptibles.
Con este apoyo sin precedente en la historia del sector agropecuario, Oaxaca se coloca entre los primeros lugares, sólo después del Estado de México y Veracruz, con la entrega de esta maquinaria moderna.
En gobiernos pasados se entregaban entre 400 y 500 tractores por sexenio, en tanto que en la administración de Ulises Ruiz Ortiz se hizo tres veces más, es decir, 525 tractores por año para la producción agrícola.
Estos beneficios representan una inversión superior a los 420 millones de pesos de los programas Activos Productivos y Normal Estatal, que el mandatario oaxaqueño destinó para fortalecer la producción primaria.
Incluso, ordenó que el subsidio se incrementara de 75 a 100 mil pesos por unidad con el propósito de que los productores lograran poner su parte para comprar esta maquinaria.
Al respecto, el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), Carlos Torres Avilés, reiteró que la transformación del campo, a través de la mecanización, era fundamental para elevar los niveles de productividad del sector agropecuario. Por ello, el Ejecutivo estatal impulsó políticas públicas diferentes para mecanizar las actividades agrícolas con la entrega de tractores equipados que han logrado estándares de mecanización similares al país.
Con la mecanización del campo oaxaqueño, agregó, se dejó atrás el arado que al inicio de este gobierno todavía se utilizaba para abrir la tierra para la siembra, principalmente en los Valles Centrales.
Hoy, continuó, el equipamiento rural responde al propósito de elevar el ingreso neto, la producción y productividad de aquellas regiones que no habían podido concretar por restricciones tecnológicas.
Torres Avilés refirió que el uso de esta maquinaria permite hacer más eficiente la mano de obra utilizada en las labores agropecuarias, ya que se requiere una menor cantidad de trabajadores para la nivelación de terrenos.
Además, se elimina la dependencia de los animales de trabajo como fuente de energía para la agricultura que ante la escasez de forraje y agua se convierten en una herramienta muy costosa.
Ello, agregó, incrementa los rendimientos y volúmenes cosechados, disminuye el costo de producción de los granos básicos, hortalizas, frutas, forrajes y los cultivos agroindustriales, elevando calidad y competitividad de los productos.
Al mismo tiempo, se ofertan productos con mejores precios para los consumidores, con un margen de utilidad adecuado para los productores primarios, convirtiéndose en una fuente de empleo e ingresos permanentes, concluyó el funcionario.