Si en la entidad se hubiera realizado la “Semana de Protección Civil”, Oaxaca habría dado este martes el cerrojazo de oro a nivel nacional con el “Mega simulacro” por lo difundido sobre lo ocurrido en Santa María Tlahuitoltepec, Mixe.
Y es que la tragedia magnificada, producto del mal manejo de la información sobre el desastre natural en Tlahuiltoltepec, donde se habló de unas 300 casas sepultadas con cerca de 1 mil muertos, activó el Plan Nacional de Desastre e hizo traer ipso facto a la entidad al mismo secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora.
Fue la información inicial del gobernador Ulises Ruiz Ortiz sobre el gran número de víctimas mortales lo que empezó a movilizar a la Secretaría de Gobernación y a todo el aparato nacional de emergencia, incluida la titular federal de Protección Civil, Laura Gurza Jaidar, quien se apersonó ante lo que sería el gran desastre.
Pero el “Mega simulacro” evidenció que ningún funcionario ni dependencia estatal tenía el dato preciso, concreto, sobre lo ocurrido en Tlahuitoltepec; incluso, para hacer más real el ejercicio, el Instituto Estatal de Protección Civil (IEPC) contribuyó a dar datos erróneos para probar su ineficacia y con ello arrastrar a los cuerpos de emergencia y de seguridad.
Sin saberlo, las dependencias federales participaron en la “práctica”, al grado que el mismo Ejército Mexicano movilizó desde otros estados a personal capacitado para rescatar y/o encontrar a los sepultados en la Sierra Mixe de Oaxaca.
Durante todo el martes 28 de septiembre, ante la falta de información verídica, varios estados empezaron a mandar rescatistas o personal de la Cruz Roja Mexicana.
El Gobierno del Distrito Federal, de Marcelo Ebrard Casaubón, mandó a los famosos “Topos”, con equipo especializado y perros entrenados en la búsqueda de personas enterradas.
Por la tarde, el titular de la Secretaría de Gobernación, José Francisco Blake Mora, y el gobernador Ulises Ernesto Ruiz Ortiz realizaron las primeras evaluaciones:
No hubo una verdadera coordinación entre dependencias estatales, no existe un plan de contingencia si el evento hubiera sido real, se evidenció que por la zona un puente aéreo era inviable, entro otros.
Incluso, la naturaleza colaboró de manera fortuita con el Gobierno estatal para hacer más real el “Mega simulacro”: la única vía terrestre a Tlahuiltoltepec quedó cerrada al colapsarse el puente Macuilxóchilt, sobre la carretera federal Oaxaca-Mitla, además de que el acceso al Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de Santa Cruz Xoxocotlán quedó inutilizada por otro puente dañado a la altura de San Juan Bautista La Raya.
Por fortuna, al caer la noche el reporte final fue mucho menor que las primeras informaciones. Eso sí, por unas horas Oaxaca fue el centro de atención no sólo de México, sino de la comunidad internacional por la magnitud de la tragedia difundida.
