Unos 3 mil 500 indígenas triquis protagonizaron una marcha silenciosa por las calles de la Cuidad de Oaxaca para detener la disputa que prevalece por el llamado ayuntamiento autónomo de San Juan Copala que ha dejado en este año al menos 20 asesinatos, entre ellos el de una activista mexicana y un extranjero de origen finlandés que participaba en una caravana humanitaria.
El contingente de indígenas activistas del Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT) avanzó a paso lento por las diversas calles y avenidas hasta llegar a la plaza pública central de la ciudad.
Hombres y mujeres con niños en brazos la mayor parte humildes con su vestimenta tradicional y con mantas blancas en las manos tenían un solo clamor: urgir paz y detener la violencia que han enlutado miles de hogares.
Habrían caminado kilómetros desde sus lugares de origen, comunidades recónditas enclavadas en la región Mixteca, algunos a pie, otros en autobuses y unos más en camionetas de alquiler para estar presentes en este momento que ellos consideran históricos.
Algunos de los dirigentes aceptaron que participan en la llamada “protesta silenciosa” ante el llamado que hizo la Iglesia Católica para distensar la zona triqui, donde presuntamente se asegura existen la presencia de grupos armados operados por el gobierno estatal.
Heriberto Pasos Ortiz, uno de los principales asesores y líder fundador del MULT, reconoció su interés por sostener acuerdos con sus contrapartes para determinar un alto al fuego.
“Al menos de nuestra parte sí existe civilidad para signar un acuerdo de diálogo que ponga un alto al fuego en nuestro territorio”, apuntó el líder vitalicio.
Pazos le demandó al gobierno electo de Gabino Cué presentar una propuesta de diálogo en el corto plazo para poder empezar a trabajar sobre una soluciona un problema que tiene su raíz en la pobreza y la desigualdad social.