En un escenario ambientado con fotografías de los álbumes personales de Germán Dehesa se llevó a cabo este domingo, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, el homenaje de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al destacado escritor, periodista, dramaturgo, cronista y promotor cultural fallecido en septiembre pasado.
Ante cientos de personas que desde horas antes hicieron largas filas para estar presentes en el homenaje, el rector de la UNAM, José Narro Robles entregó a los hijos de Germán Dehesa, Ángel, Mariana, Andrés y Juana Inés, la medalla del Centenario de la Universidad, junto con una camiseta del equipo de los Pumas, que en su parte posterior decía: “Dehesa 1”, además de la medalla oficial del equipo.
“La vida de Germán Dehesa corrió a la par de la de esta Universidad, fue un hombre querido por todos y que con su obra ayudó a desarrollar la crítica periodística para conformar una mejor sociedad. Germán Dehesa fue voz, fue sensibilidad, fue inteligencia y, ante todo, un ser humano profundamente comprometido con su tiempo”, expresó el rector José Narro Robles.
Durante la ceremonia se proyectaron diversos audiovisuales que reunieron escenas de la vida cotidiana del escritor, así como algunas de sus opiniones y anécdotas biográficas.
Sus hijos leyeron algunos de sus últimos textos y recordaron su trayectoria dentro del periodismo, la crónica y la literatura, misma que le valió el Premio de Periodismo Don Quijote, el cual recibió de manos del rey de España, Juan Carlos de Borbón.
Fue asimismo autor de los libros Adiós a las trampas, ¿Cómo nos arreglamos? Prontuario de la corrupción en México y La nuevas aventuras de El Principito.
Sealtiel Alatriste, coordinador cultural de la UNAM y uno de los amigos más cercanos de Dehesa, recordó que en 1966 fue su primer acercamiento con el cronista, cuando cursaba la preparatoria y ambos eran fanáticos de The Beatles y soñaban con comerse al mundo.
“Era una época de muchos cambios, todos los jóvenes nos sentíamos triunfadores. Germán fue mi maestro aunque nos separaban sólo cinco años y bajo su influjo escribí mi primer cuento”, relató Sealtiel Alatriste.
Recordó que en la escuela, Dehesa comenzó a escribir pastorelas que se convirtieron en una tradición para todos los alumnos y de ahí surgió parte de su gusto por la crítica social.
“Germán me confió que lo que quería hacer en la vida era dar clases y seguir haciendo parodias de la naturaleza humana y la sociedad. Ese sueño lo cumplió convirtiéndose en uno de los críticos más notables de nuestra nación en su espacio del periódico Reforma.
Y agregó: “A Germán le gustaba el arte, la cultura, la política, el cine, la música, los poemas de Borges y los sketches de Palillo, gustos que mostraban su interés por todos los ámbitos de la existencia. Me enteré de su fallecimiento mientras impartía clases en la Universidad. Lo conocí en un salón de clases, y en ese mismo sitio lloré su partida”, concluyó Sealtiel Alatriste.