El Gobierno del Estado que encabeza Ulises Ruiz Ortiz ha instalado 213 microcuencas integrales en diferentes regiones de la entidad, las cuales no sólo han mejorado las actividades productivas sino también, el nivel de vida de quienes habitan en comunidades rurales de Oaxaca.
Lo anterior, porque además de captar agua, permiten retener el suelo que se pierde por erosión hídrica. Así, la vida de miles de campesinos ha cambiado en los últimos seis años, al contar con el vital líquido para la producción agrícola bajo invernaderos e instalación de sistemas de riego por goteo para los cultivos a cielo abierto con tecnologías de aspersión y microaspersión, además de permitir la captación de agua de lluvia y retención de suelos.
Y es que en Oaxaca existen regiones como la Mixteca, donde el agua escasea, mientras que en Valles Centrales los principales mantos acuíferos se estaban secando. Pero hoy, lo que antes se vislumbraba como perdido, hoy tiene una perspectiva diferente, positiva.
Las microcuencas integrales se construyeron mediante el programa de Conservación y Uso Sustentable del Suelo y Agua en la Costa, Mixteca, sierras Norte y Sur así como Valles Centrales, las cuales cumplen su papel de rehabilitar, conservar, proteger y aprovechar los recursos naturales.
Su manejo ayuda al incremento en la calidad y cantidad de captación de agua pluvial y del aprovechamiento de los escurrimientos, mismos que se utilizan para cubrir necesidades domésticas y agrícolas.
Lo mismo que en el aumento en la infiltración del subsuelo, que permite la recarga de acuíferos, reducción y control de la pérdida del suelo, evitando el azolvamiento hacia terrenos e infraestructuras ubicadas en la zona baja de la cuenca.
Otros de los múltiples beneficios que se obtienen con ellas es que incrementa la cobertura vegetal y mantenimiento existente, lo mismo que reduce la presión de los suelos en laderas, al utilizar de manera más eficiente las superficies agrícolas o pecuarias.
Respecto a los impactos económicos, destaca un mayor ingreso por unidad de superficie, generando alimento para las familias, además de producir más cantidad de materia seca para alimento de ganado.
De igual forma, aumenta el valor de las parcelas al controlarse la erosión, asegurando el equilibrio de los recursos naturales, lo mismo que la incorporación de nuevos predios como explotaciones comerciales, se generan empleos fijos en una actividad altamente remunerada, que bien administrada rinde beneficios económicos.
Un claro ejemplo es Tlalixtac de Cabrera, donde se instalaron tres microcuencas para impulsar la producción agrícola. Están ubicadas en los predios “Cola de Caballo”, “Los Magueyes” y “El Guayabal”, benefician a 409 comuneros y almacenan seis mil 387, cinco mil 238 y tres mil 456 metros cúbicos de agua, respectivamente.
En voz del presidente del Comisariado de Bienes Comunales del lugar, Rafael Martínez Guzmán, estos afluentes están rehabilitando, conservando y protegiendo los recursos de esta población localizada en el Valle Central.