De visita en la entidad oaxaqueña, el nuncio apostólico de El Vaticano en México, Christopher Pierre, aceptó que la Iglesia católica está perdiendo fieles ante las iglesias evangélicas.
Mencionó que hay gran mercado de religiones generado por la globalización y que la iglesia católica pretende ganarlo recuperando la identidad originaria de su culto.
El representante papal en el país evidenció que el gran peligro de este fenómeno es la división.
“La sociedad mexicana era muy unida, pero con el fenómeno de la globalización y la rapidez de la información está surgiendo un cambio de actitud que esta generado que exista mercado de ideas, de gran competencia, donde gana adeptos quien convence más”.
Durante su discurso lamentó que este fenómeno genere también una gran lucha de poder, que en algunos pueblos y comunidades indígenas se ve traducido en los conflictos de intolerancia religiosa.
Por ello dio a conocer que en su gira de trabajo ya se prepara una estrategia integral de pastoral social para ir a la caza de fieles.
“Lo he comentado en la reunión que he sostenido con los representante de la Iglesia católica en Oaxaca, porque ya representa un reto para nuestro culto. Está aconteciendo y tenemos que responder de una forma diferente.
“Ser más abiertos, una evangelización más fuerte, profunda y concientizadora. No queremos ser vendedores de religión como los otros, nosotros somos testigos de Cristo y recuperaremos el terreno perdido con nuestra fe y congruencia en nuestras acciones”.
En cuanto al problema de pederastia, dijo que el tema grave, al cual el Papa Benedicto XVI ha dado una respuesta.
“El santo padre nos da orientaciones, para comportarnos de una mejor manera, pero la pederastia es un mal humano, no sólo se genera en la iglesia, está impregnada en algunos sectores de la sociedad”.
En su opinión los casos reportados son los menos y dejó claro que hay una obligación moral para reaccionar fuerte ante los mismos, en todo sentido: “Antes que todo, para proteger a nuestra institución”.
Al hablar del tema de la inseguridad y el narco, el nuncio apostólico demandó al presidente Felipe Calderón no ceder en su esfuerzo por combatir al crimen organizado.
“No se puede pactar con los narcos, porque ello son el mal”, expresó.
Admitió que la iglesia como parte de la sociedad esta expensa de amenazas, pero su labor es contribuir sólo a cambiar actitudes.
“Debemos contribuir a una sociedad en paz, con todo lo que podemos hacer, particularmente con la feligresía, invitar a las personas a ser hombres o mujeres de paz, y a los niños con la educación, enseñarlos a no caer en la trampa de la violencia”.
En su opinión en México urge la civilización del amor y no de la muerte”, porque dijo que “la violencia es un peligro para la sociedad, donde los niños son el sector más vulnerable, porque se dejan seducir por el dinero de estos grupos criminales”.