ASÍ LAS COSAS.- Quincena divertida para quienes gustamos de informarnos a través de los medios de comunicación; divertida sí como lo lee, porque dígame Usted a quién no le cae en gracia enterarse del enorme “sentimiento” que invadió al gobernante que se marcha durante su último mensaje de gobierno.
Poco le faltó al señor Ulises Ruiz Ortiz para llorar justificándose en su gran satisfacción de haber servido a los y las oaxaqueñas durante seis años.
Pero, además, fue gracioso ver el ambiente que reinaba en ese acto que parecía literalmente velorio: caras largas, café, pan y aquél a punto de llorar un muerto, por un lado, y la desesperación, por el otro, de sus colaboradores de pedir que los aplausos se dieran lo más fuerte posible para evitar que se dejaran de escuchar los gritos del Magisterio que –afuera del recinto– se despedían del agonizante régimen priista.
Como gracioso resulta también escuchar y ver cómo sus asesores políticos y de imagen –que parecen más que aliados, enemigos– han procurado hasta el último momento dañar la poca reputación que le queda, cuando lo presentan con mensajes publicitarios donde sus frases principales son: ¿Puedes creer? Y “nos vemos pronto”.
Eso, evidentemente, ofrece dos mensajes claros: el primero de ellos es que el aún gobernante debe preguntarle a la gente si realmente cree que hubo logros, para que él y sus colaboradores puedan creerlo y promoverlo. La respuesta sería obvia: “¡claro que no, señor Ruiz, no lo creemos, mejor cuéntenos una de vaqueros!”.
Y el segundo, eso de “nos vemos pronto” ¿se trata de una amenaza o es que espera que los y las oaxaqueñas le respondamos con emoción afirmativamente? Pues sí, lo que no queremos es verlo ni a él ni a sus colaboradores y eso se hizo patente el 4 de Julio. Caramba, qué necedad.
Si las aspiraciones de Ulises Ruiz Ortiz están cifradas en la imagen y fuerza que creó en Oaxaca durante estos seis años, le avisamos que invirtió mucho dinero en asesores que no le fueron útiles, aunque si les pagó para que lo enterraran políticamente su inversión valió la pena.
Lástima porque al extinguirse su sexenio se extinguen también sus anheladas ambiciones de llegar a la presidencia nacional del PRI. Lo sentimos por los mexiquenses que deberán soportarlo en ese estado, donde irá en ayuda de su gallito feliz, el joven del copete y su Gaviota.
Pero para registrarlo en el libro de los chistes mejor contados está el discurso de la procuradora general de Justicia del estado, María de la Luz Candelaria Chiñas, quien a pesar de haberse distinguido en otros tiempos por su capacidad –según quienes la conocen– en este encargo o se inutilizó o de plano nadó de a muertito con tal de no vivir angustias.
Bueno, pues resulta que la simpática funcionaria no quiso despedirse sin antes darle muestra de lambisconería a su padrino URO, a pesar del ridículo que hizo al comparar a éste con don Porfirio Díaz Mori, “por la relevancia de las obras construidas a lo largo de seis años y que a su juicio lograron la transformar a la entidad”, asestó durante su discurso en la ceremonia conmemorativa del Centenario de la Revolución Mexicana.
A quienes tuvimos la oportunidad de escuchar y leer su mensaje, no nos queda la menor duda de que a la señora encargada de impartir justicia en Oaxaca, o le falta conocimiento o le sobran ganas de divertir al pueblo y también contrató a los asesores de su jefe.
Valdría la pena informarle a la señora abogada que la obra magna de don Porfirio ha trascendido hasta nuestro tiempo, como la construcción de ferrocarriles que detonó la economía del país, pero a URO se le destrozan las carreteras que a él sólo le tocó darles mantenimiento, en tanto que la que inició a la Costa, que por cierto nunca terminó, por Dios… vamos, ni la velaria del Auditorio Guelaguetza le aguantó.
O la comparación de la Chiñas “es acaso es por aquello de “¡Mátalos en caliente y después viriguas!”? Sobre todo porque en 2006 y 2007 los mataron y ella nunca virigüó.
Así las cosas, graciosas para evitar el llanto del pueblo oaxaqueño, no porque se van sino porque amenazan con volver.
Pequeñas cosas
La revolución que se vive en el Congreso del Estado no es precisamente una conmoción de ideas democráticas, ni trascendentales. Es por el relajo que se traen los nuevos diputados porque se han dedicado más a distribuirse los huesos que a demostrar su interés por trabajar, y como resultado resaltan más las burlas que los equívocos de una mujer que por su brillo comienza a molestar a muchos, como es Eufrosina Cruz Mendoza, presidenta de la mesa directiva.
Dice el actual secretario de Gobierno, Evencio Nicolás Martínez Ramírez, que son casos menores los que se dejan pendientes a la administración entrante.
Pues que le pregunten a los oaxaqueños a ver si piensan igual.