Las instancias legales se agotaron y hoy, en el “Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las Mujeres”, rompo el silencio. Siento que se ha dado un linchamiento a mi persona, en un clima de misoginia, acoso y violencia de género. Me quieren destituir. Tengo 19 años como docente y dos como directora”.

Esta es la denuncia pública de la profesora Gloria López Saynes, todavía directora del Centro de Estudios de Bachillerato 5/8 de Santa Cruz Amilpas, en la zona conurbana a la Ciudad de Oaxaca.

Después de ganar un concurso de oposición, el 16 de agosto de 2008, la maestra en Ciencias de la Educación, Gloria López Saynes, se convirtió en directora del plantel, donde encontró una serie de anomalías:

“Había personal con estudios de secundaria con plaza de psicóloga, que no cumplían con el horario de entrada o que llevaban dos años cobrando sin trabajar. Había un laboratorista atendiendo la biblioteca o la secretaria haciéndose cargo del laboratorio”.

Esta situación hizo que en diversas reuniones la directora llegara a acuerdos con 40 de los 54 trabajadores que conforman la plantilla. El resto del personal se inconformó y el 29 de febrero del 2009 cerraron la dirección del plantel con cadenas y candados.

La directora siguió despachando en el cubículo de la subdirección académica. El 2 de septiembre pasado no pudo hacerlo más, se lo impidieron. Alquiló un local comercial frente al plantel para poder atender.

El conflicto llegó a su clímax el martes de la semana pasada cuando las y los 14 profesores inconformes tomaron el plantel y por acuerdo del gremio magisterial el plantón se reforzó.

“Se ha manejado que yo he perseguido a toda la delegación sindical, me acusan de hostigamiento laboral. Mauro Salgado Alavés está jubilado y se dice que lo corrí, aunque hay documentos que prueban lo contrario”.

En conferencia de prensa, acompañada por colaboradores e integrantes de la Asociación Civil Alianza Oaxaqueña por el derecho de ser, la profesora Gloria Saynes ubica a su compañero Mauro Salgado como una de las personas instigadoras del movimiento en su contra, pero también señala a su subalterna Rosario Gómez Silva.

“Las pruebas se han entregado a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y a la Subsecretaría de Educación Superior del Gobierno federal. Espero que la directiva dé solución a este conflicto. Hay un acuerdo de la asamblea estatal de exigir mi salida. Si eso sucede, cometerán un acto de injusticia”, sostuvo.

Denunció que su hija de ocho años de edad fue agredida físicamente por Rosario Gómez Silva, una trabajadora del plantel que está entre las 14 personas inconformes.

Gómez Silva “ha ido a la primaria a tomarle fotos, a grabarla, a ofrecerle dulces y pedirle que se hagan amigas en secreto. Desde hace dos semanas mi hija no acude a la escuela, tiene temor que las cosas suban de tono, yo ya interpuse una denuncia penal”, dijo.