OAXACA, OAX., mayo 27.- Imeldo y Claudio Amaya Gabriel, quienes el jueves pasado intentaron regresar a su comunidad en San Andrés Yaa, perteneciente al distrito de Villa Alta en la Sierra Norte, de donde fueron expulsados por primera vez el 6 de julio de 2010 por profesar una religión distinta a la católica, exigieron la intervención del Gobierno del Estado para poder reinstalarse en su comunidad y que se les permita el libre culto.
En conferencia de prensa, en donde denunciaron que al tratar de retornar a su comunidad, amparados por una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), fueron víctimas de abusos y agresiones físicas por parte de la autoridad municipal de San Andrés Yaa y del Comisariado de Bienes Comunales.
“Nosotros decidimos regresar porque las autoridades habían firmado la resolución del juez de que ellos ya querían que fueran restituidos y podríamos regresar cuando quisiéramos; regresamos, confiados pero en cuanto vieron que estábamos en el pueblo, no nos dejaron hablar”.
Indicó que en cuanto vieron su presencia en el pueblo los censuraron y les reclamaron haber “difamado al pueblo”. Luego fueron conducidos con golpes y agresiones verbales hacia los límites con Santo Tomás Lachilao.
“No solamente fue una expulsión tranquila pacífica, nos golpearon en el cuerpo, me dieron un golpe en la quijada que todavía me duele. Mi hermana que venía filmando le quisieron arrebatar la cámara”, señaló y aseguró contar con el video que muestra las agresiones.
Los expulsados demandaron justicia y acatar la resolución del máximo tribunal de justicia del país.
Apelaron a la sensibilidad de las instancias oficiales para que este conflicto religioso de San Andrés Yaa no tenga el mismo final que el de Santa María Yohueche, donde el pastor evangélico Donaciano Díaz y su esposa Angélica Agustín Pilar, se vieron obligados al éxodo.
Añadió que la autoridad municipal, a través de una circular, prohibió a los demás evangélicos reunirse dentro o fuera de la población con fines de culto religioso.