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Mi postura en Convergencia

Hace poco más de 10 años fui invitado por un gran amigo, Alberto Esteva Salinas, y por una persona a la que siempre he respetado y admirado, don Jesús Martínez Álvarez, a participar en la fundación de un Instituto Político que apenas estaba dando sus primeros pasos. Su nombre: “Convergencia por la Democracia”.

Tal propuesta surgía después de tener poco más de cinco años escribiendo semanalmente un artículo que hacía referencia a la serie de situaciones –desde mi punto de vista— irregulares que se registraban en el régimen priista y que me habían convertido como un crítico del actuar de los funcionarios de aquélla y posteriores épocas.

Todavía recuerdo las palabras de Alberto Esteva: “Por qué no criticar y proponer desde adentro de un partido político lo que recurrentemente haces desde afuera”. Le pedí tiempo para analizar su petición. Investigué cuál era la ideología, principios y valores de dicho partido y fue así como decidí participar como integrante de la primera comisión ejecutiva del hoy partido naranja.

Desde sus inicios, para quien no lo recuerde o no lo sepa, Convergencia por la Democracia se convirtió en un partido crítico, opositor al régimen vigente y con ello en un instituto perseguido por el poder gobernante.

Los obstáculos para posicionarnos en el ánimo de la ciudadanía fueron muchos: multas impuestas por el IEE por situaciones a todas luces improcedentes, cooptación por parte del estado de los primeros representantes populares surgidos de nuestras filas, auditorías contra las empresas de sus fundadores, intervenciones a nuestros teléfonos, integración de expedientes penales, civiles y administrativos fabricados contra sus dirigentes y derivado de ello cárcel para algunos de sus militantes.

A pesar –o quizá motivado por ello—de la determinación gubernamental por desaparecernos, los Convergentes nos unimos en torno a los principios y valores partidistas que desde un principio nos habían convencido; sin duda eso fue los que nos permitió soportar todos los embates del estado contra el partido político que desde sus orígenes lo calificaron como una piedra en el zapato.

Indiscutiblemente la gota que derramó el vaso con agua fue el registro que se le otorgo a Gabino Cué Monteagudo para participar como candidato ciudadano de Convergencia, lo que por un lado arreció la persecución política en nuestra contra y por el otro generó mayor simpatía entre la ciudadanía que comprobó que se trataba de un Instituto Político congruente y coherente.

Negar que fue la participación de Gabino Cué lo que nos permitió un pronto posicionamiento, que incluso nos llevó a obtener el triunfo en el municipio más importante del estado, sería una ingratitud de nuestra parte.

Sin duda que la convicción de que se podrían lograr los cambios que nuestra sociedad demandaba fue lo que nos motivó a participar en un partido “emergente” y pequeño desde sus inicios, al que no pocos le auguraron y le desearon poco tiempo de vida; actuando en forma descarada para alcanzar dicho propósito.

Por varios años me desempeñé como tesorero del partido, Secretario General y hasta hace unos meses su Presidente, siempre procurando ser fiel y leal a los ideales sociales demócratas que nos inculcaron.

Durante los años como dirigente del mismo siempre mantuve una postura de apertura hacia la ciudadanía, ahí están los registros para quien desee corroborarlo. Alenté con determinación y a pesar de las amenazas por así promoverlo, una coalición de cuatro partidos; por ello, muchos me señalaron de soñador, de idealista y los de siempre, de iluso; sin embargo, y a pesar de todas las maniobras en contra, al final se logró registrar el convenio que daba forma a la coalición “Unidos por la Paz y el Progreso” y que hoy tiene al primer Gobernador convergente al frente de los destinos de los oaxaqueños.

Me he tomado la libertad de contar estos antecedentes, pues el día de mañana en una Asamblea Estatal Extraordinaria integrada por delegados que en su mayoría pertenecen a otros partidos de izquierda o que después de la toma del nuevo gobierno estatal se afiliaron a las filas de Convergencia, pretenden votar por el cambio de nombre a “Movimiento Ciudadano”, que honestamente sería de lo de menos; pero que lamentablemente implica entre otras cosas poner en riesgo la unidad de la izquierda mexicana y con ello favorecer indirectamente al partido que con su mal accionar nos motivó a ingresar a las filas naranjas.

He defendido como siempre lo he hecho, la identidad y permanencia del partido en que me formé y crecí.

Lo he manifestado pública y respetuosamente. Se lo he expresado a nuestros dirigentes nacionales Luis Walton y Dante Delgado; he esgrimido razones y argumentos para ello y he dejado constancia de mi defensa por la permanencia de Convergencia. Textualmente les manifesté lo siguiente: “Si la permanencia de Convergencia en el terreno electoral está en riesgo, más lo estará si se decide cambiar el nombre de nuestro partido en estos momentos. Ojalá y me equivoque; pero prefiero quedar ante la mirada de la militancia que confía en nosotros como el dirigente que defendió su partido hasta lo último y no como el “enterrador” del mismo. Qué cuando mis hijos me pregunten “¿Papá qué hiciste para que no desapareciera Convergencia?”, yo les pueda mirar de frente y responderles, todo lo que humanamente estuvo a mi alcance”. Esa es mi postura.

Por esta posición que hemos asumido los militantes oaxaqueños, hay quienes nos quisieran ver fuera del partido; no les daremos gusto, no será así. Afortunadamente con nuestro trabajo nos hemos ganado la confianza y la credibilidad de la militancia y nuestra lucha ha dado frutos, pues hemos sido informados que no se cambiará el lema, se respetará el color naranja que nos identifica y muy probablemente se deje el águila como hasta ahora; lo que si es eminente es el cambio de nombre, por lo que seguiremos dando la batalla desde dentro, tal y como me lo sugirieron hace varios años. Seguiré siendo Convergente, a pesar de quienes no conocen o no recuerdan sus orígenes decidan cambiarle de nombre.

Mi postura es muy clara: seguir luchando y trabajando por un nuevo rumbo para la nación y para nuestro estado. Ser un Convergente leal y auténtico. Que quede constancia de ello.

Twitter: @Mario_Mendoza_F

 

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