A RESERVA.- A la falta irrebatible de obras y disminución de circulante, la ausencia de inversiones y el colapso del comercio oaxaqueño, denunciadas con mayor frecuencia por representantes empresariales de la entidad; el desempleo y consecuentemente el cada vez más desnutrido pueblo, situación que se hace evidente y más de una organización social lo imputa a la ineficiencia del gobierno, se aúnan las evidencias delincuenciales de funcionarios públicos de primer nivel que en su momento Gabino Cué llamó “los mejores hombres de Oaxaca”.
Es el caso del distinguido y millonario empresario, amigo del gobernador, hoy Secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego, investigado por la justicia federal por el delito de fraude al fisco.
Asimismo, dio cuenta la prensa local de la detención del militante y líder coceísta Roberto López Rosado, ahora subprocurador de Asuntos Indígenas, por la invasión de un terreno propiedad privada y falsear declaraciones y documentos en el procedimiento respectivo.
Otro delincuente impune es el director del Instituto Estatal para la Educación de los Adultos (IEEA), Rogelio Rodríguez Ruiz, acusado por su esposa de infringirle golpes y maltratos, por lo que fue detenido por policías municipales y encubierto por el marinero coordinador de Seguridad Pública Municipal, Rubén Oyarvide Pedrero.
Y también la denuncia de una trabajadora contra Timoteo Agustín Chávez, director de Proyectos Educativos del IEEPO, por acoso sexual. ¡Vaya tipos!
Por supuesto, se suman a otros funcionarios que ya han sido excesivamente referidos por conductas delictivas, y que en todos los casos impunemente siguen fungiendo como “honorables burócratas”, cobrando y ejerciendo poderes ilimitados, sin que exista pronunciamiento alguno por lo menos sobre la investigación correspondiente.
Los conflictos poselectorales se prolongan e intensifican, la inseguridad crece y se refuerza la corrupción y la impunidad, producto de la ineficacia en la prevención y nulas acciones en la procuración de justicia.
Continúa la violación a los derechos humanos de migrantes. La única respuesta que atina a dar el gobierno del cambio se basa en acciones populista que agreden aún más la dignidad de la población; medidas patriarcales, políticas asistenciales como la entrega de uniformes y ahora el programa de apoyo para atención alimentaria por 500 pesos mensuales a personas de la tercera edad.
Es evidente, son medidas clientelares que responden directamente a la persona de Cué quien se presenta con discursos de redención social, haciendo la tarea del DIF en tiempos sin emergencia electoral.
En este contexto la tormenta política se avecina, los aires preelectorales comienzan a mover las estructuras del poder en el recién estrenado gobierno “democrático por la paz y el progreso”. Los diferentes grupos de la coalición gobernante van separando sus intereses y hasta rompiendo acuerdos.
El gobernador Gabino Cué se desgañita acusando al PRI de calumniar a su gobierno y desestabilizarlo con declaraciones que le imputan un posible subejercicio financiero, que niega y desacredita argumentando que aún hay tiempo suficiente para arrancar las obras, sin embargo la incompetencia se vuelve argumento incluso de los que se dicen aliados.
El PAN le demanda remover a los funcionarios incapaces de ejercer el presupuesto; así mismo el PAN solicita al Congreso Federal exhorte al gobierno de Oaxaca se profundice y agilice la investigación sobre actos de corrupción y desvío de recursos durante la administración de URO, pues consideran opacas y lentas las acciones de Gabino Cué, frente a lo que parecen acuerdos de impunidad.
El PRD tuvo que acudir a su dirigencia nacional para presionar al gobernador de Oaxaca la firma de un pacto político con su partido a fin de aterrizar recursos y beneficios en los municipios en que el Sol Azteca es gobierno.
Hace pocos días, mujeres perredistas de la organización denominada AMOR se manifestaron por la falta de respuesta comprometida a sus planteamientos sociales y económicos durante la campaña.
El PT y Convergencia hacen lo propio con el fin de asegurarle a López Obrador el pronunciamiento de apoyo de Gabino Cué a su campaña hacia la presidencia, lo que no se aclara del todo, y a medida que se acerquen los tiempos de definición estos partidos irán acotando su alianza con acciones y declaraciones que seguramente complicaran más el escenario político en Oaxaca.
Ahora las sorpresivas declaraciones del “padre Uvi” –se ven cercanas al diputado Flavio Sosa– quien declaraba desde el púlpito y en la tribuna legislativa loas al gobierno del cambio, se pronuncia desilusionado y lo conmina a cumplir las grandes demandas del pueblo y a reordenar su gabinete sin lastres de grupos y partidos.
Una de las banderas casi ineludible en el ejercicio democrático de los gobiernos actuales, que se califiquen legítimos, es la situación de las mujeres respecto al ejercicio del poder, normalmente se desarrolla en un escenario lleno de discursos sobre equidad y políticas públicas con perspectiva de género.
Oaxaca podría ser ejemplo de este fenómeno político que redunda en la aparición masiva en todos los ámbitos de las palabras “género, mujeres, equidad, igualdad, perspectiva y transversalidad” como estatus de un gobierno democrático.
La falta de línea ideológica y programática del gobierno aliancista, la ausencia de acuerdos convenidos en temas medulares, la consabida y recurrente ciudadanización –entendida como agraciada cooptación de quienes adulan al gobierno– han desdibujado el carácter verdaderamente progresista de las luchas de las mujeres y la necesidad apremiante de modificar las políticas públicas con perspectiva de género, que debe justificarse con argumentos conceptuales socio-jurídicos, no en la voluntad de unas cuantas ni en ocurrencias descocadas que reeditan los gobiernos con el consabido trato paternalista y una gran carga de frivolidad.
La lucha política entre las diversas fuerzas aliancistas, tiene su máxima expresión en los pronunciamientos fundamentalmente mediáticos para aparecer como promotoras y promotores de las decisiones políticas de avanzada frente a los derechos humanos de las mujeres.
Por supuesto esto ha sido hasta ahora en este gobierno del cambio mera simulación, prevalecen los intereses de grupo y hasta personales, egoístas y contrarios en la praxis política que sacraliza en los hechos la superioridad masculina.
En el recuento de los arrebatos partidarios, las declaraciones provenientes de las instancias del ejecutivo, especialmente devienen del propio gobernador en su afán por legitimarse frente a la sociedad civil, la Procuraduría General de Justicia y el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, que unen esfuerzos por resaltar su interés y deslucida veracidad en asuntos que tienen que ver con los derechos de las mujeres, justicia y protocolos legales, desconociendo los avances en la materia, actuaciones de competencia e iniciativas que en su momento se hicieron profesionalmente, en tiempo y forma con importantes contenidos jurídicos y sociológicos.
Los partidos representados en el Congreso estatal, desfasado cualquier acuerdo electoral, buscan igualmente espacios protagónicos figurando interés en el fenómeno social y político que representa la discriminación y la violencia hacia las mujeres, en una competencia cínica de declaraciones y acciones facciosas que resultan por el desconocimiento teórico-conceptual insulsos y contraproducentes posicionamientos e iniciativas en ésta materia.
Como las relativas a la agenda de género propuestas a iniciativa ciudadana de las mujeres del Colectivo Huaxyacac. La tipicidad del delito autónomo del feminicidio, tratada en foros que desplazan las opiniones autorizadas por la de alguna amiga que logra resaltar la autoría de cierto grupo de personas con peso especifico frente al ejecutivo del Estado.
Iniciativa que rápidamente se apropió la diputada del PAN Eufrosina Cruz Mendoza, auto aludiéndose como la mayor defensora de la igualdad y contra la violencia hacia las mujeres, y aprovechando la andanada feminista, se colocó rápidamente al frente con iniciativas de igualdad política, instancias pro mujeres en los ayuntamientos, suscribiendo las libertades y derechos de mujeres indígenas.
También la diputada Hita Ortiz Silva, del PT, rescató la iniciativa de agravar el delito de violencia intrafamiliar como origen cultural de la violencia hacia las mujeres, aunque después enfiló las baterías a la defensa de la familia.
Hasta el diputado Pavel López Gómez, del PRD, intentó tímidamente involucrarse en propuestas de iniciativas sobre violencia y feminicidio.
Temas sin duda pendientes que el Estado debe a las mujeres desde hace mucho, desde siempre; queremos leyes y actitudes públicas que modifiquen de fondo el estatus de las mujeres, sí, cambios permanentes que impacten positivamente la vida de las mujeres, reforma legales que determinen en estricto derecho una cultura de igualdad y paridad política; la carrera por ganar título de defensor o defensora de mujeres es egocentrismo puro, simulación e hipocresía.
Se arrebatan el tema, se madrugan las iniciativas y los dictámenes apresurados para ganar la primacía son verdaderos horrores legislativos, ignorantes opiniones públicas que aprueban mediante cambalache de favores cuya preeminencia electoral se dirige al 2012.
Las alianzas en Oaxaca se cocinan desde ahora; puestos en el gabinete del ejecutivo y diputaciones son un trampolín desvergonzado hacia las próximas elecciones federales. ¡Qué desfachatez!
Si en verdad el tema de la igualdad y la perspectiva de género les fuera importante, desinteresadamente, voltearían a ver propuestas ya trabajadas integralmente y entregadas a la legislatura pasada –salvando las restricciones legales de competencia– que sin duda podría ser la base de las reformas necesarias, consensuando el interés supremo de Oaxaca, restando prejuicios y protagonismos.
Buscar mecanismos para conformar una Comisión formal y profesional de diagnóstico del marco jurídico existente, su viabilidad y su armonización con los instrumentos internacionales y nacionales; su adecuación con la estructura institucional y la generación de un presupuesto digno y viable para enfrentar seriamente un problema añejo que obstaculiza per se el desarrollo de nuestra entidad.