MÉXICO, D.F., agosto 12.- En los más de cuatro años de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa ha aumentado el consumo excesivo de alcohol entre los jóvenes, pero principalmente entre las mujeres.
Generalmente se bebe más en fiestas, con grupos de amigos, por diversión o curiosidad, por imitar a los adultos o para no ser excluido, afirma Carmen Fernández Cáceres, directora general de los Centros de Integración Juvenil (CIJ).
Comenta que a los hombres les gusta beber cerveza y a las mujeres tequila, mientras que los jóvenes prefieren la cerveza y el vodka.
Al presentar el libro “Los jóvenes y el alcohol en México. Un problema emergente en las mujeres”, elaborado por investigadores de los CIJ, Fernández Cáceres dijo que los hombres que beben con patrones de riesgo toman más de cinco copas por ocasión; las mujeres, en promedio, cuatro copas.
Al respecto, José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud del Gobierno federal, reconoció que el abuso de alcohol es la adicción más grave que hay en México.
A diferencia de naciones europeas, afirma, en el país se ha desarrollado un comportamiento compulsivo: “[Los mexicanos] no toman a diario, pero cuando lo hacen es en exceso”.
Explica que un estudio realizado entre 68 mil estudiantes de educación básica de todo el país mostró que, en algunos estados, la ingesta de alcohol de manera compulsiva está por arriba de 42% en alumnos de secundaria, y en 12% en los de primaria.
La directora general de los CIJ alerta de que 392 mil adolescentes —de entre 12 y 17 años de edad— tienen dependencia hacia el alcohol. De esta cifra, 146 mil son mujeres.
Las diferencias por sexo
Fernández Cáceres comparó las encuestas nacionales de salud de 2002 y de 2008. En la primera, el consumo de alcohol en hombres era de 10.5%; en las mujeres, de 3.4%.
Para 2008, esta cifra aumentó levemente en los hombres, al alcanzar 11%, pero en las mujeres la tasa se duplicó hasta llegar a 7.1%.
La especialista comenta que las últimas encuestas realizadas por los CIJ y la Secretaría de Educación Pública (SEP) reflejan lo mismo: que hay un alza en el consumo de alcohol entre las mujeres en los últimos años.
Ejemplo de esto, explica, son las cifras que arroja la Encuesta de Consumo de Drogas en Estudiantes del Distrito Federal: en 2000, 62.6% de los hombres había consumido alcohol alguna vez en su vida; 60.2% correspondía al sector de las mujeres.
Para 2009, esos porcentajes se emparejaron. La misma encuesta advierte que 71% de los adolescentes —hombres y mujeres por igual— respondieron haber consumido alcohol alguna vez en la vida.
Daños asociados
Fernández Cáceres comenta que, a diferencia del hombre, el metabolismo de la mujer es más lento, por lo que es más fácil que se embriague y que dependa del alcohol. Además, el consumo tiene mayores efectos en su salud.
“En las adolescentes [el alcohol] puede influir negativamente en su ciclo menstrual, crecimiento y maduración, además de otras consecuencias como la depresión, las prácticas sexuales de riesgo y los embarazos”, explica.
Otros de los daños que puede causar en las mujeres son la cirrosis hepática, menopausia precoz, osteoporosis, infertilidad y amenorrea, además de mayor estigma social y familiar.
En general, explica la especialista, el consumo de bebidas alcohólicas en hombres y mujeres ocasiona problemas cardiovasculares, gastrointestinales y neurosiquiátricos.
Kena Moreno, fundadora de los Centros de Integración Juvenil, afirma que en México hay 27 millones de personas que beben en grandes cantidades; 9.6 millones son mujeres.
Hay más de 4 millones de mexicanos que presentan abuso o dependencia al consumo de alcohol; de ellos, 670 mil son mujeres, afirma.
Labor de convencimiento
Carlos Tena Tamayo, comisionado nacional contra las adicciones, asegura que hay una tendencia al alza en el consumo de alcohol, principalmente entre jóvenes y mujeres.
“Yo creo que estamos en la época de la emancipación de las mujeres, de los católicos; todo mundo dice que son libres y sólo con argumentos científicos los convencerán de que cambien”, dice el comisionado.
Sin embargo, agrega, hay que explicarles a los jóvenes y a los padres de familia de todo el país, con toda claridad, cómo el alcohol afecta al cerebro de los jóvenes menores de 20 años de edad que lo consumen.
“Hay padres con el argumento de enseñarle a beber a sus hijos a los 14 años de edad, lo que no debe ser”, dice.