MÉXICO, D.F., noviembre 1.- El “Día de Muertos” es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre.
En el año 2003, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró a esta festividad como “Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad”.
Esta celebración representa uno de los ejemplos más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, así como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor plenitud de los grupos indígenas que actualmente habitan en nuestro país.
Diversos estudios históricos y antropológicos han permitido constatar que las celebraciones dedicadas a los muertos no sólo comparten una antigua práctica ceremonial donde conviven la tradición católica y la precolombina, sino también manifestaciones que se sustentan en la pluralidad étnica y cultural del país.
LA ESPERANZA DE VIDA EN MÉXICO
Con motivo de Día de Muertos, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), presenta una selección de datos estadísticos sobre la mortalidad en el país.
La esperanza de vida al nacer se refiere al número de años que en promedio se espera viva un recién nacido, bajo el supuesto de que a lo largo de su vida estará expuesto al mismo patrón de mortalidad observado para la población en su conjunto en un periodo determinado.
Por tanto, es un indicador que resume las condiciones de mortalidad en una sociedad y su tendencia permite evaluar el mejoramiento del estado de salud de una población.
La ganancia de vida de los mexicanos se ha hecho evidente, en 1930 se vivía en promedio 34 años, observándose una mayor sobrevivencia en las mujeres (35 años) que en los hombres (33 años); ocho décadas después, la esperanza de vida se duplica (75 años) y la sobrevivencia en las mujeres amplia su brecha en casi cinco años, respecto a la de los hombres.
Las diferencias que todavía existen en el nivel de exposición al riesgo de fallecer de mujeres y hombres están en función de las actividades y de los espacios donde se desempeñan unas y otros, así como de los estilos de vida diferenciados.
Si bien la esperanza de vida ha aumentado progresivamente, aún prevalecen diferencias al interior del país que reflejan marcados contrastes en los servicios de salud.
En Guerrero, Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Durango y Sinaloa se presenta la menor esperanza de vida al nacer (menor a los 75 años).
En contraste, para Quintana Roo y Distrito Federal la vida media estimada para 2010 es mayor a 76.2 años.
DIFERENCIALES EN MORTALIDAD POR EDAD Y SEXO
El nivel de la mortalidad es diferente en cada grupo de edad y sexo, en 2009 se registraron 565 mil defunciones y la mayor parte se concentró en edades adultas: seis de cada diez aconteció en la población de 60 años y más y una de cada cuatro en adultos de 30 a 59 años. La población infantil (0 a 14) y joven (15 a 29 años) que falleció en ese año representa 7.4 y 6.4% de las defunciones totales, respectivamente.
La diferencia en el número de defunciones entre hombres y mujeres se encuentra condicionada a factores biológicos y sociales propios de cada sexo; regularmente la mujer tiene una mayor probabilidad de sobrevivencia porque es menos propensa a sufrir accidentes, y en general, adopta menos conductas violentas donde peligre su vida.
En 2009 fallecieron 132 hombres por cada cien mujeres, esta sobremortalidad se da en todos los grupos de edad y es más marcada en el grupo de edad de 20 a 34 años que registra más de 300 defunciones masculinas por cada cien mujeres.
CAUSAS DE MUERTE
Conocer las causas de muerte constituye un elemento fundamental para las políticas públicas debido a que permite la planeación y evaluación de programas de salud encaminados a prevenir enfermedades para prolongar la sobrevivencia de la población.
En 2009, la Diabetes Mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón y las enfermedades del hígado son las principales causas de muerte de la población, éstas ocasionan tres de cada diez decesos.
En los hombres, la tercera y cuarta causa se asocian a enfermedades del hígado y a defunciones por agresión; en las mujeres, la tercera y cuarta causa se vinculan a enfermedades cerebrovasculares y a enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, respectivamente.
CAUSAS DE MORTALIDAD EN MENORES DE UN AÑO
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América Latina los factores maternos que inciden en la salud de los menores y en particular de los recién nacidos son la desnutrición de la madre (incluso antes del embarazo), la edad (menores de 18 años o mayores de 35 años), haber tenido más de cinco partos, un intervalo breve entre nacimientos (menos de tres años entre los embarazos) y complicaciones del parto (parto prolongado u obstruido, o parto de nalgas con un solo feto).
Otros factores comprenden las infecciones maternas, como las de transmisión sexual, VIH/Sida y la infección de las vías urinarias.
En 2009 se registraron 13.3 defunciones de menores de un año por cada mil nacimientos. Dentro del primer año de vida la mortalidad no es uniforme.
El primer mes es especialmente riesgoso, ya que en ese lapso el niño está expuesto a una elevada tasa de mortalidad causada por factores genéticos, problemas congénitos o daños que se producen durante la gestación o el nacimiento.
Después del primer mes, empiezan a cobrar importancia los factores relacionados con las condiciones del medio en que se desarrolla el niño (nutrición, exposición a microorganismos, condiciones sanitarias, entre otras); 65% de las defunciones infantiles registradas en 2009 acontecieron antes de que el niño cumpliera los 28 días de haber nacido.
En 2009, más de la mitad de las defunciones infantiles registradas son producidas por afecciones originadas en el periodo perinatal; una de cada cinco originadas por malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas y cuatro de cada cien por neumonía.
CAUSAS DE MORTALIDAD EN NIÑOS DE 1 A 14 AÑOS
Las defunciones de edades de 1 a 14 años distinguen dos etapas con niveles y causas de muerte diferenciales: en la primera se encuentran las defunciones de la población de 1 a 4 años de edad (mortalidad preescolar); en la segunda, se encuentran las defunciones ocurridas en la población de 5 a 14 años de edad (mortalidad escolar).
En la población de edad preescolar, la mayor parte de las defunciones ocurren por malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas (14.2%), por los accidentes de transporte (8.5%) y por neumonía (7.1 por ciento).
En los niños con edad escolar, la principal causa de defunción se da por accidentes de transporte (13.5%), éstos pueden ocurrir como peatón, siendo el niño atropellado al atravesar la calle en forma intempestiva, también pueden ocurrir cuando el niño viaja como pasajero en un vehículo que se detiene de forma repentina o cuando se produce una colisión.
La segunda y tercera causa de muerte en esta población se da por leucemia (8%) y por malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas (6.6 por ciento).
En ambas etapas no se observan diferencias significativas en las defunciones por sexo.
CAUSAS DE MORTALIDAD EN JÓVENES DE 15 A 29 AÑOS
En la población joven se presenta la mayor diferencia en la mortalidad de hombres y mujeres, y ésta se puede explicar por las características fisiológicas de cada sexo y por la mayor exposición de los hombres a situaciones de alto riesgo, así como a una propensión más elevada a adquirir hábitos dañinos para la salud.
En la población masculina de 15 a 29 años, la principal causa de defunción son las agresiones (25.1%), le siguen los accidentes de transporte (19%) y las lesiones autoinfligidas intencionalmente (6%), todas ellas catalogadas como violentas y en conjunto representan la mitad de las defunciones acontecidas en este grupo de población.
El monto de las defunciones en la población femenina es tres veces menor al de los hombres y aunque las tres principales causas de muerte se asocian también a causas violentas, éstas representan sólo la cuarta parte de sus defunciones totales: 11.1% fallece por accidentes de transporte, 7.1% por agresiones y 5.1% por lesiones autoinfligidas intencionalmente.
Los jóvenes son especialmente vulnerables a la infección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH/Sida), en los hombres es la cuarta causa de muerte y la tercera en aquellos que tienen de 25 a 29 años de edad.
En la población femenina joven, la neumonía y la leucemia representan la cuarta y quinta causa de muerte (3.6 por ciento respectivamente).
CAUSAS DE MORTALIDAD EN ADULTOS DE 30 A 59 AÑOS
En los adultos se identifican dos etapas donde las personas se exponen a diferentes estilos de vida que se traducen en perfiles epidemiológicos diferenciados por edad y sexo.
La primera se da en los adultos de 30 a 44 años donde usualmente la población se encuentra en una fase de formación o expansión de sus propias familias, desempeñando actividades vinculadas con la procreación y el cuidado de sus hijos; en lo laboral, la mayoría de los hombres y una proporción cada vez mayor de mujeres, participan en la actividad económica.
Es en esta etapa donde se originan o se fortalecen hábitos que afectan o afectarán la salud de los adultos en el futuro; de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, el aumento de enfermedades crónicas es atribuible al envejecimiento de la población y a los comportamientos y elecciones poco saludables que hacen los individuos y las comunidades, que se vinculan con una nutrición deficiente, el sobrepeso y la obesidad, y con el consumo de tabaco y alcohol.
En los hombres de 30 a 44 años las agresiones (18%), las enfermedades del hígado (11.1%), los accidentes de transporte (10%), la enfermedad de VIH (5.3%) y las enfermedades isquémicas del corazón (5.2%) son las primeras causas de muerte; en las mujeres la diabetes mellitus (9%), los tumores malignos de la mama (5.5%), los accidentes de transporte (4.9%), el tumor maligno del cuello del útero (4.4%) y las enfermedades de hígado (4.3%) conforman el cuadro epidemiológico de las primeras cinco causas de muerte en este segmento de la población.
En la segunda etapa (madura del adulto de 45 a 59 años) empiezan a presentarse en forma gradual disfunciones en el sistema corporal y mental de las personas, las cuales se agudizan conforme avanza la edad, llegando a un patrón epidemiológico de causas de muerte muy parecido al del adulto mayor.
En hombres y mujeres la principal causa de muerte es la diabetes mellitus, 17.2% y 22.5%, respectivamente.
En los hombres la segunda y tercera causa de muerte son las enfermedades del hígado (15.3%) y las enfermedades isquémicas del corazón (10.5%); en las mujeres, éstas invierten su orden para constituirse en la segunda y tercera causa de muerte aunque con un peso porcentual menor al de los hombres: 6.8% fallece por enfermedades isquémicas del corazón y 6.1% por enfermedades del hígado.
CAUSAS DE MORTALIDAD EN ADULTOS MAYORES
Al aumentar la edad se afectan los sistemas fisiológicos, ocasionando una mayor predisposición a desarrollar algunas enfermedades, por lo que el riesgo de fallecer es cada vez mayor, según el Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2010 la esperanza de vida de la población de 60 años y más es de 11 años.
La vejez se asocia con un acelerado proceso de deterioro biológico que afecta las capacidades físicas y mentales, lo que aumenta su dependencia hacia la familia y a la sociedad en su conjunto.
La mayoría de las defunciones en este grupo de población se producen por enfermedades crónicas degenerativas: en los hombres, las enfermedades isquémicas del corazón (15.9%) y la Diabetes Mellitus (14.8%) son la primera y segunda causas de muerte; en las mujeres se presentan las mismas causas, pero en orden inverso, es decir, 18.3% se deben a diabetes mellitus y 14.5% a enfermedades isquémicas del corazón.
Las enfermedades cerebrovasculares son la tercera causa de muerte en hombres y mujeres, respectivamente.
CAUSAS EXTERNAS
En la décima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), las “causas externas” se refieren a los accidentes, suicidios, homicidios, lesiones por intervención legal y de guerra así como aquellas lesiones que se ignoran si fueron accidentales o intencionalmente infringidas.
En 2009, 11.9% de las defunciones totales fueron catalogadas externas, de éstas, ocho de cada diez aconteció en la población masculina y seis de cada diez sucedieron en la población de 15 a 44 años.
De las defunciones por causas externas, 58.5% ocurren por accidentes (39 mil 461 casos), en éstas se consideran las ocasionadas por transporte y otras causadas accidentalmente por traumatismos externos: en las primeras el número de muertes asciende a 18 mil 402, es decir, 46.6% del total de personas fallecidas por accidentes; en las segundas, el número de casos es 21 mil 059 y entre éstas destacan los fallecidos por ahogamiento y sumersión accidentales (6.7%), seguida por las caídas (6%) y el envenenamiento accidental por exposición a sustancias nocivas (3 por ciento).
El número de suicidios (5 mil 190) representa 7.7% de las muertes externas, esta causa de muerte es resultado de una decisión individual misma que obedece a diversas condiciones de orden psicológico, de salud y sociales, la cual se asocia con la depresión, las pérdidas afectivas, el aislamiento social, el desempeño y las dificultades económicas.
Ocho de cada diez lesiones autoinfligidas ocurrió en los varones; por grupos de edad, se observa que los jóvenes de 15 a 29 años son más vulnerables a este acontecimiento (40%), seguidos de la población de 30 a 44 años con 28.7 por ciento.
Algunas de las características que destacan de este evento es que 42.3% eran solteros, 25.7% no tenía trabajo y 72.8% se suicidó en una vivienda particular.
MORTALIDAD MATERNA
Según la Organización Panamericana de Salud, la mortalidad materna representa un grave problema de salud pública, en la mayoría de las ocasiones sus causas son evitables; es en los países de menor desarrollo económico donde existen las cifras más altas de muertes maternas y son las mujeres pobres las que tienen mayor riesgo de morir por embarazo, parto o puerperio.
En 2009 se registraron 1,281 defunciones por complicaciones del embarazo, parto y puerperio, todas ellas ocurridas en un periodo comprendido dentro de los 42 días posteriores al parto.
Con este monto de defunciones, la razón de mortalidad materna es de 66 fallecimientos por cada cien mil nacidos vivos.
Por entidad federativa, Guerrero (114.2), Oaxaca (102.7), Chihuahua (99.2) y Morelos (87.8) muestran la mayor razón de mortalidad materna; en tanto que en Colima, Nuevo León, Querétaro, Coahuila y Quintana Roo ésta no supera las 40 defunciones maternas por cada cien mil nacimientos.
Las cinco primeras causas de muerte maternas representan 88.3% del total de estas defunciones; en la primer causa se ubican las defunciones obstétricas indirectas con 31.9%, seguida de las enfermedades hipertensivas del embarazo, edema y proteinuria con 20.4 por ciento; hemorragia del embarazo, parto y puerperio con 19 por ciento; otras complicaciones principalmente del embarazo y parto con 11.2% y las ocurridas por consecuencia de aborto con 5.8 por ciento.
Con esta información el INEGI brinda indicadores para el conocimiento de la mortalidad en un marco general.
Si requiere información por entidad federativa consulte nuestro sitio: www.inegi.org.mx, acuda a los centros de información o comuníquese vía telefónica o por correo electrónico. Consulte este documento completo en la Sala de Prensa del INEGI en: http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/default.asp?c=269&e=