Como una de las actividades que alientan expectativas favorables entre los jóvenes universitarios, el pasado 28 de febrero se efectuó en el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO una sesión de intercambio entre estudiantes de la licenciatura en Ciencias Sociales de esta unidad académica con sus similares de las universidades alemanas de Münster y Kassel. Los temas abordados fueron migración, género, movimiento social y derechos humanos.
El intercambio permitió a los estudiantes participar en el análisis comparativo de problemas comunes en contextos distintos, en donde la cuestión de cualquiera de los temas implica a los demás; por ejemplo, el fenómeno migratorio ha registrado una trayectoria común propia de modelos de desarrollo que la favorecieron a través de políticas públicas impulsadas a mediados del siglo pasado, como el “Sistema de Trabajadores Huéspedes”, en el caso alemán y de otros países europeos, y el programa “Bracero” que opero entre 1942 y 1964 y que llevó a más de cuatro millones de mexicanos a laborar en Estados Unidos.
En el primer caso se alentaron flujos migratorios de africanos y latinos como obreros no calificados para las industrias europeas que entraban en etapa de reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial; en el segundo, de manera principal para los campos agrícolas del sur de Estados Unidos, en condiciones laborales precarias para los migrantes, pero quienes a pesar de esta situación participaron con su fuerza de trabajo en la acumulación de riqueza y alta rentabilidad de la agricultura norteamericana, en detrimento de sus regiones de origen.
Esta circunstancia forma parte de un conjunto de relaciones socioeconómicas inequitativas, de regiones ricas al norte del globo y regiones empobrecidas en el sur, cuyos efectos seguimos padeciendo.
Las ponencias de los estudiantes alemanes refirieron historias de exclusión y de racismo hacia los inmigrantes, de quienes llegaron con la promoción oficial hace varias décadas y que lo siguen haciendo hasta nuestros días, cuando las políticas migratorias de las potencias se han endurecido; de políticas severas que pretenden frenar la inmigración ilegal de amplios sectores de población que han perdido expectativas de futuro digno en sus países y que no tienen otra oportunidad que la de ofrecerse como mano de obra barata.
La migración con aliento oficial permitió, como comentó un estudiante, “la ampliación del subsuelo de la jerarquía social alemana”, de los no reconocidos, de los invisibles, de quienes en la actualidad son integrados a campamentos que funcionan con subvención gubernamental, pero que viven en condiciones infrahumanas y de hacinamiento; ahora, la política estatal es promover la devolución de los inmigrantes a sus países de origen, particularmente de los más adultos, una vez que se han obtenido sus contribuciones económicas.
La situación no es tan diferente respecto a lo que ocurre en México y América Latina. La perspectiva comparada permite explicar con mayores elementos situaciones que ocurren en nuestro entorno inmediato, como la sierra o la mixteca oaxaqueña, de quienes migran no precisamente por voluntad personal sino como consecuencia de los efectos desastrosos de políticas económicas que favorecen el enriquecimiento de unos pocos a costa del empobrecimiento de muchos. Un alto número de localidades oaxaqueñas registran precisamente un sinnúmero de historias de exclusión.
En sus intervenciones, los estudiantes de la UABJO documentaron experiencias sobre el fenómeno, en donde mencionaron que la migración se convierte en expectativa particularmente para una entidad como Oaxaca, en donde migran los más jóvenes y que a estos flujos migratorios se incorporan cada vez más las mujeres, aún cuando al salir se enfrenten a condiciones más adversas, con una frontera sellada, con el deterioro de las condiciones laborales y actitudes más hostiles por parte de sus empleadores.
La problemática resulta de tal complejidad que enlaza la cuestión de género, la conflictividad política y la defensa de los derechos humanos como asuntos que no pueden observarse por separado sino como parte de un proceso inequitativo asociado a modelos de desarrollo, políticas públicas y programas gubernamentales que acentúan los desequilibrios aún cuando múltiples estudios documenten sus efectos desastrosos.
Las lecciones compartidas entre los estudiantes apuntan a no imitar las trayectorias seguidas por países industrializados y que desde las localidades y las regiones se generen soluciones a partir de las propias condiciones sociales y culturales, así como a la disposición sustentable de los recursos naturales, lo cual implica un ejercicio interdisciplinario permanente con compromiso social.
Las universidades alemanas de Münster y Kassel se caracterizan por la movilidad internacional de sus estudiantes; en sus aulas estudian jóvenes provenientes de más de cien países y sus propósitos formativos se centran en la práctica de la cooperación.
La ventaja de los ejercicios académicos de intercambio estudiantil como los que se promueven en la UABJO, y éste en particular realizado con el apoyo y el entusiasmo de la maestra Sara Méndez, es que permite a los estudiantes el análisis de los problemas locales en una perspectiva global, a repensar soluciones a los múltiples problemas oaxaqueños con amplitud de miras, con enfoques más universalistas, acordes a la visión y aspiración de muchos universitarios oaxaqueños.
Investigador del IISUABJO
sociologouam@yahoo.com.mx