SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, julio 3.- Para la diputada Eufrosina Cruz Mendoza, del Partido Acción Nacional (PAN), “es imposible imaginar una sociedad realmente democrática si los ciudadanos que la constituyen viven separados por desigualdades profundas y discriminación”.
Por ello, sostuvo que todos los legisladores oaxaqueños tienen la obligación de luchar contra la discriminación y aspirar a tener un cambio cultural profundo, impulsando un nuevo paradigma de organización política, capaz de producir una recomposición de las relaciones sociales.
La Legisladora panista consideró que la discriminación en el Estado de Oaxaca debe ser un tema de análisis prioritario para la LXI Legislatura del Estado, de la cual forma parte.
Apenas el miércoles 6 de junio, en sesión ordinaria de Congreso, la diputada Cruz Mendoza presentó ante el pleno legislativo una iniciativa de ley para reformar el Artículo cuarto de la Constitución estatal.
La propuesta de reforma se realizaría al tercer párrafo del Artículo cuarto de la Constitución Política del Estado de Oaxaca, y en caso de aprobarse quedaría de la siguiente manera:
“En el Estado de Oaxaca queda prohibida toda discriminación motivada por el origen étnico o nacional, género, edad, discapacidades, condición social, religión, salud, opiniones, preferencia sexual, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menos cavar los derechos y libertades de las personas”.
Con ello, se modificaría el párrafo actual que señala: “Las autoridades del Estado, en su respectiva esfera de atribuciones, tienen el deber de garantizar las condiciones necesarias para que los individuos gocen de los derechos establecidos en la Constitución”.
“Así como de proteger los que se reserve el pueblo de Oaxaca mediante el juicio de protección de derechos humanos. La violación de los mismos implicará la sanción correspondiente y, en su caso, la reparación del daño, en términos de ley. Está prohibida la pena de muerte”.
La Legisladora apuntó que la existencia de inequidades sociales no se debe a acontecimientos genéticos o naturales, al margen de la voluntad humana. “Es el resultado de relaciones complejas construidas por hombres y mujeres que pueden y deben evitarse”, indicó.
