A RESERVA.- Se acuerdan cuando la campaña del hoy gobernador Gabino Cué Monteagudo, que desde antes de iniciarla formalmente, convocaba a la ciudadanía con singular alegría a participar en foros temáticos regionales, coordinados y dirigidos por sus aliados más cercanos, intelectuales izquierdosos, adjudicados, radicales appistas, uno que otro priista arrempetido, conservadores blaquiazules y muchos jóvenes de abolengo llegados desde el Tecnológico de Monterrey, que le hablaban al oído derecho e izquierdo del entonces candidato convenciéndolo del peso de la participación ciudadana y del asambleísmo “democratizador” que refiere la cercanía simulada del gobernante mesiánico a las masas que sueñan con tocar la mano que cambiaría su destino. Entonces todo era euforia y esperanza.
Esos foros que ahora sabemos sirven para un soberano cacahuate, si engañaron a mujeres y hombres de buena voluntad que creyeron en la retórica del joven aspirante cobijado por el eslogan –mas porfirista que juarista- “por la paz y el progreso”, que con una sonrisa de modelo, afirmaba que “…cada foro había sido creado para que tu amigo Gabino Cué Monteagudo, reciba cada una de tus comentarios, sugerencias y propuestas, así juntos podemos hacer más por Oaxaca, súmate a los que queremos hacer una nueva y mejor historia para nuestro estado”.
Claro que después de Ulises Ruiz Ortiz, la gente podía creer lo que fuera que no se pareciera a la dictadura y cacicazgos del PRI viejo, aunque el propósito del ahora gobernador hubiere sido mandar obedeciendo, la interferencia constante y perversa de grupos y partidos lo han inhabilitado, atandolo de manos, convirtiéndolo en una especie de pelele político a merced de dos tutorías contrarias entre sí: la del Diodoro Carrasco ahora del PAN y la de López Obrador de MORENA.
Pronto, muy pronto el desencanto se apoderó de la sociedad oaxaqueña, dando paso a más de lo mismo, manifestaciones callejeras, corrupción e impunidad y además ineficacia en la gestión planeación y gasto público, inexistencia sistemática de la obra pública, conflictos poselectorales, creciente inseguridad que inmoviliza la economía y detiene per se el crecimiento de Oaxaca. A todo esto se suma la voracidad cínica e impúdica de la nueva clase política, que exige privilegios personales y prebendas para fortalecer a sus grupos. Creación desordenada y ocurrente de consejos y comités que por decreto no sirven para nada; como lo dijo alguien sabio que gobernó con el corazón en la cabeza… “si quieres que algo no se haga, que un problema no se resuelva encárgaselo a un comité”.
Hoy por hoy, después de las elecciones el panorama se oscurece aún mas para el gobernador Gabino Cué y se vislumbra un futuro incierto en la entidad. En política la mirada y el análisis no son en línea recta, hay vericuetos, sombras aleatorias y lecturas entre líneas que comprometen la progresión de Oaxaca y sesgan expectantes un complejo escenario, donde la ciudadanía, esa que ha sostenido la legitimidad de este gobierno, no pinta ni se le considera.
El resultado electoral arrincona al “gobierno ciudadano”, al gobierno aliancista de alternancia. La caída estrepitosa del PAN y el fracaso de su candidato al senado, Diodoro Carrasco, pone al limite la simbiosis con el gobierno federal al que solo le quedan unos mesecillos de concertación y amplitud de recursos que, por cierto, no llegaron a la gente, o tal vez solo fueron anuncios mediáticos que no le alcanzaron ni al gobernador ni a su tutor para posicionarse desde la próxima legislatura.
El triunfo absoluto de las candidaturas del movimiento progresista que se nombran de las izquierdas, que ganó todo o casi todo, resultado de las inercias electorales y la incapacidad provocada o voluntaria de diferenciar el voto, sin duda fortalece a estos grupos al interior del Estado, lo que redituará en mayor presión y coacción para ensanchar clientelas y fortalecer liderazgos, frente a un gobernador acotado y disminuido.
Sin embargo, la decisión política de robustecimiento institucional en materia federal, planeación, programación y financiamiento serán en los próximos años asuntos del nuevo ejecutivo y legislativo federal, y como pintan las cosas, estará en manos del PRI, que frente a un gobernador disímil y enfrentado difícilmente se concretarán sin problemas acuerdos de colaboración. Seguramente habrá acuerdos o consensos que modifiquen los estándares de la política persecutoria a los malos de los gobiernos anteriores, lo que vendrá a reeditar las protestas y exigencias de las que ahora se convierten en comisiones de la verdad demandando castigo a los tiranos.
¿Qué tanto sacará la cara Peña Nieto por estos vándalos del PRI añejo, un PRI que en Oaxaca perdió todo, incluyendo la elección presidencial? Bastaría con omitir la vista a Oaxaca para ponernos en jaque…A ver que pasa.
Muestra de estos esquizofrénicos coletazos inservibles es la reciente instalación un consejo mas, el de Desarrollo Rural Sustentable; Gabino Cué Monteagudo subrayó que el campo oaxaqueño constituye una alta prioridad para su gobierno, “por lo que hará todo lo necesario y todo cuanto esté a su alcance para que el campesinado oaxaqueño tenga la posibilidad real de vivir con dignidad, bienestar y calidad de vida”. Habrá que imaginarnos al titular del área, Salomón Jara, seguidor incondicional de AMLO y absolutamente incapaz de aterrizar democráticamente un programa campesino al que se le asignaran la friolera de mil millones de pesos, sin mancharse las manos; este funcionario ha sido cuestionado y señalado como corrupto y ladronazo por propios y extraños, incluso el congreso local lo llamó a comparecer para aclarar la entrega de recursos a los de su grupo, su ineficiencia administrativa y ha levantado la voz pidiendo juicio político ante un prepotente y desvergonzado secretario que sabe de la debilidad del gobernador Cué.
Acciones para voltear a ver
Gabino Cué insiste en su política mediática, equivocándose una y otra vez, con fanfárreas especiales montó otro evento social de estado, ahora creó un nuevo Patronato de la Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública de Oaxaca, relevando como política pública la misión social dejando los servicios institucionales de salud, háganme favor, en el DIF, es decir, que para el gobierno del estado uno de los derechos humanos fundamentales ahora son asunto del asistencialismo y dejan entonces de garantizarse, ahora el voluntariado nos hará la caridad de atender –si quiere- nuestra salud.
Por supuesto esto indica intensificar el poder asistencial y la actividad de las damas aristócratas cercanas a Mane Sánchez Cámara y sus “amiguis” ampliado, por supuesto, su rango de acción y el consabido presupuesto, ese que nadie revisa, que es intocable; mientras el secretario de Salud, Germán Tenorio, goza de una esplendida luna de miel tan costosa y elegante como su comentada boda, materia de los más altos círculos sociales de México.
Mientras los acontecimientos asistencialistas siguen los caminos sociales se alta alcurnia, la diputada local del PAN, Martha Patricia Campos Orozco, pidió la comparecencia ante el Pleno de la Cámara de Diputados, de la directora del DIF estatal, María de Fátima García León, esposa del subsecretario de Gobierno, Fausto Díaz Montes – académico universitario, ex appista- .
Destapando cloacas cuestionó los precios alterados en las despensas y opacidad en la entrega de más de 600 millones de pesos destinados al Programa de Cocinas Comunitarias, que fueron instaladas a petición de panistas y amigas de Mané, incluso en inmuebles que carecen de los requisitos mínimos.
Urgió a su copartidaria Perla Woorlich Fernández, Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, para investigar el destino de esos millones que además fueron asignados sin concurso ni licitación alguna a la empresa de Hugo Scherer, pareja de la actual coordinadora de Vinculación Social y Atención Ciudadana del DIF-Oaxaca, Nora Pareyón Galván, y socio de Jorge Castillo Díaz, poderosísimo funcionario del gobernador Gabino Cué, dicho de la diputada Campos.
¿Será este el cambio esperado? La esposa del gobernador sabe esto, y si no hace nada entonces es cómplice y está bajo sospecha.
La Cámara de diputados del estado también se mueve, resulta que la Comisión de Derechos Humanos quiso ponerse a tono con el estatus de inseguridad que viven actualmente los y las periodistas y se inventó una reunión cuya convocatoria fue poco concurrida y mas poco plural para conocer, dijeron, los puntos de vista tendientes a formular una Ley del Ejercicio Periodístico, la diputada Marlene Aldeco Reyes Retana, del PAN; los diputados Maximino Vargas Betanzos, del PRI; Flavio Sosa Villavicencio, del PT, y Pavel Renato López Gómez, del PRD, organizaron la reunión a la que asistió la Comisionada de los Derechos Humanos del Gobierno del Estado, Eréndira Cruzvillegas, quien con poca astucia jurídica señaló que los periodistas son los defensores de los derechos humanos –nueva categoría- y que un agravio a un periodista es una agresión a la sociedad. Nunca se refirió al derecho de expresión y al concatenado derecho de información que se violenta sistémicamente en Oaxaca.
Así vamos caminando en Oaxaca del cambio… hay quien afirma que la reversa también es cambio.