TLACOLULA DE MATAMOROS, Oaxaca., julio 26.- Al parecer, un corto circuito originó un incendio el cual acabó con lo poco de valor material que la familia Antonio Curiel almacenaba en un cuarto de lámina y madera. El siniestro fue ayer en la calle 8 de Diciembre, de la segunda sección.
Eran las 10:30 horas cuando la familia propietaria de la vivienda, en donde una buena parte fue consumida por el fuego, en la puerta principal atendía a conocidos solicitando un servicio de lavado de ropa a domicilio.
Estaban poniéndose de acuerdo cuando los visitantes notaron que una columna de humo empezaba a salir del cuarto utilizado como especie de bodega.
Cuando Paula Antonio Curiel, propietaria de la vivienda, volteó con la finalidad de comprobar la salida de humo de su viviendo, casi desmaya cuando al avanzar comprobó que el fuego estaba consumiendo lo poco de valor material, que sin embargo, para ella, era lo que había logrado reunir a lo largo de muchos años de trabajo.
En cuestión de segundos el fuego consumió ropa, camas, utensilios de cocina, muebles, una antigua computadora, juguetes, útiles escolares de tres niños asistiendo a la escuela, principalmente.
Cuando la propietaria de la vivienda empezó a gritar solicitando auxilio, los vecinos respondieron marcando el número de emergencias. La conflagración fue atendida y sofocada por integrantes del voluntariado del cuerpo de bomberos, vecinos y la valiente participación de los socorristas de Cruz Roja.
Una vez recuperada de la impresión, derrotada emocionalmente por todo lo que perdió, logrado a través de mucho esfuerzo y años de trabajo, Paula Antonio Curiel, recibió una buena noticia, en el sentido de que la Cruz Roja le entregaría una despensa y cobijas, para ayudarla a pasar la primera noche en poder de la desgracia.
Además de la perdida material registrada, Marisela Hernández Antonio, de 34 años, resultó con una lesión en la pierna izquierda, falseo y cayó, cuando víctima del pánico ayudaba a empujar una antigua camioneta en pos de ponerla a salvo.
La oportuna intervención de los socorristas de la Cruz Roja y los voluntarios de Bomberos, evitaron que la desgracia fuera mayúscula, por ejemplo, sacando de la conflagración cilindros de gas butano y garrafones de plástico conteniendo mezcal.