OAXACA, OAX., octubre 12.- Esto ocurrió allá por los años 1960-1963, cuando aparecieron los primeros radios de baterías que en Oaxaca los comenzó a mostrar y vender la Casa Villareal, ubicada en aquel entonces en el domicilio de Armenta y López y Guerrero, a escasos metros del desaparecido cine Mitla.
Se trataba de la joven María Elena Ruiz Terán, quien egresada de la Escuela Normal Urbana Federalizada de Oaxaca como Maestra de educación primaria, fue comisionada a trabajar en Yosondúa, comunidad de la región mixteca, ubicada en la montaña, después lo hizo en Nochixtlán y San Juan Sayultepec.
Eran pueblos alejados y la maestra para alegrar su estancia en esas comunidades incomunicadas y escuchar la hora, llevaba y se hacia acompañar de un radio portátil de transistores.
Habitantes de aquellos pueblos que carecían de luz eléctrica, se quedaban sorprendidos de lo que veían y escuchaban, de ahí el hecho de persignarse cuando veían a la maestra con su radio portátil, de quien decían era el “diablo”.
Esto se le quedó grabado a la maestra, era resultado del atraso en que se encontraban poblaciones de la mixteca, sin embargo surgió el reverso de la medalla y entrevistada comentó tener experiencias inolvidables con los niños y con la gente que era respetuosa con los maestros, lo iban a traer a la carretera, le acarreaban el agua y personajes como el sacerdote, el maestro y el presidente municipal, eran los más importantes y motivo de máximo respeto.
Recuerda haber estado en el jardín de niños y cursar estudios en la primaria Juan Jacobo Rousseau, anexa a la Normal, después en la misma institución, la secundaria y el ciclo profesional para egresar como profesora de educación primaria.
De la región mixteca se vino a la capital del Estado a presentar un examen de oposición para fundar la escuela de Educación Especial que instalaron las maestras Lupita Méndez Gracida y Elba García Ortiz.
Varias maestras presentaron el examen y salí, dice Ruiz Terán, con una puntuación alta y le dieron la escuela Odalmira Mayagoitia, donde laboró con 3 compañeras.
Tuvo la oportunidad y estudió preparatoria, después se metió a la Universidad Pedagógica Nacional y estudió la carrera de Derecho en la UABJO, donde con orgullo afirma, obtuvó diplomas consecutivos cada año de estudios.
25 AÑOS DE DIRECTORA
Concluida la carrera de Licenciada en Derecho que no ejerció, prefirió la educación, concursó y ganó la dirección de la escuela Profra. Beatriz Ávila García, de la capital del Estado, donde tuvo este cargo por el transcurso de 25 años.
Asegura que en los 25 años como directora, los niños salieron muy participativos y tuvo campeones en oratoria, en el concurso de conocimientos de sexto grado, hoy olimpiada de conocimientos, concursos en coros y en escoltas.
Recuerda a unos niños de apellido Castillejos que sobresalieron del primero al sexto grado, ganaron el primer lugar en conocimientos y en la olimpiada otro primer lugar que los llevó a realizar un viaje a invitación del rey a España.
Otro niño destacó en ajedrez, obtuvo el primer lugar en el Estado y se fue a Grecia.
Asimismo habló del cambio de mentalidad del maestro en aquellos tiempos a los actuales, reconoció que es la voz de la comunidad y si no protesta, si no lucha, nunca dirigen los ojos hacia él.
Señaló la carrera magisterial de noble e indispensable porque todo mundo pasa por las manos de un maestro o maestra, ganando 300 pesos y sin esperanzas de que nos subieran el sueldo, dice.
Menciona que los tiempos han cambiado y que los maestros, algunos son culpables de haber perdido el respeto hacia ellos por tomar a los pueblos, no apoyar a la gente y querer utilizar algún puesto.
¿Se justifican los movimientos?
Responde: para mi se justifican, no la forma como se realizan, todo mundo tiene derecho a expresarse, pero no el derecho de lastimar a terceros y perjudicar a otro tipo de gente, sin embargo alguien debe ver que progrese y cambie la mentalidad y me parece que lleva buen resultado.
Agrega: participamos en movimientos porque fuimos de la Sección 22, sabemos nuestros ideales, los prospectos que tienen y coincidimos con la ideología. Asistimos en forma obligada, no se va por convicción, de nuestra bolsa salía para pago del pasaje, alimentos y apoyo a los compañeros cuando no se asistía.
Satisfecha dice haber recibido en su época las medallas Rafael Ramírez e Ignacio Altamirano, se jubiló el 1 de enero de este año a los 50 años ininterrumpidos de labor docente, pero es la hora, dice, en que no termino de arreglar mis papeles, llevo varios meses, se va el tiempo en ir al IEEPO y esperar que te reciban o haber si sale un papel, la tradicional burocracia.
Y continúa: estoy dedicada a ver la casa que abandonamos mucho tiempo y ver a las nietas. Tengo todavía ánimos para alguna actividad, me gustaría mucho transmitir mis experiencias a los jóvenes desde el momento que se presentan a trabajar, como hacer su toma de posesión, su reanudación, como deben tratar a los padres y servicios que deben prestar.
Tengo la satisfacción de haber tenido grandes alumnos y grandes profesionistas colocados en buenos puestos y de satisfacciones, tengo una confesión realista, cada año que estuve en una escuela, disfrutaba del cariño de los padres y el cariño de los niños.
Finalizó diciendo: trabajé en la Normal del magisterio y asesoré algunas tesis, a las nuevas generaciones de maestros les digo que se apropien de su carrera que es la más digna que tenemos y de la que debemos estar orgullosos, que tomen su papel de maestro, mentira que somos flojos porque los programas nos los mandan de México, son hechos en banquillo y cuando llegan cumplimos con terminarlos.
Los sacamos adelante, pidió que no se defraude a los niños porque de eso vivimos, enojos de la calle que los dejen en la puerta y dentro de la escuela se dediquen en entrega total a su trabajo, porque tenemos en las manos las mentecitas más puras y no tenemos porque perjudicarlas.
Como profesionistas que sigan luchando, pero que piensen primero en la parte que tenemos bajo nuestra responsabilidad, porque el tiempo no se repone.