La lucha de los comuneros de San Dionisio y San Mateo del Mar en contra del megaproyecto eólico, en su derecho a manejar sus recursos naturales y territorios y su exigencia de respeto a una consulta previa, libre e informada en el caso de que se quiera implementar algún tipo de proyecto en su territorio, se suma a otras luchas más que van en el mismo sentido.
Ocurren en otros sitios de Oaxaca contra las empresas mineras; en el país, con las resistencias de otros grupos indígenas desde la sierra Tarahumara hasta el sureste con los tzotziles de Chiapas y los mayas de Quintana Roo; hay expresiones similares en América Latina y en el mundo entero.
Se trata de las luchas de los perdedores de siempre, de quienes habitan los lugares en donde se expresan las contradicciones y las desventajas de un sistema económico depredador. En este caso particular, se trata de la exigencia de la consulta libre, en cumplimiento al acuerdo 169 de la OIT, ante un vacio de información oficial sobre el proyecto del sistema de aerogeneradores.
Sobre éste ha transcendido en medios de que la empresa multinacional, Energía Eólica Mareña, de capital japonés, australiano y holandés podría usar mil 643 hectáreas de la zona huave por un periodo de 30 años, en el parque más grande de América Latina en su tipo (La Jornada, 23/08/12). Quienes protestan refieren un trato desventajoso y desinformación.
Cabe considerar que el gran capital no es administrado por hermanas de la caridad que se dedican al apoyo desinteresado de pueblos y comunidades empobrecidas. La forma de operación de los gerentes de las grandes empresas es a través del cálculo y de la protección de sus ganancias, así como de la manipulación ideológica del supuesto desarrollo en los lugares en donde se implantan. No les importa subsanar la desigualdad, puesto que están hechos para hacer negocios.
La desigualdad no es un defecto sino una característica del modelo. De acuerdo con Christopher Hedges, Ganador del Premio Pulitzer y crítico de la tiranía que ejercen las grandes potencias y las corporaciones transnacionales, un ejecutivo de Wall Street puede ganar 12 millones de pesos la hora mientras que un mexicano empobrecido tan solo siete pesos; es decir 1.7 millones de veces más. Hedges es un autor que ha argumentado que la democracia en América Latina es una ficción útil. (Truthdig, drilling beneath the headlines, 19/10/12).
http://www.truthdig.com/report/item/democracy_in_america_is_a_useful_fiction_20100124/
Mientras tanto, para los pobres del país se ofrecen políticas asistenciales que han mostrado su profundo fracaso como bien advirtió el rector de la UNAM, José Narro, cuando indicó que “ese modelo económico se agotó” y agregó que de nada sirve ser la economía 11, 12 o 13 del mundo si la población carece de las condiciones en que debe vivir, si no sabe lo que debe saber y no cuenta con salud, empleos, vivienda o participación suficiente, señalando que el resultado de los gobiernos neoliberales “es desalentador”, de acuerdo al área de comunicación social de la máxima casa de estudios. http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2012_622.html
Las evidencias del fracaso de las políticas sociales de estos gobiernos las ofrecen las propias instancias oficiales, como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL, 2012) quien en su inventario de los 273 programas sociales se pregunta “¿por qué con tantos programas la pobreza ha subido?” La proporción de pobres es del 46% de la población, los cuales se concentran en estados como Oaxaca.
El organismo apunta “que es difícil determinar cómo surgen programas sociales año tras año. Unos son creados por el poder Ejecutivo, otros por el poder estatal y otros por el Legislativo local. Posiblemente varios de ellos pueden resolver problemas concretos de la población, pero debido a que no siempre se cuenta con información clara y transparente de los resultados, habrá que analizar la posibilidad de un uso político de los mismos” (El Universal, 11/10/12).
Mientras tanto, en espacios como Oaxaca, en sus zonas rurales, en donde habitan los grupos indígenas, en donde se expresan con más crudeza los desequilibrios y las desigualdades sociales, en donde se negocia el oro por los espejos, como herencia colonial, como ocurre con las empresas españolas. Seguramente comparten la visión de su presidente Mariano Rajoy quien el pasado 13 de octubre declaró “que fuera de Europa solo existe la nada”; expresión que fue difundida de manera amplia por los medios de su país. http://www.larazon.es/noticia/7996.
Mientras tanto, el gobierno neoliberal saliente y el entrante continúan con la promoción del remate de los recursos de la nación (véase el reciente recorrido del presidente electo por Europa), para atraer inversiones principalmente en el sector energético, y de paso, “apoyar a España ante la difícil situación que vive”.
Con estos enfoques eurocéntricos coinciden todos quienes insisten en abrir las puertas a las grandes inversiones, “para generar empleos”, para rematar los recursos y territorios de los pueblos y recibir a cambio algunas monedas del gran capital, aunque ello implique el divisionismo, la confrontación y el despojo de los pueblos como está ocurriendo en el Istmo de Tehuantepec.
Les preocupa más “la mala imagen” y “¿qué van a pensar los gerentes, la alta burocracia y sus patrones extranjeros?”, “¿Qué van a pensar los ricos?” ante las protestas de los comuneros huaves frente a las oficinas del Banco Interamericano de Desarrollo y de empresas transnacionales localizadas en el Distrito Federal, realizadas el pasado miércoles 17. La resistencia de los empobrecidos les resulta incómoda.
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