A RESERVA.- Hugo Chávez había sido considerado fundamentalmente por los medios de comunicación oligárquicos, como el mismísimo diablo, lo que resultó imperativo para la opinión pública generalizada que admite, sin mayor análisis, que Chávez fue un personaje nefasto, loco, despreciable, justificándose con los calificativos de “dictador, autoritario, comunista irredento, mesiánico y más de ésta índole.
Calificativos que hoy, a su muerte, parecieran insólitos, no solo al ver el dolor profundo de su pueblo sino hasta referentes numéricos e históricos que asombran a los mismos medios que ahora pretenden justificar su campaña de desprecio y desprestigio con argumentos que resultan ofensivos para la inteligencia.
Claro que esta campaña mediática tuvo un éxito comprobable al escuchar por años a liberales y conservadores, de derecha y de izquierda, a demócratas y libertarios, que expresaron su desprecio en los foros que fuere por el “dictador” Hugo Chávez; y como se oyeron voces de indignación colectiva defendiendo precisamente a eso medios de comunicación que en Venezuela fueron intervenidos por el “loco” de Chávez, claro que el argumento fundamental era el mismo de los que comunicaban tan “despreciables actos autoritarios”, la tan aludida libertad de expresión.
Tal vez habrá que revisar la historia reciente de Venezuela, su gobierno y su impacto. A partir de febrero de 1999 se inició un proceso de cambios en Venezuela, hacia la construcción del Proyecto Nacional Simón Bolívar, consolidándose en la nueva Constitución Bolivariana, inspirada en los ideales de Simón Bolívar y estableciendo el inicio de la llamada “Quinta República”.
En un ejercicio sintético, se considera la base política de la ideología bolivariana en las matrices fundamentales aristotélicas: sabiduría, rectitud y prudencia. Simón Bolívar fue un revolucionario idealista que planteó su concepción revolucionaria a través de tres pilares fundamentales: Libertad individual, Soberanía popular e Igualdad social; cuyo objeto elemental es el constitucionalismo liberal y democrático.
Los principios que recoge la nueva República bolivariana del siglo XXI son:
Emancipación como idea puramente política que fortalece la autonomía republicana. Anfictionía contra imperialismo.
Independencia económica, social, jurídica, histórica y hasta espiritual de los pueblos de América.
Cambio de las estructuras económicas.
Igualdad sin esclavitud, sin privilegios ni estamentos.
Creación de un derecho americano.
Paz y armonía universales.
El triunfo de la moral y las virtudes del ser humano.
Lo que es evidente para los y las juristas es que la Constitución de la República Bolivariana contiene las transformaciones democráticas más importantes de los Estados modernos.
La Constitución Bolivariana que impulsó el presidente Hugo Chávez fue aprobada por el pueblo mediante el voto directo en referéndum, recibiendo el respaldo del 71,78 por ciento de los votos escrutados para, posteriormente, ser promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela.
La constitución venezolana de 1999 se convirtió en la primera en reconocer los derechos de los pueblos indígenas, estableciendo como oficiales sus lenguas y sus derechos sobre los territorios ocupados ancestralmente.
Desde el punto de vista ambiental, esta constitución es pionera en América Latina al reconocer el derecho de la ciudanía a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Simón Bolívar afirmaba con contundencia que solo la educación podría lograr la igualdad entre las personas: “No puede haber libertad donde hay ignorancia”,”La esclavitud es hija de las tinieblas. Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción…”. Asunto que Chávez tomó como una de sus banderas para alcanzar la verdadera libertad e igualdad, principios que fundamentan la política Chavista.
Hugo Chávez planteó la revolución Bolivariana como resultado estratégico de acciones en dos etapas, una era la fase de transición que se rigió por la Agenda Alternativa Bolivariana en los primeros años de su gobierno y la segunda etapa se establecía en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, definido para entonces como Socialismo del Siglo XXI inscrito en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007–2013, que como fin último es sentar las bases éticas sólidas, para lograr la suprema felicidad social, ya que para cada individuo el concepto de felicidad suprema estaría basado en necesidades personales y no de nación.
En el enfoque del plan se habla de la necesaria superación positiva de la pobreza material, la pobreza espiritual y de satisfacer necesidades primarias, mejorando el poder adquisitivo y el nivel económico de las familias de ingresos bajos y medios, promover el aumento de la productividad, garantizar la distribución generalizada de tecnología de la información y la comunicación en todo el territorio. Sostiene que las telecomunicaciones junto con los sistemas de transporte son instrumentos esenciales para mejorar la accesibilidad de la mayor parte del territorio nacional y por tanto clave para incrementar una sinergia socio territorial sustentable y avanzar en la inclusión social.
El Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007- 2013, mejor conocido como Proyecto Nacional Simón Bolívar, determina el proceso revolucionario venezolano orientado hacia la construcción del Socialismo humanista. Es un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica que pasa necesariamente por acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo.
Para avanzar hacia el socialismo se necesita de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que aún subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva sociedad donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo.
Esto es en un ejercicio de síntesis lo que significa la República Bolivariana impulsada por Hugo Rafael Chávez Frías y un conjunto de personas y colectivos que pretendieron y lograron cambiar la vieja Venezuela por una nación que está en auge y por lo visto no permitirá que sus destinos forjados vuelvan a la indignidad de la pobreza y la desigualdad. El acceso a la educación para todas y todos es el elemento más importante que formará con millones de venezolanos y venezolanas el muro de contención para resistir lo que viene. No muere quien por sus actos vive.
Además
En el discurso pronunciado por el gobernador Gabino Cué resalta su falta de respeto y cinismo cuando afirma: “…reconozco el papel protagónico que las mujeres tienen en todos los espacios de la vida pública, privada, en la política, en los procesos productivos y desde luego en la construcción y consolidación de un estado cada vez más democrático y garante de la legalidad”.
¿Qué tal? Basta con voltear a ver su gabinete y contar hasta uno…es el número de funcionarias de primer nivel y si echamos un ojito a los programas sociales dirigidos a mujeres, solo encontramos el humo de las cocinas de Mané; y qué decir de las casi 200 asesinadas en los 27 meses de su gobierno.