A mediados de diciembre, reunidos en la mesa de seguimiento y evaluación de los trabajos de construcción de la Coalición; Gabino Cué hace referencia a que es necesario afianzar el acercamiento con el dirigente del PAN estatal, Carlos Moreno Alcántara, pues tenía conocimiento de que la participación de su instituto político podría caerse, por lo que pidió se le buscara y se consolidara su participación. Uno de los presentes le dijo: “si quieres me encargo de eso”, a lo que recuerdo claramente la respuesta de Cué Monteagudo: “¡no!, deja que lo haga Mario, pues lo viene haciendo muy bien”.

Ese comentario vino a darme la confianza y la seguridad que necesitaba para seguir avanzando en los acuerdos, a pesar de que ya era notorio que en los trabajos de construcción de la estructura del equipo de campaña, nos encontrábamos vetados. Y más ahora con la respuesta que había dado quien a la postre sería nuestro candidato.

Las dos últimas semanas de diciembre fueron relativamente tranquilas. El trabajo intenso comenzó a registrarse a principios de enero, donde nos reuníamos casi a diario para ir revisando los avances sobre la integración de la Coalición.

Ya para ese entonces teníamos claramente ubicados los tiempo que la ley electoral establece para registrar la plataforma electoral, para anunciar nuestro deseo para ir en coalición, así como para entregar el convenio correspondiente; se trataban de tiempos fatales, en los que si uno dejaba pasar el día establecido para tal fin, todo se podría venir abajo.

En ese sentido se dispuso que se pudiera avanzar en los documentos que habrían de entregarse al Instituto Estatal Electoral de Oaxaca (IEEO), por lo que de inmediato los expertos en la materia pusieron manos a la obra, sólo que aquí la lucha de egos y de conocimientos derivó en una competencia entre el entonces diputado y representante ante el Consejo del IEEO, Dagoberto Carreño Gopar y el Secretario General de Convergencia y también representante ante el Consejo del IEEO, Víctor Hugo Alejo Torres ya que ambos pretendían encabezar los trabajos correspondientes a los documentos, sólo que a Carreño Gopar se le vinculaba al igual que Moreno Alcántara con gente en el poder, por lo que varias veces se registraron posiciones discordantes entre uno y otro, los jaloneos por llevar mano en la redacción de dichos documentos afloraron de inmediato.

Hoy lo puedo decir, en varias ocasiones el PAN solicitó que retiráramos del Consejo del IEEO a Alejo Torres, pues según su postura “intransigente” como ellos lo calificaron, ponía en riesgo el registro de la Coalición dado los duros señalamientos que en forma reiterada y valiente el representante Convergente hacía sobre los dirigentes del Instituto Electoral que presidía José Luis Echeverría Morales.

El tema de la destitución de Víctor Hugo fue un asunto importante, pues una llamada de Moreno Alcántara a Gabino Cué condicionando la participación de su instituto político en la coalición a cambio de su salida del IEEO derivó en una reunión con carácter de “urgente” en conocido restaurante de un hotel de Puerto Escondido.

Ahí tanto Carlos Moreno, como Amador Jara expusieron las molestias que el actuar jurídico de Alejo Torres había causado al interior del Consejo Electoral, pues ya para ese entonces existían varias quejas y denuncias en contra del partido tricolor y del gobernador en turno.

Recuerdo que se hizo referencia a que no todo se conseguía por la vía legal, que también era necesario buscar “acuerdos” que permitieran transitar algunos temas y que la posición del Presidente Consejero, Echeverría Morales era de que si todo iba a ser por la vía legal, entonces que luego no nos quejáramos de que sus determinaciones fueran en tal sentido.

Incluso se llegó a solicitar que Convergencia retirara las denuncias interpuestas a fin de mandar un mensaje de distensión; los presentes escuchamos con atención los argumentos y se estableció que se analizaría lo procedente. Minutos después de habernos levantado de la mesa, recibo la petición de que por ningún motivo se retiraran las denuncias existentes en contra de Ulises Ruiz y del partido tricolor y es que pronto saldría una resolución en contra del gobernante, lo que vino a crispar los nervios del poder en turno y de sus aliados.

Se me solicitó pedirle a Víctor Hugo “suavizara” sus intervenciones ante el Consejo y que siguiera avanzando en la redacción de los documentos. La coincidencia fue casi total en el sentido de que mucho de lo que se llevaba avanzado hasta ese momento era gracias a la excelente labor jurídica de Alejo Torres.

Los cuatro partidos no tuvimos problema alguno para entregar nuestras plataformas electorales y manifestar nuestra intención de ir en Coalición; hasta ahí todo bien, sin embargo nos faltaba entregar el documento más importante: el Convenio de Coalición. Con los antecedentes compartidos no fue tarea sencilla avanzar en dicho documento, por una parte el PAN decía que él lo elaboraba y por otra Convergencia hacía lo propio.

Por eso fuimos llamado a la Ciudad de México pues adicional a su contenido, dicho convenio debería entregarse con las firmas de los representantes legales de dichos institutos, faltando unas horas para su entrega se le pidió a Dagoberto Gopar entregara su propuesta por lo que se instaló la mesa de trabajo en las instalaciones de Convergencia para su revisión y aprobación.

Pasaron las horas y el documento nunca llegó. Luego se nos informó que el convenio elaborado por Alejo Torres era el que se firmaría. Se nos decía que estaban recabando las firmas del dirigente nacional del PT, que Manuel Camacho Solís lo estaba revisando, lo cierto es que nos llegó la noche y el famoso convenio que habría que entregarlo al día siguiente no llegaba. Los “jaloneos” estaban en todo su apogeo.

Ya en la madrugada Carlos Moreno nos dice que ya César Nava lo había firmado y que ya lo llevaban para las firmas de los demás dirigentes. Hasta hoy desconozco si el convenio entregado lo elaboró Carreño Gopar o Alejo Torres, pues los dos sostienen que fue el “suyo” el que se firmó. Lo importante es que la Coalición era ya una realidad.

Vendría ahora “la precampaña y campaña” pero de eso les comentaré en un próximo artículo.

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