OAXACA, OAX., abril 14.- El corazón político, social y cultural de la Verde Antequera latía y fuerte. La Plaza de La Danza se movía al ritmo que marcaba Javier Villacaña Jiménez, candidato oficial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez. El calor se sentía, pero de ese calor humano, no del que quema. Javier levantaba su constancia como abanderado y la plaza se desbordaba.
Desde temprano las personas se aglutinaban para ocupar un lugar en las inmediaciones del atrio de la Soledad y el palacio municipal. Sonrisas, abrazos, saludos; alegría reinaba en el ambiente, pues la gente se mostraba muy contenta porque su amigo Javier Villacaña recibiría un merecido reconocimiento al trabajo, a la trayectoria, a la sensibilidad que le caracteriza.
El espacio histórico recibía con los brazos abiertos, de miles de personas, a Javier Villacaña, quien arribaba con su esposa Verónica, sus hijas Karla y Andrea. “Quiero agradecerle a mi esposa, a mis hijas y ahora a mi nietecito, no sólo por el respaldo y su comprensión, sino que sean el motor, la razón principal que sustenta y da sentido a mi vida…”, reconocía sincero Villacaña.
Con 27 años de vida política y los últimos diez encabezando Apoyo Comunitario Oaxaca (ACO), donde plasmó su verdadero sustento social, Javier sonreía, repartía abrazos y saludos, ante los principales políticos y líderes de la capital oaxaqueña, quienes expresaron su voto de confianza para que el diputado local, presidente de la mesa directiva del Congreso, rescate la capital y corrija el rumbo, para que las cosas se hagan como demandan los oaxaqueños.
Mantas, gritos, porras y aplausos arropaban este caluroso sábado a Javier Villacaña, quien dio muestras de su condición humana, de su coherencia. Mi política, decía, debe ser eminentemente social, “pues debe estar enfocada a dar a quienes menos tienen. Es una realidad que se viven tiempos difíciles para muchos, pero sobretodo para quienes no tienen recursos suficientes”.
Otra vertiente, recalcaba, será “dar respuesta a otros sectores de la sociedad que me han manifestado abiertamente el desapego y la vinculación con las autoridades”. Con broche de oro, Javier Villacaña sellaba su candidatura, con un discurso sobrio, apegado a la realidad, a ese escenario que tiene por haber recorrido, caminado y conocido todas las agencias y colonias de la capital.
Por contar con una inmejorable fama pública, por tener el perfil más adecuado, por cubrir las necesidades sociales y tener sobradamente experiencia, la comisión de procesos internos del PRI nombraba a Javier Villacaña Jiménez como candidato a la presidencia municipal de la capital, con todas las expectativas de triunfo.
“¡Hagamos que pasen cosas buenas!”, decía Javier Villacaña y hacía que la Plaza de la Danza se pusiera de pie, en presencia de invitados especiales como el senador Eviel Pérez; el coordinador de los diputados locales priistas, Francisco García y el delegado con funciones de presidente del comité estatal, Juan José Moreno, entre muchas otras personalidades.