El lamentable acontecimiento ocurrido el pasado 24 de mayo en una reunión del PRD para definir candidaturas a las presidencias municipales en el estado de Oaxaca, cuando ocurrió una trifulca que tuvo un saldo de varias personas heridas, significa una expresión de violencia que seguramente los ciudadanos rechazan.
No son las formas de resolver diferencias ni conflictos, trátese de grupos al interior del partido o fuera de él.
La expresión muestra la decadencia de una de las corrientes, que con el método de la intimidación propio de la derecha busca imponerse con sus candidaturas o bien, exhibir los conflictos partidistas.
Es importante considerar que este acto no favorece al PRD sino a sus opositores, pues los autores saben muy bien que esas tácticas son reprobadas por la mayoría de la población que espera cambios pacíficos.
El incidente podría empañar el próximo proceso electoral, por lo que resulta importante que los distintos actores políticos, particularmente del PRD, marquen deslindes respecto a que no se debe transitar el camino de la violencia y que los provocadores sean castigados.
Las izquierdas no pueden desgastarse en acontecimientos tribales de disputa por las candidaturas, ya que la realidad social impone tareas mucho más urgentes.
Las tareas tienen que ver con la necesidad de pensarse más allá del terreno electoral, de procurar trabajosde vinculación con movimientos y organizaciones sociales para la atención de las desigualdades provocadas por un modelo económico rapaz, avalado por los partidos que han tenido oportunidad de alcanzar el poder, pero que en los hechos han mostrado su subordinación a los grupos de poder económico.
Las confrontaciones internas de los partidos de izquierda entre sí y al interior de cada uno, debido a las candidaturas, las cuotas y los sectarismos, resultan lesivos en términos sociales, en tanto alientan el fortalecimiento de los grupos conservadores.
Las tareas de alianzas, reivindicación y de integración de las izquierdas resulta necesaria en un contexto de predominio de intereses económicos particulares y de sometimiento de los actores políticos a sus dictados.
Es importante la definición de posiciones progresistas como contrapesos a los grandes dueños del dinero para marcar una agenda de atención de los muchos problemas sociales que aquejan a nuestro país, y que pongan como prioridad las necesidades de mayorías que se empobrecen de manera progresiva, como es el casode la población del sureste mexicano y particularmente de un estado tan desigual como Oaxaca.
Es ahí, en la ceguera respecto a los problemas sociales y en el predominio de los personalismos, donde resultan cuestionables las alianzas entre partidos de plataforma ideológica opuesta, pues se generandificultades en el momento de definir agendas de gobierno y plantear prioridades que vayan más allá del reparto de cuotas y el pago de facturas.
Si en algunos casos y momentos, como en el Estado de Oaxaca en 2010, se justificó la alianza de partidos para frenar los abusos del PRI, el producto de la coalición resultó un amasijo de intereses que han respondido a dirigentes y burocracias partidistas desligadas de sus bases sociales.
Dos años y medio después, ese producto no ha logrado posicionarse en las expectativas de los ciudadanos que creyeron en él. Seguramente porque la naturaleza de la alianza es la contradicción.
Siempre resulta de utilidad la geometría política de izquierdas- derecha; el centro no existe o su equivalencia es la nulidad, relativa a la falta de compromisos e identificaciones.
En este sentido, pensar en el futuro de las izquierdas implica preguntarse sobre la experiencia acumulada por las fuerzas progresistas, sobre el camino andado, sobre las equivocaciones, las dificultades, las simulaciones, los aprendizajes o la falta de ellos en las diversas luchas.
De la misma manera,se requiere observar con sentido crítico el trabajo de los gobiernos progresistas, las diferencias entre este tipo de gobiernos y los gobiernos de derecha (PRI-PAN) (si es que hasta el momento existen diferencias).
La pregunta sobre el futuro de las izquierdas implica revisar las experiencias de las alianzas y de las divisiones.
Esta cuestión se propuso a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en razón del papel del ingeniero en la historia política reciente del país, quien disertó sobre el futuro de las izquierdas el 24 de mayo pasado en la Ciudad de Oaxaca, en una conferencia organizada por el Cuerpo de Estudios Políticos del IISUABJO.
Cárdenas Solórzano refirió la necesidad de la izquierda electoral de buscar mayor vinculación con las bases, con las organizaciones y los movimientos sociales; es decir, con las otras izquierdas para la definición de políticas públicas integrales, recuperar la credibilidad perdida por el partido y evitar alejamientos, deserciones y frustraciones electorales.
El futuro de las “izquierdas”, en plural, en tanto se reconoce la diversidad de expresiones progresistas que van desde los partidos políticos hasta las organizaciones de base con compromiso social y sin vinculación partidista directa.
La conferencia de Cárdenas Solórzano se enmarcó en una mesa de trabajo de un grupo de académicos y organizaciones civiles que discuten temas para la definición de una agenda progresista, dedicada en esta ocasión a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural, en la cual participaron investigadores del IISUABJO, la Fundación para la Democracia y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung.
En este marco, otra de las actividades del Cuerpo Académico Estudios Políticos y del Posgrado en Sociología del IISUABJO, se realizará la conferencia magistral de Pierre Salama, profesor emérito de la Universidad de París Nord y experto en problemas del desarrollo (http://pierre.salama.pagesperso-orange.fr).
El teórico francés disertará sobre pobreza y políticas sociales en América Latina. La cita es el jueves 30 de mayo a las 18:00 horas en Murguía 306, centro, Oaxaca.
* Investigador del IISUABJO.
