Por varios años, Oaxaca fue cuna de grandes estadistas que con su desempeño le dieron lustre a la vida política nacional. Algunos Abogados, otros Militares, unos Periodistas, por supuesto que Diplomáticos, sin faltar los Economistas y hasta Profesores quienes al ocupar posiciones estratégicas en los diversos gobiernos federales y merced a su reconocida labor, permitieron ubicar el nombre de nuestro estado como forjador de sobresalientes estrategas y administradores.
Aún recuerdo cuando el primer día de clases en mi querida Alma Mater –la UNAM– el Profesor después de presentarse dio la indicación de que alzaran la mano los que eran nativos de Sonora, para luego hacer la misma solicitud con los que habíamos nacido en Oaxaca; nos contó y no éramos más de 6, tomó una pausa para luego decirle al resto de los compañeros, fíjense quienes son y únanseles, porque entre ambos estados han tenido el poder del país por más de un siglo y no será fácil que lo suelten.
Eran otros tiempos, donde el esfuerzo personal y los méritos acumulados permitían ascender a escaños superiores de responsabilidad, cada quien en su área respectiva despuntaba sobre los demás pues el abogado sobresalía en la interpretación de la ley, el militar en estrategias de combate, el periodista en el análisis crítico y fundamentado, el diplomático a través de sus buenos oficios e impulsando tratados y así cada quien es su especialidad.
Podría afirmar que la administración pública se ajustaba en razón de los tiempos y de las coyunturas que les tocaba enfrentar. A su vez los gobernantes hacían el esfuerzo por rodearse de los mejores, pues sabían que de esa forma su gobierno garantizaba gobernabilidad y estabilidad. Sin embargo, ya de cara a la modernidad e inmersos en la globalización, la exigencia por contar con especialistas se fue haciendo algo indispensable. En el área administrativa lo hubo en empresas, en turismo, en bancos, en recursos humanos. En leyes en materia civil, penal, mercantil, fiscal.
En relaciones internacionales en comercio exterior, en periodismo, en diplomacia; pero poco se atendió a la administración pública y gobierno. Cierto, surgió la carrera de Ciencias Políticas, pero abarcaba aspectos generales que permitían conocer corrientes filosóficas, ideologías y escuelas de pensamiento universal, siendo quizá el primer intento por ir especializando un área que es vital para todos los ciudadanos, se dediquen o no a la actividad política.
Por ello cuando recibí la invitación del Dr. Rodrigo del Val, Rector de la Universidad Anáhuac Oaxaca, para asistir a la presentación de la Licenciatura en Administración Pública y Gobierno, un sentimiento de optimismo y de alegría me invadió de inmediato, pues recordé aquélla frase que alguien acuñó en el sentido que la política es algo tan serio, para dejarlo sólo en las manos de los políticos.
Lamentablemente la realidad no se puede ocultar y hoy los oaxaqueños vemos con enorme tristeza el nivel de política que se practica en nuestro estado, donde lo que debería ser un arte se ha reducido a un cuadrilátero en una lucha sin límite de tiempo y con un referee como aquél inolvidable “Tirantes” que está, pero no mira los faules que se cometen.
Hay que reconocer que ese prestigio que nos heredaron oaxaqueños ilustres como don Benito Juárez, el Generalísimo Porfirio Díaz, Ricardo Flores Magón, José Vasconcelos, Matías Romero y don Víctor Bravo Ahuja sólo por señalar a los más sobresalientes ha quedado como parte de la historia que nos enorgullece, pero que a la vez están tan distantes en el quehacer de quienes hoy practicamos tan noble arte.
Escuchar al Dr. Santiago Nieto Castillo prestigiado Catedrático de la UNAM y ex Magistrado del Poder Judicial de la Federación en su disertación “Perspectivas de la Administración Pública Actual” y descubrir en ella la impostergable necesidad de que sea a través de la academia como se forjen a los próximos administradores públicos y gobernantes, nos ofreció un dejo de tranquilidad a los asistentes. Oaxaca y nuestro país demanda de científicos y ya no de improvisados en el quehacer público. Ya no más personajes que con su actuar y su decir denigren la política, a grado tal que hay quienes sostienen que esta se ha prostituido.
Qué gran esperanza para los ciudadanos el saber que a partir de ya jóvenes y no tan jóvenes irán adquiriendo los conocimientos y la metodología para un buen ejercicio de gobierno; que ya no sea a través de la presión, del pago de favores, del cumplimiento de cuotas como se acceda a la administración pública, sino que como antaño que sea por medio del esfuerzo y del prestigio de quienes sobresalen en la materia.
Afirmaba el Dr. Nieto Castillo: “los tres poderes necesitan de administradores públicos que contribuyan al buen ejercicio de gobierno, ya no un licenciado en derecho, un contador o un economista por muy preparado que esté, manejando y supervisando lo que le corresponde a alguien con un perfil de administrador público.
Es prioritario mejorar el sistema de servidores públicos, entendiendo que la democracia permite la transformación de los gobiernos sin derramamiento de sangre, ya que todos los partidos pueden conquistar el poder sin hacerse a la idea de que siempre permanecerán ahí”.
El Rector Rodrigo del Val, inició su intervención con la frase que ya se ha hecho clásica de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Suficiente con ver a nuestro alrededor para coincidir con lo expresado por el Doctor Del Val Martín.
Por eso qué bueno que el Maestro Héctor Humberto Vásquez Quevedo, Coordinador de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de dicha Universidad, haya resaltado el enfoque ético y humanista que se le otorgará a esta nueva licenciatura, pues somos mucho los que consideramos que efectivamente eso es lo que le hace falta a nuestra política oaxaqueña. Mi felicitación por pretender elevar el nivel de nuestra política, ¡que así sea!
Gracias a la Maestra Mari Carmen Espinoza Torres por sus gentiles atenciones.
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