OAXACA, OAX., junio 28.- Hay que reconocer las potenciales bondades de la Reforma Migratoria impulsada por el presidente demócrata Barack Obama, aprobada ya ayer en el Senado estadounidense, pero también alertar sobre sus costos y riesgos, como el blindaje y la virtual militarización de la frontera con México, expresó en entrevista el presidente de la Mesa Directiva de la LXI Legislatura estatal, Max Vargas Betanzos.
“Es una buena noticia para los mexicanos que el Senado de ese país haya aprobado ayer por 68 votos a favor y 32 en contra la iniciativa para facilitar la regularización de 11 millones de inmigrantes, un proyecto que todavía le falta el voto aprobatorio de la cámara de representantes, pero no debemos ocultar ni subestimar el aspecto negativo de la reforma, advierte el legislador.
El legislador de la fracción parlamentaria del PRI afirma que hasta ahora se ha visto que los llamados líderes de opinión y los voceros del propio gobierno, sólo destacan la parte positiva de la reforma, pero no se habla de la otra arista del fenómeno en gestación”, afirma.
“Destinar 30 mil millones de dólares al rubro de seguridad y doblar a 40 mil el número de agentes fronterizos, pero sobre todo construir un muro de mil 126 kilómetros, es en los hechos sellar la frontera, no sólo con nuestro país sino con América Latina.
“Esas medidas extremas sólo las vimos en el muro que separó por décadas a las dos Alemanias y al bloque oriental del llamado mundo libre, un muro que los propios estadounidenses contribuyeron a derrumbar desde 1989.”
Me preocupa mucho, dice el legislador, porque además de ser presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, represento a uno de los distritos de Oaxaca que año con año expulsa más mano de obra a los Estados Unidos. Lo único que van a conseguir con la reforma migratoria, si es aprobada, es que el costo del viaje se doble por los obstáculos mayúsculos que habrá que sortear para ingresar a ese país vecino.
Aseguró que las diferencias de desarrollo entre Estados Unidos y México no desaparecerán por leyes o decretos y el flujo de trabajadores migrantes no cesará ni disminuirá en el corto ni el mediano plazo, por lo que una frontera blindada y casi militarizada no es una noticia negativa que no debemos pasar por alto los mexicanos, menos quienes tenemos una representación política.
“Como presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Esgtado y como legislador, llamaría a una postura más activa del Estado mexicano para cabildear una reforma más benigna para nuestros trabajadores migrantes y sus familias, aunque queda la etapa más dura que es el filtro de la cámara de representantes”, concluye Max Vargas Betanzos.