OAXACA, OAX., agosto 12.- La siembra de semilla de maíz y soya transgénica en Chiapas representa una amenaza para los cultivos nativos de Oaxaca, alertó el dirigente campesino Roberto Antonio Hernández Coca.
“Si nos contaminan las variedades criollas que todavía cultivamos en las regiones, nuestra producción va a desaparecer. Es urgente que el gobierno estatal haga algo para que no se permita la siembra de productos transgénicos en los límites con la entidad vecina”, apuntó.
Condenó el doble discurso de las compañías trasnacionales que junto con el gobierno federal engañan a las comunidades, diciendo que si no quieren no están obligados a consumir la producción de transgénicos.
“Y tienen razón, los productos transgénicos ya vienen en las cajas de cereales, en las latas de verduras, en conservas y en bolsas de los centros comerciales”, apuntó. En tanto, el tema de las semillas transgénicas no se atendió en el Congreso local, por lo que debe existir una iniciativa.
“Se trata de un tema de seguridad alimentaria”, apuntó ante la necesidad de que el gobierno estatal prohibiera los permisos para hacer siembras experimentales y piloto de maíz transgénico.
Y es que dijo que en México se tiene una producción anual de 20 millones de toneladas de maíz blanco, exclusivamente para consumo humano por su alto contenido nutricional, mientras que el maíz amarillo sólo representa un 5 por ciento de la producción nacional y se destina al procesamiento industrial y a la alimentación animal.
Añadió que el mejoramiento empírico del maíz durante varios siglos ha generado 35 razas de maíces criollos o nativos, los cuales ofrecen una fuente rica en material genético. Señaló que mientras Estados Unidos utiliza el mayor volumen de maíz para fines industriales, en México forma parte de la dieta diaria de la población.
Condenó el permiso para sembrar en México maíz amarillo genéticamente modificado y resistente al herbicida Clifosato y señaló que desde el 2009 inició en México la experimentación de la siembra de maíz transgénico, por lo que la Sagarpa ha acumulado 110 solicitudes para siembra del cultivo en etapa experimental y 11 para programa piloto.
Para el dirigente campesino más allá de intereses partidistas o de grupo, está la necesidad de garantizar no sólo la protección de las variedades criollas de maíces, frijoles, calabaza y chile de la entidad, sino también la salud pública de los oaxaqueños.
Recordó que hace más de una década en la Sierra Norte se descubrió la presencia de maíces transgénicos y que desde entonces existe una alerta generalizada en los campesinos para evitar la contaminación de maíces nativos.