OAXACA, OAX., octubre 29.- A siete años del 2006 y el nacimiento de la Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (ASARO), dice Mario Guzmán, vocero del colectivo, “la consigna es la unidad con el movimiento general” de protesta que está ocurriendo en México.
En entrevista, señala que “ya no basta solamente con la articulación urbana de colectivos”, se requiere una vinculación con los sectores que están levantando la voz: de los electricistas a los campesinos, pasando por los maestros, entre otros.
La postura del colectivo ASARO, asamblea que surgió como activismo callejero artístico-político durante el movimiento de 2006 que convulsionó al estado de Oaxaca, es consecuencia, desde la perspectiva de Mario Guzmán, de “la política más salvaje que se está aplicando en el país”, sobre todo en relación con las “Reformas estructurales impulsadas por el Estado” nacional, que genera “un nuevo tipo de explotación”.
Las actividades del séptimo aniversario de ASARO se desarrollaron del 25 al 29 de octubre. El programa incluyó exposiciones y conferencias sobre los temas de las Reformas estructurales y de arte, política y comunidad, así como talleres de gráfica y, en particular, un charla entre los diferentes colectivos artístico-políticos con el fin de redefinir rumbos.
Entre los colectivos participantes en el encuentro estuvieron: “Tlacolulocos”, Coatlicue, Arte Jaguar, La Pistola, Oxidiana y ASARO. El encuentro, aclara Mario Guzmán, ocurre en una coyuntura en la que a ASARO se le ha estado cuestionando por su posición pasiva de los últimos tiempos. Incluso se le ha calificado de “vendida”.
Es necesario mencionar que los colectivos artístico-urbanos son el antecedente inmediato de la tendencia última que hay en la ciudad de Oaxaca relacionada con el denominado “street art” o “arte urbano”, e incluso con esa otra a través de la cual los escritores, pintores, artistas visuales y hasta instituciones oficiales, están yendo a espacios populares y/o marginales como el Mercado de Abasto o colonias periféricas de la ciudad a desarrollar sus actividades.
“A como se viene dando el proceso, no es suficiente ya con marchas o toma de dependencias. El movimiento general se van inventando conforme surgen las contradicciones y, por lo mismo, las formas de lucha avanzan”, explica. En este sentido, señala que “el arte como herramienta crítica” está de regreso y que el “movimiento de 2006 permitió abrir esta ruta”. Según Mario Guzmán, “uno puede caminar con el Estado, pues hay procesos de flujo y reflujo, como decía Lenin.
El vocero de la ASARO platica que, después del año 2008, se vivió una dispersión del movimiento general de protesta en el país, pero que “con sus Reformas estructurales, Peña Nieto se ha convertido en el factor que está llevando de nueva cuenta a la unidad de los diversos sectores” activistas, tanto de sindicalistas, incluso con grupos del “charrismo” que se han visto afectados, como de campesinos.
Para Mario Guzmán, el movimiento se encuentra en etapa de aglutinación. Después vendrán el regreso de los elementos activos y el paso cualitativo de la organización: estamos en un “proceso prerrevolucionario”, sentencia.
