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Con visto bueno de policía recupera S-22, a sangre y fuego, Escuela en Xoxocotlán

OAXACA, OAX., noviembre 14.- Ahí estaba el grupo de padres de familia que desde hace un par de meses decidieron poner la educación de sus hijos en manos de los maestros de la disidente Sección 59 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), porque durante más de 30 días los mentores de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se fueron al paro nacional y dejaron a niños y niñas sin clases.

Ahí estaban los tutores que se mantenían en alerta y a la expectativa del desalojo que se iba a suscitar, del enfrentamiento al que se iban a exponer.

Ahí estaban en la Escuela Primaria “Monte Albán” del municipio conurbano de Santa Cruz Xoxocotlán. Es la tarde del jueves 14 de noviembre de 2013.

Mientras tanto, en el otro perímetro se alistaba un grupo de maestros de la Sección 22 de la CNTE, que se dirigieron en marcha para acercarse poco a poco y acordonar la escuela para poder entrar.

Los “profesores democráticos” llegaron con palos, tubos, piedras, botellas y todo proyectil para causar daño.

“¡Sección 22, la única no hay dos!”, “¡Educación primero al hijo del obrero!”, “¡Educación después al hijo del burgués!”, gritaban con el puño en alto los mentores.

Ante la superioridad numérica y la impunidad de que gozan los trabajadores de la educación, esa masa amorfa que tiene licencia para hacer lo que le plazca sin recibir castigo, los padres de familia se dispersaron por cuanto camino encontraron, luego de pedir diálogo y no golpes, sin ser escuchados.

Minutos después, como siempre ocurre, pese a haberse mantenido cerca, a la expectativa, llegó el equipo antimotines de la Policía Estatal.

“Ya se acabó el diálogo; venimos por la escuela”, tronaba la voz una maestra que daba instrucciones a sus seguidores para actuar.

Las piedras volaron hacia todas las direcciones, del lado de los padres de familia que se encontraban en el interior de la escuela y de los miembros del Magisterio que llegaron a recuperar la institución educativa a sangre y fuego.

Los cohetones lanzados anunciaban que ahí se libraba una batalla por la posesión de una escuela.

Y los integrantes de la Sección 22 de la CNTE entraron por la fuerza a posesionarse de la escuela que abandonaron para irse a protestar al Distrito Federal durante más de un mes.

Los padres de familia sólo gritaban que ellos lo único que pedían era “que sus hijos tuvieran clases, que ya no hubiera paro magisterial y que la reforma educativa se aplicara como lo aprobó el Congreso federal”.

“No queremos violencia. Aquí hay niños”, clamaba una madre, pero no fue escuchada por los “maestros democráticos”.

En el cerro donde se encuentra la Escuela Primaria “Monte Albán” se libraron varias batallas y los elementos de la Policía Estatal nunca hicieron nada para detener los golpes. Se quedaron estáticos ante la amenaza de la Sección 22 de tomar el inmueble como fuera.

Una madre de familia, armada con gas lacrimógeno, machete y puñal, se enfrentó a cuatro maestros, que luego la persiguieron por toda la escuela gritándole: “¡puta!”, “¡puta!”.

Y cuando la tutora ya no pudo correr, los mentores la encañonaron en la parte alta de la Escuela, y uno de ellos dio la orden a la policía para que se la llevaran, a lo que el uniformado accedió sin decir nada.

Los policías se la llevaron entre empellones, groserías y patadas, pero ningún miembro de la Sección 22 de la CNTE fue detenido.

Una vez consumada su hazaña, los “profesores democráticos” se reunieron en la parte central de la escuela para emitir nuevamente su grito de guerra: “¡Sección 22, la única no hay dos!”.

Como si fuera una zona de guerra, un helicóptero de la Policía Estatal sobrevolaba la zona de las batallas perdidas por los padres de familia, pero quién sabe para qué porque la “recuperación” del inmueble se había consumado.

Los que llegaron y se fueron rápidamente, previo al enfrentamiento, fue un grupo de representantes de la Secretaría General de Gobierno (Segego), esa que dirige Alfonso Gómez Sandoval Hernández, encabezados por Germán Toledo y Marcos Martínez, para “mediar” el conflicto, pero nada hicieron, mejor huyeron y nunca volvieron.

Los de la poderosa e impune Sección 22 de la CNTE lograron su cometido: recuperaron la escuela que abandonaron y ahí se quedaron con el visto bueno de la Policía Estatal.

 

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