OAXACA, OAX., enero 3.— Por fin a alguien se le ocurrió salirse del canon tradicional de la poesía para presentar una publicación del género habitada por vampiras, zombis y desaparecidos de guerra: es decir, la realidad de México.
Hablamos de “Poemas de terror y de misterio” (Almadía), de Luis Felipe Fabre (Ciudad de México, 1974), versos que escapan de esa clásica triada de la que, dicen, siempre trata la poesía: vida, muerte y amor.
Si bien Fabre aborda la muerte, amén que se refiere a la real y cruda del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa y lo que pudo ver del presente de Enrique Peña Nieto, la supremacía en sus versos es la de una letal ironía:
“Trailer 1”
Una chica desaparece en circunstancias misteriosas: otra
chica desaparece y luego
otra
y otra y otra y otra y otra: no
hay motivos de alarma, explica
el jefe de la policía: según las estadísticas,
es normal que en México algunas chicas
desaparezcan.
El de Fabre es, además, un posmoderno humor negro hecho poesía. Como en “Notas en torno a la catástrofe zombi”:
Pero a esa mano nadie la vio
y si alguien la vio no lo dijo
y si lo dijo no le creyeron
y si le creyeron
le creyeron demasiado tarde:
ahora setenta mil zombis asolan México
según cifras oficiales.
“Fabre nos invita —se apunta en la cuarta de forros de la edición de aquel sello oaxaqueño— a mirar desde la primera fila nuestros miedos: en poemas que podrían ser películas serie B mezcla de ‘thriller’ y fábula posmoderna”.
Luis Felipe Fabre, actualmente miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, es autor de los textos de poesía “Cabaret Provenza” (2007) y “La sodomía en la Nueva España” (2010); también realizó “Una antología poética de Mario Santiago Papasquiaro” (Almadía, 2012),entre otros quehaceres literarios.