SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, enero 22.- Sentado en el banquillo de los acusados, desde la Mesa Directiva del Congreso del Estado, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedesoh), Alejandro López Jarquín, fue el blanco perfecto.
Uno, dos, tres y hasta cuatro tragos de agua no le podían pasar el trago amargo que le estaban imponiendo los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La orden ya estaba dada: “denle con todo; esa fue la instrucción de nuestro coordinador (Alejandro Avilés Álvarez)”, reveló un legislador del Revolucionario Institucional a este reportero.
López Jarquín sintió en carne propia lo que en sus tres años de diputado hizo sufrir y sudar a los funcionarios en turno, aun cuando fueran aliados del gobierno de Gabino Cué Monteagudo.
Electorera, asistencialista y hasta “Secretaría de Asistencialismo social o Secretaría de Útiles y Uniformes Escolares”, calificaba la diputada priista Lilia Mendoza Cruz a la Sedesoh, hoy a cargo del ex presidente de la Junta de Coordinación Política y ex coordinador de la fracción parlamentaria del PRD, quien el año pasado era el hombre en el poder.
La priista le recordó al perredista que como integrante de la LXI Legislatura del Estado aprobó la Ley de Desarrollo Social vigente y hoy, paradójicamente, no puede cumplir las atribuciones y facultades que tiene porque revivieron el Coplade del priato y hasta el presupuesto es manejado por Gerardo Albino González, titular de esa dependencia.
Por momentos, López Jarquín intentaba cubrir el rostro descompuesto con la mano. Los priistas se le fueron la yugular durante dos horas y media.
Vino entonces la defensa de su aliado panista: Sergio Bello Guerra, quien pidió elevar el nivel del debate.
“Porque parece que las comparecencias es son para tirarle al negro. Tírenle al negro. Viene el Secretario y a darle con todo, y no poner propuesta en la mesa y no ver las cosas que se han hecho y poner las cosas en contra y exclusivamente decir las cosas que se han hecho mal”, reprochó.
Aun cuando concedió que hay cosas que se han hecho mal en el gobierno de Cué Monteagudo, confió en que se tienen que recomponer. “Nos va costar, no tres años, sino 30 años para llegar a tener el Oaxaca que todos queremos”, justificó el panista.
Bello Guerra admitió que los uniformes no cambiarán la vida de las personas ni la realidad social de Oaxaca. Y agregó puntilloso que el gobierno federal también debe reconocer que la Cruzada contra el Hambre “no va a quitar el hambre de México”.
Para contrarrestar las críticas al titular de la Sedesoh pidió a sus homólogos del PRI, “no dedicarnos a hacer política barata; hagamos las cosas que nuestra gente está exigiendo y sumar esfuerzos, olvidando colores”.
El llamado pasó desapercibido. Avilés Álvarez cabildeaba para que sus homólogos arremetieran contra López Jarquín. Hasta “team back” hizo con sus 17 diputados al centro del salón de sesiones.
Subió entonces a tribuna Lilia Mendoza Cruz para defender orgullosa a su partido, el PRI, y decir que durante 80 años construyeron las instituciones de este país.
Luego, en su turno, el también priista Adolfo Toledo Infanzón defendió las políticas sociales del gobierno de Enrique Peña Nieto y aseguró, entre risas de sus compañeros legisladores de las bancadas contrarias, que “la Cruzada Contra el Hambre no es política, porque ha transcendido a gobiernos, desde Solidaridad, de Carlos Salinas de Gortari, Progresa y hasta Oportunidades, del sexenio de Felipe Calderón”.
“En 12 años del panismo, Josefina Vázquez Mota, Ana Teresa Aranda, Beatriz Zavala y Ernesto Cordero no tuvieron la imaginación para poder impulsar otros programas”, atajó ante las críticas de los panistas a la Cruzada contra el Hambre de Peña Nieto.
Desde su lugar, en la Mesa Directiva, el panista Bello Guerra masculló contra Toledo Infanzón y desató la cólera del priista. “Señor diputado Bello, le pido que guarde silencio”, le reviró a grito y de paso reprendió al presidente de la Mesa Directiva, el perredista Jesús López Rodríguez, quien intentó mediar.
Ya encarrerado, Toledo Infanzón exhibió filtraciones periodísticas en las que se exhiben las cuentas bancarias de López Jarquín, sobre presunto enriquecimiento inexplicable. Y hasta amagó con que la bancada del PRI, a través de la Comisión Instructora, iniciaría juicio político contra el titular de la Sedesoh.
De paso pidió cambiar funciones a la Sedesoh y aseguró sarcástico que López Jarquín “es secretario de una parte del PRD y de una parte del magisterio”.
Puntilloso agregó que el Secretario, el que atiende a todos los oaxaqueños, “el resto de los oaxaqueños, despacha allá en Tlalixtac de Cabrera (en el complejo gubernamental de Ciudad Administrativa), en el edificio cinco, segundo nivel, allá hay colas de autoridades municipales, agrarias y organizaciones sociales”, dijo al referirse al titular de Coplade, Gerardo Albino González.
Encendido, el priista criticó que el gobierno de Cué Monteagudo se vanaglorie del Programa Bienestar, a pesar de que ese programa “se lo vendió el ex jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón al señor Cué; era la Red del Ángel. Bienestar sólo sirve para quedar bien con los aliados económicos y políticos”, espetó.
Luego inquirió: “Quiénes son los proveedores de esos programas”, y en automático se respondió: “Pues tres criollos: Diego Rule Castro, supuesto dueño del Hotel Marqués del Valle, el responsable del programa de los uniformes, mientras que los maquiladores son el secretario de Turismo, José Zorrilla de San Martín Diego, y el señor satélite Juan José Álvarez Candiani”, completó.
Irónico, siguió el priista sin que nadie lo parara, excedido el tiempo de su intervención para réplica: “Tres criollos que ahorita deben de estar en la Fitur, en Madrid, donde también anda el gobernador Gabino Cué Monteagudo”. Se consumó así la revancha del PRI contra el perredista.
Abrumadores los priistas contra López Jarquín, ni tiempo le dieron de exhibir su constancia de auditoria emitida por la secretaria de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, la panista Perla Woolrich Fernández, quien hace contar que “no hubo ilegalidades en el manejo de los recursos cuando fungió como presidente de la Junta de Coordinación Política”.