SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, enero 23.- De críticos pasaron a aduladores y a repartir culpas por todos lados, menos hacia sus correligionarios.
La comparecencia del priista “connotado” y secretario General de Gobierno, Alfonso Gómez Sandoval Hernández, este miércoles ante el pleno de la LXII Legislatura del Estado, mostró el verdadero rostro de los priistas en tiempos de alternancia gubernamental.
“Conociendo la capacidad de usted licenciado Gómez Sandoval tenemos que reconocer que hay oficio político y reconocer que conoce y ejerce el oficio”, soltó desde la máxima tribuna del Estado la priista Lilia Mendoza Cruz, quien 24 horas antes, desde ese mismo sitio, arremetió con todo contra el perredista y titular de la Sedesoh Alejandro López Jarquín.
“Y reconozco, señor secretario, la voluntad de usted para abrir las puertas en la Secretaría General de Gobierno. Reconocemos el tacto político y democrático”, continuó en sus alabanzas.
Pero aclaró en seco: “no así con los funcionarios de segundo y tercer nivel a quienes les falta sensibilidad y compromiso para entender la palabra democracia…”, en clara referencia a los subsecretario de la Segego, emanados del PAN y PRD, principalmente.
En su posicionamiento, Mendoza Cruz pidió a Gómez Sandoval “intervenir para que sus señores subsecretarios asuman el papel que les toca, sin intereses mezquinos; particularmente le quiero pedir que intervenga ante el subsecretario de planeación Alberto Benítez”.
En una actitud sumisa hacia el titular de la Segego, la priista invitó al ex dirigente estatal del partido tricolor: recomendar a los subsecretarios que cumplan con lealtad en los puestos para que los oaxaqueños mejoren sus condiciones de vida.
En su turno, uno a uno, los diputados del PRD, PAN y Nueva Alianza también señalaron errores y aciertos, defendieron a los institutos políticos de los que emanan y restregaron al PRI su lastre de rezago y atraso estructural de más de 80 años.
El diputado César Barroso salió en defensa del Partido Acción Nacional (PAN) y refirió que en el 2010 se generó la alternancia política que trajo nuevas formas de hacer política, abandonando viejas estructuras autoritarias.
“La sociedad es hoy más participativa, más demandante, se expresa con libertad y exige de sus instituciones eficacia y eficiencia en sus acciones”, atajó.
Intentando imparcialidad en esta ocasión, Santiago García Sandoval, del Partido Unidad Popular (PUP), aclaró que ninguna fuerza política puede gobernar de manera unilateral.
Demandó alcanzar acuerdos mediante diálogo y concertación institucional para que se corresponsabilicen en la conducción el Estado y mantengan la gobernabilidad que reclaman los oaxaqueños.
Luego, un comedido y cantinflesco Manuel Pérez Morales, del Partido Social Demócrata (PSD), reconoció primero la capacidad de Gómez Sandoval y adulador le lanzó: “lo digo con aprecio porque ha sido una persona en el ámbito político el más educado, pero desde mi punto de vista hay un Estado fallido”.
“Además usted ha sido, licenciado, y no creo que haya sido por su voluntad, ha sido un funcionario muy parcial” (sic).
Pero el férreo crítico de los titulares de la Setrao, Daniel Juárez López, y de Administración, Alberto Vargas Varela, lisonjeó al panista subcretario de Desarrollo Político de la Segego, Carlos Alberto Moreno Alcántara, y a José Silva, quienes –aseguró– “sí saben qué están haciendo”.
Siguió el ex perredista, hoy diputado por el PSD: “Secretario, me apena decirlo pero nadie lo apoya. Usted es una gente educada, capaz, pero no lo dejan trabajar. Yo no sé secretario si pedirle que renuncie, porque si lo hace va a dejar a una bola de incapaces, y que el Estado siga peor de que como está”, cantinfleó.
Contradictorio, fue más allá, al definir a Gómez Sandoval como “la avanzada del PRI”, porque una vez llegado el 2016, “los ciudadanos que votamos por el cambio, nos veamos en un escenario de que el PRI regrese al gobierno” (re sic).
Sin límites, completó: “Le digo esto porque soy su amigo, de verdad, yo no vengo a adularlo (sic), vengo a decir lo que está pasando para que traten de cambiar el rumbo”. Y de paso le pidió una audiencia, “porque sus funcionarios no me pasan con usted”.
La priista María del Carmen Ricárdez Vela también utilizó la máxima tribuna del Estado para adular al titular de la Segego y culpar al PAN y al PRD de la convulsión social que vive Oaxaca.
“No hay directriz, no hay línea, no es culpa de usted sino de otros”, justificó la ex oficial Mayor del Congreso del Estado durante la legislatura que presidió el polémico priista Juan Díaz Pimentel.
Ricárdez Vela exigió una reunión de gabinete donde no haya tolerancia de aplicar criterios propios, con una directriz de gobierno que respete la determinación del Ejecutivo y del Secretario General de Gobierno para solucionar los conflictos, “porque el problema está dentro del gabinete”.
Le recordó que “cuando llegó a la Segego nos alentó por su experiencia” y, por eso, lo emplazó: “ponga como condición para seguir colaborando, que los funcionarios que se tengan que ir que se vayan, que no presionen y se sientan intocables, que los que no corresponden se les sancione, pero que no defiendan a delincuentes”.
Y lo que nunca pidió en las administraciones 100 por ciento priistas en las que le tocó co-gobernar, la pupila del ex gobernador Heladio Ramírez López señaló: “… porque al margen de la ley (los funcionarios) hacen y deshacen sin que la ley llegue para ellos, porque tienen un padrino y un grupo político que los defiende a ultranza” (sic).
En defensa de su instituto político, el PRD, llegó a la tribuna el diputado Anselmo Ortiz García, quien llamó a “reinventar un pacto de gobernabilidad democrática, porque Oaxaca ya no está para que las filiaciones ya no estén por encima del interés público”.
A sus homólogos del PRI les recordó que “de los males endémicos son responsables todos, unos más que otros, por el ejercicio natural del poder”.
Culminada la comparecencia vinieron los brazos y el cobijo de los legisladores del reposicionado Partido Revolucionario Institucional (PRI) hacia su correligionario, el titular de la Segego, quien simplemente sonreía y se dejaba querer.